Así como la Secretaría de la No-Violencia acompaña a la Mesa Municipal de Participación Efectiva de Víctimas, Beatriz Serna lo hace y a su manera, a partir de su experiencia como víctima del conflicto armado que pudo sanar y ahora ayuda a otros a lograrlo.

Hace más de 25 años, mientras Beatriz y sus hermanos fueron a la plaza de mercado del pueblo a realizar las compras de la semana, enfrentamientos entre la guerrilla de las FARC y del ELN se daban cerca de la finca que habitaban en Caldas, Antioquia.

Al enterarse de la situación, no tuvieron más opción que quedarse unos días en el pueblo por seguridad. Cuando deciden regresar encuentran todo arrasado a su paso.

“Afortunadamente no nos pasó nada, a nivel personal, pero sí despoblaron el ganado y las bestias, y acabaron con la casa. Es muy duro ver y sentir que la gente está matándose, ese es un dolor muy grande. Los unos porque son de un bando, los otros porque son de otro bando, sin razón. Queda uno con una incertidumbre inexplicable. Yo por eso me dediqué a sanarme, busqué todos los medios y aprendí muchas cosas hasta llegar al libro del conocimiento”, evoca Beatriz hablando de la situación de desplazamiento que le tocó enfrentar junto a su familia.

“Yo me sané y mis familiares se fueron sanando alrededor mío, sin embargo es un camino que transita cada quien”, agrega Beatriz quien, actualmente, atiende a personas que buscan sanar todo tipo de situación en el sitio que ella ha bautizado como: “Amatista: Centro de Sanación Genética Cósmica”. Lo hace recetando una nutrición especial y recibe, sin reparo, a personas con situaciones económicas difíciles, con  depresión y adicciones.

“Un día, me mandaron un ex guerrillero del ELN, y es que yo no tengo límite, yo debo ayudar a todo el mundo. Él llegó triste, agobiado. Era drogadicto, y lloraba y lloraba por todas las cosas que había hecho, estaba arrepentido. Comenzamos el proceso y logró sanar, se fue a buscar a su familia y a varios hijos que había abandonado, hasta ahí supe de él”, cuenta.

La experiencia de Beatriz en la Mesa Municipal de Participación Efectiva de Víctimas es muy reciente, pero le ha dado la posibilidad de conocer otras historias y aportar a los procesos de perdón y sanación: “Yo les llevo esperanza. Cuando siento que tienen algún conflicto, yo me meto y les digo cositas, para animarlos, porque estas personas no están muy optimistas, están esperando un dinero que no les llega, pero yo les digo que uno no puede esperar que el Gobierno cambie esta situación, o la Iglesia. Es uno. Y a veces no aceptan, pero van conociendo mi experiencia y entendiendo mi misión, la cual es ayudar a cambiar la humanidad. En eso estoy concentrada”.

No sólo los acercamientos y charlas con las víctimas integrantes de la mesa hacen parte de las actividades que actualmente Beatriz realiza, sino que también está comprometida con llevar el mensaje a la ciudadanía, en medio de la agenda programada para el Mes de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas y, de manera entusiasta, lleva el mensaje que le ha entregado el libro del conocimiento, el cual atiende a la espera de un mejor tiempo para la humanidad. Sin duda es una mujer que sanó, sigue ayudando a sanar y  transita confiada el camino de la esperanza.