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Los bomberos de Medellín le salvaron la vida al curioso Max

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Foto: Los bomberos de Medellín le salvaron la vida al curioso Max. Fotógrafo: 2022-03-22 Los bomberos de Medellín le salvaron la vida al curioso Max Por: Alonso Velás...

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  • Foto: Los bomberos de Medellín le salvaron la vida al curioso Max.

    Fotógrafo:

    2022-03-22

    Los bomberos de Medellín le salvaron la vida al curioso Max

    Por: Alonso Velásquez Jaramillo – Editor: Fredy Arboleda.

    Aparte de salvar vidas, apagar incendios, atender desastres y situaciones calamitosas, una de las acciones más importantes que hacen los bomberos de Medellín y, a veces poco vista, es la de rescatar animales que por alguna circunstancia quedan atrapados en lugares peligrosos.  Max es uno de los afortunados del que se puede contar la historia de haber sido salvado.

    Max es un felino de tan solo tres años de edad y, como todos los de su especie, es curioso y juguetón. Estaba muy orondo estrenando vecindario en Aranjuez, recorriendo los rincones de su nuevo hogar y decidió irse a curiosear, seguramente a ver si encontraba más amigos gatunos o un sitio amable para retozar.

    En esa aventura, un jueves salió por una de las ventanas de su casa y fue a parar al solar de una vecina, y Max se esfumó.  Solo recuerdan haber escuchado una algarabía de perros, pero como el bigotudo minino es más bien silencioso, nadie sospechó.

    Llegó el viernes y el sábado, y Max no daba señales y, aunque hubo preocupación, pensaron que esto hacía parte de su instinto gatuno. Al domingo, la cosa se puso un poco más seria y comenzó una búsqueda más intensa, pero no hubo resultados. Y así transcurrió el lunes y los dueños pensaron que el bigotudo, ese, había encontrado arrullos en otro lugar.

    Pero en la madrugada del martes, Sandra Loaiza Jaramillo, la mamá del gato, oyó unos maullidos, como de llanto, no muy lejos de la casa y salió con su tropa familiar a indagar.  Y buscando, buscando, encontraron a Max empotrado entre dos muros que separan a dos viviendas, casi sin poderse mover en medio de la estrechez.

    Los bomberos de Medellín le salvaron la vida al curioso Max

    Sandra intentó, con sus manos, alcanzar a su amigo, pero no le daba y se dieron cuenta que no tenían forma de sacarlo de allí, entonces llamaron a los bomberos de Medellín.

    Estos llegaron al sitio dispuestos a atender la emergencia y se dieron cuenta que les esperaba un delicado y juicioso trabajo, pero estaba en juego la vida del gato. De inmediato pusieron manos a la obra y se percataron que tenían que proceder a abrir un muro para poder extraer al animal.  Le pidieron permiso a los dueños de la casa y empezaron su labor.  Un bombero alcanzó a tocarle la cabeza al intruso y esa caricia lo fue calmando y facilitó la extracción.

    Fue largo y tedioso. Casi una tarde necesitaron los bomberos para poder abrir el muro. Max estaba atascado, con la cabeza torcidita. Hubo que romper ese muro, casi con él ahí encima, pero fue una labor muy buena y profesional, y lo pudimos rescatar”, señala Sandra.

    Luego, examinaron al pequeño y vieron que, aparte de estar lleno de polvo, tenía sed y hambre, y de inmediato le brindaron un buen manjar.

    Max, ahora, se volvió más tranquilo, y Sandra y su familia deducen que cuando cayó al patio en donde estaban los canes, se asustó y, en su afán de escapar, se metió por donde no cabía. 

    Por los bomberos de Medellín solo tiene gratitud y admiración, y resalta la labor tan buena que hacen por la comunidad y por las personas, más allá de apagar incendios y atender desastres, porque situaciones como estas son imposibles de manejar por la gente, porque es algo que va más allá de romper el muro: es abrirlo salvando la vida del gato, una tarea que ellos hacen con total dedicación y empeño pues se logra el objetivo de salvar una vida.

    Hoy, la familia de Sandra, compuesta por cuatro personas, está completa y tranquila.  Max, ese pequeño criollo de color amarillo, ya no explora tanto por ese sitio donde pasó el susto.

    Él no es callejero y desde ese día no se ha vuelto a mover mucho.  Lo único es que ya no volvió como ´a decir´ voy a meterme por esa ventana a andar la calle, ya no.  Está tranquilo en la casa”, revela Sandra entre risas.

    Es que, gracias a los bomberos de Medellín, en esta oportunidad, la curiosidad no le quitó una de sus siete vidas a Max.

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