El suelo es considerado uno de los recursos más importantes para el ser humano, de su uso y productividad dependen la vida y el desarrollo de los pueblos. El suelo, incluyendo el subsuelo, adquiere un valor determinado según aspectos de localización, extensión y estado, entre otros. Por lo tanto, se establecen directrices para los procesos de urbanización y edificación que permitan no sólo el desarrollo de la infraestructura funcional de la cuidad; sino los índices adecuados de la calidad de vida de sus habitantes. Para esto se tiene en cuenta la evaluación de impactos que pueden generarse a partir de los criterios urbanísticos, constructivos, estructurales, ambientales y morfológicos de cada proyecto que incluya el uso de este recurso.
La vivienda es un bien meritorio, soporte material y medio para la satisfacción de necesidades humanas vitales y existenciales; es concebida como la unidad casa y entorno que contribuye a la consolidación de los tejidos barriales y veredales. En relación con el derecho a la vivienda, se busca hacer seguimiento a una serie de factores que constituyen la denominada "vivienda adecuada o digna", aquella que reconoce las diferentes formas de habitar, cumple con condiciones de habitabilidad, localización en sitio apto y accesible, prestación de los servicios públicos domiciliarios y saneamiento ambiental, iluminación y ventilación, seguridad en la estructura, espacio adecuado al tamaño del grupo familiar y seguridad jurídica de la tenencia, además de su articulación a los sistemas de movilidad y transporte, de espacio público y equipamientos.
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