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“Las sensaciones de conducir un vehículo eléctrico son de otro mundo”: Manuel Ariza, taxista de Medellín

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Por: Alonso Velásquez Jaramillo - Editor:  Fredi Arboleda |

“Las sensaciones de conducir un vehículo eléctrico son de otro mundo”: Manuel Ariza, taxista de Medellín. – Fotógrafo: Alcaldía de Medellín 2022-06-21 “...

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  • “Las sensaciones de conducir un vehículo eléctrico son de otro mundo”: Manuel Ariza, taxista de Medellín. – Fotógrafo: Alcaldía de Medellín

    2022-06-21

    “Las sensaciones de conducir un vehículo eléctrico son de otro mundo”: Manuel Ariza, taxista de Medellín

    Por: Alonso Velásquez Jaramillo – Editor:  Fredi Arboleda.

    Cada vez hay más vehículos eléctricos en Medellín y se sigue trabajando para que se incremente la flota de taxis verdes, para tener un aire más puro y limpio, y para mejorar la calidad de vida.  Manuel Ariza habla de su experiencia y de las ventajas de ser propietario, y conducir un auto eléctrico por las calles de la capital antioqueña.

    Yo no volvería a un vehículo de combustión. Las sensaciones de conducir un carro eléctrico son de otro mundo; estamos hablando de otro nivel”.  Así de claro, seguro y contundente es el concepto de Manuel Fernando Ariza Ariza, quien por casi una década ha manejado taxi en Medellín y desde hace dos años y cinco meses se pasó a conducir taxi eléctrico.

    Bondades y faltantes

    Él resalta las bondades del eléctrico, sin dejar de reconocer que todavía falta camino por recorrer, para hacer de estos carros verdes una alternativa que llame la atención de los taxis amarillos y así se haga una transición a esta tecnología ecológica.

    Entre las ventajas destaca los ahorros en gasolina y mantenimiento, ya que prácticamente solo requiere lavarlo y conectarlo.  En lo tecnológico, los eléctricos son muy superiores a los de combustión y, en lo técnico, no hay comparación porque son dos mundos diferentes.

    El eléctrico es supremamente superior”, anota.

    “Las sensaciones de conducir un vehículo eléctrico son de otro mundo”: Manuel Ariza, taxista de Medellín

    Difiere en que aún los vehículos eléctricos no son muy comerciales, que hay sobrecostos que hacen que el proyecto no se vea tan rentable y que falta más educación, apoyo y conocimiento sobre el tema para ver avances más concretos, pero asegura que, en la medida en que haya más carros de estos, la situación mejorará y se verá el cambio, porque ese es el futuro.

    Aclara que, en la compra, el vehículo eléctrico sale más costoso, pero el de gasolina todos los días pide dinero, ya sea por combustible o por alguna revisión o cambio de algún repuesto, lo que no se da con frecuencia en el eléctrico y, allí, con el tiempo, se compensa el ahorro.

    Gana el medio ambiente

    Manuel es un defensor del medio ambiente y del cuidado del planeta y esa es una de las bondades que destaca de este proyecto, al cual se apuntó, no pensando en el dinero que ganaría con las carreras, sino en las bondades para la ciudad.

    No estoy en un vehículo contaminando el aire 18 horas al día, y a los que se quejan de la fuerza del carro les digo que a mí no me da miedo ir a ningún barrio a pesar de ser Medellín tan montañosa, porque esto sube por una pared”, expresa.

    Para él, lo más importante es lo que ha ganado en tranquilidad y calidad de vida.

    Reitera que no volverá a los vehículos de combustión y resalta, como la principal ventaja, algo que la gente no monetiza: “Es que conducir un carro eléctrico y, en este caso un taxi, es más tranquilo que hacerlo con uno de gasolina.  El cansancio físico después de manejar 12 horas o más se me redujo en más del 50 %.  Yo ya no llego a la casa con las piernas temblando como antes, puedo jugar con mi perro, conversar con mi esposa.  Llevo una vida más relajada y más tranquila, porque antes llegaba muy cansado”.

    Los usuarios también lo disfrutan

    Frente a los clientes cuenta que se bajan felices y encantados, y que permanentemente le dicen: “¡Ay señor, que carro tan hermoso!”, “¡Qué verraquera de carro!”, “Lo felicito, por su carro: tan bonito, no huele maluco; ¡es fresquito!”, “¡Qué rico que todos los taxis fueran así!”, y muchas cosas más; lo que para él es muy reconfortante ya que refleja un buen servicio. Esto se traduce en que vive ocupado y en que también la empresa, a la cual está afiliado, le ofrece ciertas ventajas sobre los demás y lo llaman con frecuencia a prestar servicios especiales.

    Al carro, la carga eléctrica le dura unas nueve horas y prefiere hacerlo en su casa, por temas de economía y por la comodidad que esto le trae. No sabe con exactitud cuántos carros de este tipo hay en la ciudad, pero sí percibe que el gusto por estos va creciendo, y que en la medida en que haya más taxis verdes en Medellín -aparte del beneficio ambiental para la ciudad- los taxistas verán también el provecho económico y los usuarios se sentirán muy satisfechos con el servicio que prestan.

    A los taxistas, sin titubear, les dice: “Tírense de cabeza y sin casco. No duden en tomar esta decisión, así haya cosas que aún no se vean tan favorables”.

    Un sueño verde

    Su sueño es ver que la “ola amarilla” de Medellín se transforme en una “ola verde” y, por eso, trabaja en busca de convencer a más compañeros taxistas para que se pasen a esta tecnología; un anhelo por cumplir, que para Manuel solo requiere más voluntad, y lo que define, simplemente, como “ir del pasado al futuro”.

    Mientras estos buenos deseos llegan, este hombre de 36 años, sigue manejando su taxi -que además es de alta gama-, seduciendo a sus pasajeros y a sus compañeros con las bondades de este tipo de vehículos y soñando con ver que algún día se hará realidad ese cambio de colores, y que esa “mancha amarilla”, que se ve en nuestras ciudades, se convierta en una “ola verde”, amigable y respetuosa con el hombre y con la naturaleza.

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