Es el monto de los recursos de Presupuesto Participativo proyectado plurianualmente y asignado cada año, por parte del Departamento Administrativo de Planeación, a las 16 comunas y los cinco corregimientos, de acuerdo con la población y el índice de calidad de vida.

Se determina a partir de dos variables, población e Índice Multidimensional de Condiciones de Vida (IMCV). Es una herramienta para avanzar en el cierre de brechas y reconocer la importancia de los ciudadanos para Medellín.
La población: muestra cómo es la distribución de los habitantes en la ciudad de Medellín y, por tanto, como debería ser la asignación de los recursos, teniendo como premisa fundamental la inclusión de todos los ciudadanos en la distribución del presupuesto. Esto significa que, a mayor número de habitantes, debería ser mayor la inversión.

El IMCV permite identificar el estado y avance en sus condiciones de vida y consecuente desarrollo humano de los ciudadanos. El objetivo de establecer una medida de este tipo es definir estrategias que se conviertan en políticas públicas para la corrección o superación de posibles desequilibrios. El IMCV se compone de 15 dimensiones que contienen a su vez 39 variables o indicadores.

Es una encuesta realizada por la Administración Municipal en la que los hogares con valores cercanos a 100 son los que tienen mejor calidad de vida.
La comunidad puede apoyarse de estos datos para entender las condiciones de vida de los habitantes de su comuna o corregimiento, a través de las 15 dimensiones y así determinar y fortalecer procesos de planeación que le apunten a mejorar dichas condiciones.

Las 15 dimensiones son:
Entorno y calidad de la vivienda (materiales predominantes)
Acceso a servicios públicos
Medio ambiente
Escolaridad
Des-escolaridad
Movilidad
Capital físico del hogar (electrodomésticos- vehículo)
Participación
Libertad y Seguridad
Vulnerabilidad (consumo de alimentos)
Salud
Trabajo
Recreación
Percepción de la Calidad de Vida
Ingreso per cápita (promedio mensual y anual)

Las proyecciones demográficas son un recurso obligado en la planeación de los territorios, porque ésta nos permite dimensionar adecuadamente las necesidades de los habitantes, en relación con la evolución de dicha variable.
Ésta se entiende como una función del tiempo, es decir que se concreta a partir de la observación histórica del comportamiento (aumento o disminución) de la población en un pasado reciente.
Con el censo DANE de 2005 se calculó la población hasta 2020.
El nuevo censo DANE de 2018 proyectó la población de cada comuna y corregimiento hasta 2030.