En una época en la que la tecnología avanza a pasos agigantados y en la que los dispositivos tecnológicos parecieran estar presentes en todos los ámbitos, llega para nosotros el reto de aprender a manejar programas y aplicaciones para asuntos laborales, sociales, personales… ¿Pero qué pasa con el tiempo que a cuenta de ello dejamos de brindarle a nuestros seres queridos?
Sin darnos cuenta, dedicamos horas y horas a las redes sociales, a atender asuntos que nos ligan a los aparatos electrónicos, pero de forma inconsciente nos separan de nuestra familia aislándonos de nuestros hijos y causándoles daños emocionales, a veces irreparables.
No solo le pasa a nuestros hijos, también nos pasa a nosotros cuando sentimos que necesitamos compañía y atención de nuestra familia pero todos en casa están demasiado ocupados con sus celulares, tabletas, televisor, consolas de juegos…
Finalmente, no debemos perder de vista que el abuso de los dispositivos electrónicos de cualquier miembro de la familia puede convertirse en una adicción pero que a tiempo podemos evitar problemas mayores con amor y disciplina.
Tomar conciencia del problema es un importante primer paso, pero tomar la decisión de repararlo es abrir la puerta a un cambio muy positivo para el fortalecimiento de las relaciones en tu familia.
¿Qué podemos hacer?
- Hay mucho por hacer y nunca es tarde para empezar
- Empecemos por ofrecer disculpas y por manifestar nuestro malestar por habernos sentido desplazados por la tecnología ¡El problema no es del otro, en nuestro y juntos encontramos como solucionarlo!
- Camino a casa resuelve lo urgente para que al llegar puedas soltar el celular y dedicarle un buen rato a lo importante.
- Procura que la comunicación con tus hijos no se limite al celular, utilízalo solo cuando no puedas estar cerquita de ellos.
- Mantén viva la ilusión de compartir un rato al final del día, proponiendo actividades comunes como juegos, deportes, artes, aprender técnicas y oficios nuevos…
- Tengamos una actitud abierta y asertiva frente nuevos temas de conversación que propongan nuestros hijos.
- Establezcamos unos acuerdos en familia respecto a los horarios y momentos en los que el celular deba estar apagado o alejado de los espacios de encuentro.
- Demos ejemplo respecto a los acuerdos establecidos para el uso de aparatos tecnológicos en casa.
- Si bien la labor de abuelos y cuidadores es muy importante, no podemos delegar en ellos el acompañamiento para nuestros hijos; necesitan nuestra guía, consuelo, afecto y motivación para superar cada nuevo reto que llega a sus vidas.
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