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Después de años estuvo sumido entre la basura y los escombros, pero 220 personas de las Escuelas de Participación, con el apoyo de Emvarias, se dieron a la tarea de recuperar el Teatro Libre del parque El Palo, en el barrio Picachito.
Las escaleras como sala y palcos para recibir el público, un escenario enmarcado por zonas verdes y grafitis que expresan el arte comunitario y viviendas aledañas como acogedores bastidores.
Es la descripción que da cuenta de la realidad actual del Teatro Libre del parque El Palo, ubicado en el barrio Picachito, de la comuna 6 de Medellín, Doce de Octubre. Un espacio que durante años estuvo abandonado y fue recuperado gracias al liderazgo ciudadano.
Entre escombros, basuras y deterioro, lo que antes fue un escenario para el arte, la cultura y el encuentro comunitario, se convirtió en un lugar perdido.
En septiembre del presente año, 220 personas de las Escuelas de Participación 90 niños, 120 estudiantes de diplomados y 10 jóvenes de la Escuela de Barristas del Atlético Nacional, con el acompañamiento de trabajadores de Emvarias, se articularon para recuperar el teatro y devolverlo a la comunidad.
Las Escuelas de Participación son procesos formativos de la Secretaría de Participación Ciudadana que se realizan gracias a los recursos del Presupuesto Participativo. Allí los participantes aprenden sobre liderazgo, participación y trabajo colectivo, y ponen en práctica lo aprendido para mejorar sus territorios.
Pequeños y grandes de la comuna 6, Doce de Octubre, pasaron de la teoría a la práctica y con brochas, pintura, limpieza y creatividad lograron transformar el otrora“basurero” en un escenario digno para que la comunidad disfrute de la cultura, el arte y la convivencia.
La recuperación del Teatro al Aire Libre del parque El Palo es un ejemplo de cómo el compromiso ciudadano y el aprendizaje adquirido en las Escuelas de Participación se convierten en acciones reales que cambian la vida de los barrios y devuelven a la ciudad espacios que nunca debieron perderse.
Erika Zapata Ramírez es vecina del Teatro al Aire Libre del parque El Palo y madre de una integrante de las Escuelas de Participación y expresa su complacencia por esta obra. “Conozco las Escuelas de Participación porque mi hija hizo de la Escuela de Participación de las Carmelitas. Me gustó mucho el aprendizaje porque conocieron los mecanismos de participación que existen en la ciudad, de deberes y derechos como habitantes de esta comunidad”.
Siente satisfacción al ver que en este proceso Pudieron hacer más amigos, aprendieron a trabajar en equipo y exploraron su entorno al hacer recorridos por el barrio recorrido, además de que estuvieron en varios sitios de la ciudad.
“Esperamos que las Escuelas de Participación sigan porque necesitamos que nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes sean unos líderes que se empoderen y en un futuro sean buenos actores políticos que amen mucho esta ciudad”.
En su rostro se refleja la importancia de este proceso de recuperación de este espacio y el significado que tiene para ellos. “Participé en la acción de incidencia del Teatro al Aire Libre del parque El Palo. Era un espacio que estaba muy abandonadito. Ya tiene más vida, la gente está tratando de cuidarlo mucho conscientizando a las personas que tiraban basuras, escombros y excrementos de perros. Hasta ahora la transformación se ha mantenido”.
Pequeñas grandes acciones que ayudan a la transformación de nuestros territorios, en este caso, un lote baldío y olvidado, que hoy, luego de un proceso de liderazgo comunitario, con el apoyo de la Alcaldía de Medellín, se convierte en un espacio para el encuentro, la cultura y el arte.