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Durante cinco intensas sesiones, más de un centenar de líderes de las Juntas Administradoras Locales, Juntas de Acción Comunal y organizaciones sociales de las comunas y corregimientos de Medellín, se reunieron para hablar de territorio, planeación y desarrollo. Lo hicieron en el marco del curso “Contenido y alcances de los Planes de Ordenamiento Territorial”, un proceso formativo promovido por el Departamento Administrativo de Planeación (DAP) y la Universidad EAFIT, que tuvo como propósito fortalecer las capacidades ciudadanas para participar oportunamente en la revisión de mediano plazo del POT.
Las primeras cuatro sesiones fueron en el aula, donde los participantes se sumergieron en conceptos importantes sobre la estructura, los componentes y los instrumentos de la planeación territorial. Pero fue en la última jornada, un recorrido por la ciudad, donde la teoría se volvió experiencia.
Desde el Metrocable de la zona nororiental, los asistentes observaron cómo los barrios se expandieron de manera orgánica, en contraste con la zona noroccidental, donde la planeación permitió prever espacio público, movilidad y equipamientos. Más adelante, el tranvía ofreció otra lectura del Centro, ese corazón urbano que condensa historia, movilidad y transformación. Y el recorrido culminó en Ciudad del Río, un plan parcial que ilustra cómo las normas y los instrumentos de ordenamiento se traducen en realidades tangibles: parques, vivienda, comercio y espacio público bien pensado.
Durante el recorrido, la docente Luisa Estrada Gil, arquitecta y magíster en estudios urbano-regionales, resaltó la capacidad de observación de los participantes: “Ellos lograron ver la ciudad con ojos críticos, entender cómo se planea, cómo se transforma y cómo los instrumentos del POT influyen directamente en la vida cotidiana”. A su lado, líderes de distintos territorios compartían sus reflexiones con entusiasmo. “Este curso nos permite estar activos en la planeación del territorio y construir la Santa Elena que soñamos”, expresó Ana María Moreno, edil del corregimiento. Desde el noroccidente, Javier David Pérez, habitante de la Comuna 6, Doce de Octubre, resumió el espíritu colectivo del proceso: “Hay que pensarnos la ciudad, discutirla y construirla desde diferentes horizontes”.
Para Marcela Londoño, de la Corporación Región, la experiencia dejó aprendizajes profundos: “Nos queda la lectura de que la ciudad es diversa y que el POT puede ayudar a resolver problemas estructurales, como el acceso a la vivienda. También nos deja la certeza de que la academia, la administración y la comunidad deben construir juntos la ciudad que necesitamos”. Mientras tanto, desde El Poblado, Isabel Cristina Castaño reconoció que el curso le permitió comprender la importancia de planear: “Como ciudadana, no entendía bien qué era el POT, pero ahora sé que planear el territorio es clave para evitar los errores del pasado”.
Al final de la jornada, los rostros reflejaban satisfacción. Para muchos, fue la primera vez que recorrieron Medellín con una mirada de planeadores, entendiendo cómo la historia, la geografía y las decisiones urbanísticas han tejido una ciudad de contrastes, aprendizajes y oportunidades.
En el diálogo entre docentes y líderes se confirmó un propósito común: hacer de la planeación un ejercicio vivo, participativo y consciente.
El curso de Ordenamiento Territorial deja no solo aprendizajes técnicos, sino también una certeza colectiva: entender la ciudad es el primer paso para transformarla. Y en ese camino, cada mirada ciudadana aporta a que la revisión del POT siga siendo, como lo dice su lema, la oportunidad para que las cosas pasen.