El Departamento Administrativo de la Función Pública lo define como el servidor público impulsado a mejorar sus capacidades, habilidades, destrezas y conocimientos de cara a la Cuarta Revolución Industrial, respondiendo a los entornos cambiantes, enfocado en el conocimiento, el aprendizaje continuo y la asertividad en la comunicación al servicio de la sociedad (Función Pública, 2022).

Por lo tanto, ante los cambios que han generado las tecnologías de la información y las comunicaciones TIC, las entidades públicas requieren
fortalecerse con el fin de procesar y dar respuesta a las necesidades de la sociedad de forma más eficiente, siendo fundamental el papel de los servidores públicos, pues son quienes acercan el Estado a los ciudadanos, mediante sus competencias, capacidades técnicas y vocación de servicio.

Estas competencias se deben desarrollar desde los procesos formativos y educativos, que finalmente constituyen un derecho y un deber de los servidores públicos.