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A la cima se llega superándose a sí mismo

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Foto: A la cima se llega superándose a sí mismo. Fotógrafo: Alejandro Castrillón y Nathalia Saldarriaga 2021-06-28 A la cima se llega superándose a sí mismo Por Nat...

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  • Foto: A la cima se llega superándose a sí mismo.

    Fotógrafo: Alejandro Castrillón y Nathalia Saldarriaga

    2021-06-28

    A la cima se llega superándose a sí mismo

    Por Nathy Saldarriaga 

    – Con su voz fuerte e inquebrantable, Mónica asegura que, al terminar su proceso de resocialización, volverá a patinar porque lo que más ama en la vida es el deporte. 

    Mónica Liliana Posada Hincapié, cuenta lo que pocos pueden contar: “Siempre tuve dinero y oportunidades”. Nació hace 44 años en Medellín. No fue la única hija que tuvieron sus padres; creció en la comuna 12, estudió en el colegio La Presentación de la América y sus años de adolescencia los dedicó al patinaje artístico.

    Cuando cumplió 16 años, no solo era una de las alumnas más sobresalientes del recordado entrenador Guillermo León Botero, también dictaba sus primeras clases de patinaje en la Liga.

    Con las fuertes jornadas de prácticas, ‘Moni’, como le dicen sus amigas de cariño, empezó a volverse tan ágil y competitiva, que Botero la convocó para jugar en un equipo de hockey, que fue tan exitoso que pronto tuvo buenos patrocinadores y las competencias se desarrollaron a nivel nacional.

    A la cima se llega superándose a sí mismo

    Perteneciendo a la Selección Colombia de Patinaje y jugando hockey, decidió sortear su vida entre las pistas de entreno y la rumba, llegando al punto de consumir alucinógenos y licor con tanta regularidad que no pasó desapercibido para la Liga.

    Sometida entonces a una prueba habitual de citoquímicos, dio positivo para consumo de alucinógenos. Fue expulsada para siempre de la Liga. 

    Este despido, sumado a la temprana muerte de sus padres crearon el peor de los escenarios: entró en depresión. Al poco tiempo ya estaba en las calles buscando consumir. Ejerció la prostitución durante nueve años, estuvo inmersa en el mundo de la drogadicción y lavó mulas en el Alto de Matasanos. Hoy se gana la vida vendiendo colombinas los fines de semana que tiene descanso de su recuperación.

    Actualmente y por voluntad propia asiste a rehabilitación y está en la etapa tres de resocialización. Tiene seis hijos y próxima a cumplir 45 años, espera encontrarse con su familia y volver a practicar deporte, pues asegura que es lo que más extraña.

    Hoy, Mónica hace parte de los beneficiados del Sistema de Atención al Habitante de Calle Adulto de la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos. En Medellín, los habitantes de calle en su proceso de recuperación tienen el deporte como una alternativa de terapia y rehabilitación en su propia Copa América, de la que hizo parte Mónica en la selección Perú jugando voleibol. Los partidos de fútbol y voleibol se disputaron hasta el próximo 25 de junio en la UVA Sin Fronteras Tricentenario.

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