Ana, la mujer trans que superó las adversidades para ser quien siempre quiso ser

Ana es una mujer trans de Medellín que vive con sus padres y su hermano menor. Desde su infancia Ana sentía que no le correspondía ser un niño, ya que le llamaba la atención todo lo que rodeaba el mundo de las mujeres. Fue así como empezó a sentir una fuerte inclinación por lo femenino y cada vez se sentía con más deseos de cambiar su identidad de género  “Tomar la decisión de ser trans fue un momento complejo en mi vida. Mi familia, al comienzo, me dio la espalda y no encontré en quien apoyarme. Fueron días muy difíciles para mí, porque piensas si estás haciendo algo malo o si esa es la decisión correcta”, cuenta.  Después de un tiempo su familia y amigos entendieron su decisión, comenzaron a apoyarla y, poco a poco, fueron asimilando sus cambios.

A medida que pasaba el tiempo, Ana empezó a relacionarse con más personas, amplió su visión del mundo y aclaró todas sus dudas, lo que le dio más fuerza para seguir adelante en su proceso de tránsito y sobrepasar distintas dificultades e, incluso, múltiples violencias que vivió, y aún vive, por ser una mujer trans. Sin embargo, Ana siguió firme en su decisión, dejó a un lado las críticas negativas de otros y empezó a construir su propia realidad.

“Cuando empecé a conocer más personas del movimiento LGBTIQ+, me di cuenta de que era valiosa por mi forma de ser y que no tenía nada de qué avergonzarme. Por el contrario, quería mostrarle al mundo quién era y explorar todas mis capacidades, demostrar que somos iguales y seguimos siendo seres humanos llenos de talentos y cosas buenas para dar”, expresa Ana.

Su historia es la muestra del desafío que representa habitar el mundo de forma diferente a la construcción histórica del género, y la convierte en una historia de superación y lucha frente a las adversidades, pues la discriminación está latente en varios sectores de la sociedad. “A veces las personas te miran raro por tu condición, te hacen sentir como alguien diferente y eso en ocasiones genera tristeza, porque te hacen a un lado o no tienen en cuenta las opiniones que puedas dar”, dice.

Y, aunque estos factores demuestran los prejuicios sociales y la cotidianidad que viven muchas personas trans, ella ha sobrepasado barreras para seguir adelante. Actualmente, tiene un emprendimiento de perfumes que vende en el Centro de Medellín con su madre, se siente muy feliz de ser la persona en la que se ha convertido y de lograr sus anhelos.

Hoy, su relato es solo uno de los muchos que se encuentran en la sociedad, que narran la vida y la existencia de las personas trans.