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Por un accidente mientras trabajaba en construcción, a Luis Taborda le amputaron parte de los brazos y las piernas. Cinco años después, su calidad de vida podría mejorar con la prótesis que desarrollaron dos egresados del ITM, institución universitaria del Distrito de Medellín. El objetivo de uno de sus creadores es donarle primero las de las piernas.
Luis estaba trabajando como ayudante en la construcción de un edificio en San Pedro de los Milagros (Norte de Antioquia) cuando, en el tercer piso, con una varilla metálica tocó un cable de energía eléctrica que pendía junto a un poste y recibió todo el voltaje en su cuerpo.
Fue trasladado al hospital de ese municipio y, de allí, remitido de urgencia a un centro asistencial de mayor nivel de complejidad en Medellín, donde estuvo dos días en coma. Al despertar, los médicos le dieron la noticia: sus brazos y piernas fueron quemados por la descarga eléctrica y era necesario hacerle una amputación parcial o corría el riesgo de una infección mortal.
El accidente de trabajo fue el 24 de octubre de 2020 y a finales de ese mes fue amputado. Desde entonces, Luis Arnulfo Taborda Londoño ha venido aprendiendo de nuevo a vivir, ya sin extremidades, al punto de que se las ingenia para usar la cuchara, es capaz de comer solo y hasta maneja su celular.
“Quiero sentir la alegría de volver a caminar”, expresa ahora este hombre de 30 años, pero por el alto costo de las prótesis en el mercado, no las ha podido comprar. Sin embargo, gracias a una transtibial (por debajo de la rodilla) desarrollada por John Édison Mesa Henao y José Miguel Marulanda, ingenieros electromecánicos del ITM –institución universitaria del Distrito de Medellín–, tiene la esperanza de poder caminar de nuevo.
Esta mañana estamos en la casa de John, ubicada en el sector Pajarito del corregimiento San Cristóbal de la capital antioqueña. Lo acompañan su madre, Luz Marina Henao, y sus dos perros.

John Mesa, ingeniero electromecánico egresado del ITM, y su madre, Luz Marina Henao.
Hasta aquí llegó Luis para medirse la prótesis de la pierna izquierda. Sus padres son Edilson Taborda y Yuli Andrea Londoño. Es el mayor de los hijos y vive con sus hermanos (tres mujeres y dos hombres) y su mamá en el barrio Santo Domingo Savio. Con ella tomó un carro y cruzó la ciudad desde el nororiente hasta el noroccidente. John salió a recibirlos, le ayudó a Luis a salir del vehículo y lo cargó en su espalda por las escaleras hasta el sofá de su sala.
John tiene 34 años y siempre ha vivido en San Cristóbal. Es el menor de cinco hijos. Su padre, Jorge Isaac Mesa, quien murió en 2023, era oficial de construcción. Ello influyó en el gusto de John por la electricidad; además, es un apasionado por las matemáticas. Trabaja de manera independiente haciéndoles mantenimiento a malacates. Es técnico operario en instalaciones eléctricas del Sena y en octubre de 2025 se graduó como ingeniero electromecánico en el ITM.

Luis Taborda perdió parte de sus brazos y piernas en un accidente de trabajo. Su madre, Yuli Londoño, le ayuda en todo lo que él necesite.
Para estudiar su carrera contó con apoyo de Presupuesto Participativo, programa de la Alcaldía. Su proyecto de grado fue en el campo de ingeniería para la gente, enfocado en la creación de prótesis de pierna, y lo desarrolló con su compañero de estudio José Miguel Marulanda.
Se decidieron por la prótesis cuando conocieron el caso de Luis. Esteban Hincapié, también compañero de estudio en esa época, supo de Luis gracias a una publicación de Telemedellín, lo contactó y se los presentó a John y José Miguel.

De izquierda a derecha, Esteban Hincapié, John Édison Mesa y José Miguel Marulanda, ingenieros electromecánicos egresados del ITM.
En 2024 comenzaron a trabajar en el proyecto de la prótesis de pierna. John siente que la muerte de su papá lo impulsó a esforzarse más en la producción de las prótesis, y otra motivación fue la historia del destinatario de estas piezas. En plural, porque está concentrado en fabricar varias prótesis: una para la pierna derecha y también le quiere hacer las de los brazos.
“Planteamos hacer una prótesis de brazo, pero Luis nos pidió trabajar primero en las de las piernas, porque caminar es su prioridad”, cuenta John. Luz Marina, que acompaña la entrevista en la sala, dice que le quieren ayudar a Luis.

Luis Taborda viajó desde Santo Domingo Savio hasta la casa de John Mesa, en San Cristóbal, para medirse la prótesis de su pierna izquierda.
Entonces su hijo explica el proceso de producción: caracterizaron al paciente, investigaron el mercado para determinar el precio promedio de una prótesis y así hacer todo lo posible para que la de ellos saliera mucho más barata.
Afirma que en el mercado, una de fibra de carbono o titanio cuesta entre 20 y 40 millones de pesos, valores de 2025. Por ello, su objetivo es que, si la suya llega al mercado, tenga un precio, por lo menos, 70 % menor que las convencionales, teniendo en cuenta que en Colombia hay víctimas del conflicto armado que fueron amputadas y otras por enfermedades como la diabetes, por lo que el ingeniero busca que estos elementos sean asequibles para mucha gente.

John Mesa y José Miguel Marulanda, ingenieros electromecánicos egresados del ITM, fabricaron esta prótesis para Luis Taborda.
Después la diseñaron y la fabricaron. “Hacer la de pierna”, apunta John, “es más difícil porque debe soportar la carga de la persona. Se hace una modelación computacional de la carga y de la pierna para garantizar la seguridad del paciente”. Para esto utilizaron un programa de diseño gráfico.
Este ingeniero detalla que la prótesis para la pierna izquierda de Luis fue elaborada, el 90 %, de un tipo de plástico de alta resistencia, denominado PET–G; el 4 %, de TPU, material que combina resistencia y flexibilidad, y el resto son piezas de acero inoxidable. “La elección de materiales sostenibles nos permite lograr un costo significativamente más bajo, en comparación con las prótesis del mercado, haciendo que este tipo de diseños sean accesibles para comunidades que enfrentan limitaciones económicas”, añade.

John Édison Mesa (en la foto) y José Miguel Marulanda, ingenieros electromecánicos egresados del ITM, desarrollaron esta prótesis para Luis Taborda.
Hicieron los análisis correspondientes y enviaron los modelos a una impresora 3D de la que sale la estructura de la pieza. El prototipo lo produjeron con un escáner y una impresora 3D de Esteban y ya John tiene su propia impresora para fabricar artefactos como estos.
El socket o encaje es el elemento que conecta el muñón de la pierna con la prótesis. A esta parte se adhiere el liner, una funda flexible, hecha con silicona quirúrgica para proteger la piel del usuario.
John imprimirá el molde en su máquina y luego elaborará manualmente el liner con su hermana, que le contribuirá cosiendo la pieza. Adicional a esto, él le agregará a la prótesis amortiguadores de carga. Su objetivo es donarle a Luis las de las piernas en diciembre de este año y en 2026, las de los brazos.

El ingeniero electromecánico John Mesa le mide un liner a Luis Taborda.
Antes de conocer a Luis, Esteban, quien, además, se desempeña como profesor del ITM, hizo un prototipo de prótesis de mano que podría servir de modelo para las que John le hará a Luis.
John piensa establecer un esquema de economía circular mediante el reciclaje de PET-G como materia prima hasta su uso final, un emprendimiento de electromecánica e impresión 3D de accesorios. “No tengo los recursos para montar una fundación. Ojalá resultara un patrocinador que me apoye con el escáner, por ejemplo”, expresa.

Luis Taborda espera caminar de nuevo, gracias a la prótesis creada por John Mesa (en la foto) y José Miguel Marulanda, ingenieros electromecánicos egresados del ITM.
Estima que una de las prótesis que puede fabricar en casa, si llega al mercado, podría costar unos seis millones de pesos (valor de 2025) y su intención es que sea cada vez más barata para quien la necesite. Además, que dure, por lo menos, cinco años hasta su primer mantenimiento.
Luis, el padre de Anthony – el niño que ya tiene seis años –, trabajaba como alpinista, lavando y pintando fachadas de edificios, y contribuía económicamente al sostenimiento de su hogar. “He visto el esfuerzo de John y sus compañeros y les agradezco mucho esa dedicación, porque con las prótesis ganaría independencia”, comenta el hombre quien, a raíz del accidente, en casa suele desplazarse de rodillas.
A su lado, en la sala de Luz Marina, está Yuli, que labora por días en servicio doméstico y le ayuda en todo lo que requiera. “Ha sido un avance”, afirma, contenta, en relación con la prótesis que su hijo se mide en este momento mientras se apoya en John, el ingeniero que lidera la causa para devolverle la alegría de caminar.

El ingeniero electromecánico John Mesa le pone a Luis Taborda la prótesis en su pierna izquierda. La crearon John y su colega José Miguel