El ama de casa de Medellín que a los 51 años estudia inglés con Sapiencia: la historia de Gloria Sánchez

En un segundo piso del barrio Los Álamos, en la comuna 4-Aranjuez, donde vive desde hace ocho años, Gloria Eugenia Sánchez organiza sus días entre las labores del hogar, un pequeño emprendimiento de pastelería para mascotas y la vida familiar que comparte con su esposo y sus dos hijos, Luisa María y Juan Diego. Allí, entre ollas, cuadernos y recetas, encontró también un propósito que no había podido desarrollar en su juventud: estudiar inglés gracias al programa Medellinglish, un proyecto estratégico de la Alcaldía de Medellín, que impulsa a través de Sapiencia, la Agencia de Educación Postsecundaria.

Todo comenzó con un mensaje en su celular. “Me llegó un mensaje que había inscripciones a inglés y que era gratis. Me pareció muy bueno, pero yo pensaba: normalmente es para jóvenes de tantos a tantos años. Cuando miré no había límite de edad y dije: yo tengo que aprovechar”.

Ese instante marcó el inicio de un camino que Gloria Eugenia había imaginado muchas veces, pero que nunca había tenido tan cerca. Así como ella, otros 4000 ciudadanos de todas las edades, comunas y corregimientos iniciaron en 2025 su formación en inglés como segunda lengua con la alianza entre Sapiencia y la Universidad Eafit.

Una ama de casa bilingüe

Gloria tiene 51 años y ha dedicado la mayor parte de su vida a ser ama de casa, un rol que valora, aunque reconoce que suele venir acompañado de estigmas. “A veces piensan que las amas de casa no sabemos nada”, dice con franqueza. Ese pensamiento la acompañó incluso cuando supo que debía presentar un examen de validación, requisito para definir el nivel inicial en la formación. Dudó. Hizo “repulsa”, pero finalmente lo presentó. Y lo pasó.

“Yo era asombrada. Les dije a mis hijos que ya estaba inscrita para estudiar inglés. Me hicieron exámenes, lo pasé y sí, fue una emoción muy grande”, recuerda en medio del asombro.

La noticia se celebró en familia. Sus hijos la animaron desde el principio y hoy la apoyan con tareas, vocabulario y ejercicios como una estudiante más de la casa. A veces, incluso, ella les pregunta como si los roles se invirtieran por un momento.

Su gusto por los idiomas viene desde la adolescencia. “A mí siempre me gustaron los idiomas. De hecho, fui muy buena estudiante, pero en mi época no había las oportunidades que hay hoy”, recuerda. Aunque vio muchas convocatorias limitadas por la edad, no renunció a su deseo. “Antes no había oportunidades…pero yo no me rendía”.

Mientras cocina el almuerzo y organiza la casa, Gloria escucha música en inglés y ve películas en su idioma original con subtítulos en español. Y en situaciones cotidianas también sintió la necesidad de saber más.

Una oportunidad con Sapiencia

Gloria recuerda con claridad el día del examen de nivelación. “Pensé que iban a preguntar qué significa Good morning”, dice entre risas. Inició en A1 y, desde el primer día, encontró un ambiente cercano y motivador entre sus compañeros de clase y la docente: “La profesora es muy amena, muy agradable y muy participativa”. Esto le permitió hablar sin pena.

Su rutina se adapta como puede. Se levanta a las 8:00 a. m. en semana, prepara el desayuno a sus hijos y luego con escoba y trapero en mano organiza la casa. “Una ama de casa termina el desayuno y ya tiene que pensar qué es el almuerzo”, comenta. En la tarde, procura estudiar entre 30 minutos y una hora en un pequeño escritorio con su computador, en un cuarto contiguo a la sala. En las paredes apenas cuelgan afiches de su emprendimiento para mascotas, mientras en el escritorio reposan cuadernos con notas ordenadas y escritura elegante sobre los tiempos verbales, los saludos y hasta los colores en inglés.

Su proceso de aprendizaje

En ese espacio avanza con actividades de lectura, escritura y oralidad en la plataforma: relacionar imágenes y palabras, completar frases, presentarse, practicar saludos, simular situaciones en un aeropuerto, describir a la familia y ejercitar la pronunciación con un avatar creado con inteligencia artificial. Todo funciona bajo una metodología híbrida que combina clases virtuales autogestionables con sesiones presenciales en aulas y laboratorios de la universidad, junto a otros compañeros de todas las edades. Todo esto “sin pagar un solo peso”.

Asiste a clases grupales dos veces por semana y, cuando puede, participa en clubes de conversación en la universidad. Lo hace con constancia, incluso sabiendo que el aprendizaje hoy le exige más dedicación que antes. “Para mí ha sido difícil que ya no tengo 20 años… era demasiado buena de la memoria. En este momento no es tanto. Por eso me ha costado un poquito”. Aun así, no se detiene.

“A la Alcaldía de Medellín, a Sapiencia, quiero darles las gracias por esta oportunidad tan grande. Por pensar en que no sea algo limitado en edad,  pensado para muchas personas como yo que soy ama de casa y nos den esta oportunidad que muchos pensamos que no la íbamos a tener”, expresa con gratitud.

Gloria sigue estudiando. Sigue organizando su hogar, su emprendimiento y su vida familiar. Pero también sigue abriendo un espacio propio, uno que le recuerda cada día que aprender un nuevo idioma no es solo un reto: es la oportunidad de demostrar que para una ama de casa, nunca es tarde para empezar a estudiar