En barrios de Medellín, la economía circular se mueve en tiempos de consumismo

¿Te has puesto a pensar con qué frecuencia compras ropa?, ¿De dónde proviene la tela y la mano de obra que la fabrica?, ¿Tienes idea de cuántos litros de agua se requieren para fabricar unos jeans? Y al final cuando ya no los quieres, ¿cuánto tiempo tardan en descomponerse?

Aunque la moda es una expresión que permite mostrar la individualidad de cada persona, el costo ambiental de su producción va en aumento en contraste con los bajos precios que ofrecen las plataformas de venta de ropa por internet.

Prendas que se descosen y se rompen cada vez más fácil; que usamos cada vez menos antes de desechar; y colecciones que se crean en un abrir y cerrar de ojos. Todo esto hace parte de la tendencia fast fashion, lo que en español sería moda rápida.

Detrás de cada prenda

¿Por qué nos deberíamos interesar por este tema? De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se estima que se consumen  3781 litros de agua para la producción de un solo jean, uno solo. Esta cantidad equivale al consumo de una persona promedio durante un mes. Adicionalmente, pueden llegar a tardar 200 años para descomponerse. ¿Quién vive todo ese tiempo?

Un modelo económico que se parece a la tierra

En el modelo de economía lineal, se extrae, produce, consume y desecha. En cambio, la economía circular propone cinco formas de darle segundas, terceras o hasta más oportunidades a lo que a los ojos no entrenados de una persona, podría ser un desecho. Este concepto parece complejo, sin embargo es más sencillo de lo que parece.

Piensa en una prenda que tiene un roto o descosido. ¿Qué harías con ella? Cada vez que la reparas, la transformas o la reciclas, estás haciendo un acto revolucionario al darle una nueva oportunidad. De eso se trata la economía circular, de darle valor a las cosas y prolongar su vida útil.

Pequeños actos que marcan la diferencia

De manera práctica, desde Santa Cruz, cerca de 200 mujeres y hombres de todas las edades, se encuentran para aprender, crear y transformar prendas viejas o en desuso. Encuentros que cobran vida gracias a los recursos del Programa Planeación del Desarrollo Local y Presupuesto Participativo, ejecutados por la Secretaría de Medio Ambiente que buscan impulsar la cultura ambiental en Medellín.

“Estamos saturados de muchas cosas, comprar y comprar. En cambio ahora, podemos reutilizar y no sólo para nosotras, podemos arreglar, ponerlo bonito y regalar.” Dice Luz Dary Sánchez, una de las participantes del ciclo-taller de transformación de prendas, en la Comuna 2 – Santa Cruz.

Con lana, pintura, botones, tijeras e hilo; brindan segundas oportunidades a prendas que ya no usaban. El deseo de saber más, la creatividad y la recursividad, se unen a esta revolución silenciosa que les permite hacer terapia contra el estrés,  compartir con otras personas, intercambiar conocimientos, experiencias y crear lazos comunitarios.

Cada vez que reduces el consumo, reutilizas o transformas algo viejo en nuevo, reparas, recuperas y reciclas, estás entrando al ciclo de la economía circular. Pequeños actos que marcan la diferencia para que Medellín sea una ciudad más sostenible.