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Tiene nueve meses de embarazo e irradia alegría. Su bebé ya está pidiendo pista para empezar a vivir con su madre en la vereda La Loma, allá en las montañas del corr...
Tiene nueve meses de embarazo e irradia alegría. Su bebé ya está pidiendo pista para empezar a vivir con su madre en la vereda La Loma, allá en las montañas del corregimiento Santa Elena. Allí están sus ancestros que llevan en su sangre esa cultura silletera que también heredará de sus padres. Y este año, después de muchos años, por su condición de salud, vivirá desde las tribunas el Desfile de Silleteros de la Feria de las Flores en Medellín.
María Carolina Atehortúa Londoño, no se cambia por nadie. Muy serena y feliz estaba presente en el acto de presentación de la Feria de las Flores que se hizo en parques del Río. Ella está feliz esperando el cercano nacimiento de su nuevo retoño: Amelia, quién le hará compañía a Elena, su otra hija de 5 años. Y aunque sabe que por su condición no puede desfilar, le hará fuerza a su hermano Juan Fernando, a quien le pudo delegar su participación en la categoría Emblemática. Él tiene 43 años y es la primera vez que hará su recorrido en el Desfile de Silleteros porque siempre su labor ha sido apoyar en la elaboración de la silleta.
En él depositó la confianza y está segura de que le va a ir bien. “No desfilo por una buena causa -dice- pero el otro año volvemos a participar. Este año la silleta está inspirada en la fuerza de nuestros sueños y en que los límites solo están en la mente”.
Orgullosa de su cultura silletera

María Carolina vive orgullosa de su ancestro y de cómo su pequeña Elena ha ido asimilando esa cultura. “Ella ya ha desfilado en Santa Elena y en el colegio. Es que esto es una tradición muy hermosa que nos dejaron los abuelos y nuestros padres y se lo dejaremos a nuestros hijos. Esto es un orgullo mostrarlo en Colombia y a nivel internacional”.
Y por ese orgullo silletero le hace una invitación a locales visitantes: “Que nos visiten, que esta es una ciudad muy hermosa y llena de sentimientos culturales con muchas raíces”.
“Si Dios quiere esa silleta gana”
Al preguntarle sobre la posibilidad de que su niña nazca el Día del Desfile de Silleteros, se le asoma una lágrima a su mejilla y entre risa y algo de nervios solo atina a decir: “Si nace en pleno desfile me muero” y pensando en Amelia, quién de seguro también será silletera, se despide con los mejores deseos para Juan Fernando: “Él va con toda y si Dios quiere, mi hermano.