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Medellín volvió a celebrar un título que habla de presente y de futuro. Con 781 deportistas en competencia y una gestión integral que respaldó cada momento dentro y ...
Medellín volvió a celebrar un título que habla de presente y de futuro. Con 781 deportistas en competencia y una gestión integral que respaldó cada momento dentro y fuera de los escenarios, la ciudad se coronó recientemente como campeona general de los Juegos Deportivos Departamentales 2025, realizados en Copacabana y Girardota. La delegación participó en 34 disciplinas y alcanzó un resultado histórico: 479 medallas, entre ellas 169 de oro, 162 de plata y 148 de bronce. Ese triunfo también fue posible gracias al acompañamiento de más de 150 personas de las áreas médica, técnica, logística, jurídica, transporte, comunicaciones, entre otras, que garantizaron el desempeño y el bienestar de cada deportista. Nuestra capital recuperó el título que había perdido en 2023 y lo conquista por segunda vez consecutiva, consolidándose como el gran referente deportivo de Antioquia.
En ese camino estuvo Laura Galeano, una joven de 22 años que ha crecido con el deporte y con el Inder Alcaldía de Medellín. Su historia resume años de procesos formativos, sueños y disciplina. “Llevo toda una vida aquí, entré al Inder cuando tenía ocho años. El deporte me formó, me dio amigas, me enseñó a perder y a ganar”, recuerda con una sonrisa. Laura ganó tres medallas de oro durante el campeonato.
Su relación con el BMX empezó como empiezan muchos sueños: con un regalo de Niño Dios. Una bicicleta fue suficiente para entender que lo suyo no eran las puntas de ballet, como intentó su mamá, sino las emociones sobre pedales. “Yo montaba bicicleta en la unidad residencial. Me tiraba por las escaleras, subía y bajaba montañitas con mis amigos”, cuenta. Fue su tío quien la inscribió al programa de formación del Inder en la pista Antonio Roldán Betancur, justo un día en que se celebraba un Panamericano. Entre los referentes presentes estaba Mariana Pajón. “La saludé. Ese día empecé en este deporte”, dice.
Los inicios no fueron fáciles: era la única niña en su categoría y tenía que entrenar con los niños. Pero lejos de intimidarla, ese reto se convirtió en motor. “Me divertía ver la rabia de mis compañeritos cuando les ganaba. Esa era mi motivación: ganarle a los niños”, afirma entre risas. La inspiración creció en el 2012, cuando Mariana Pajón consiguió su primera medalla olímpica y más niñas se acercaron al BMX. Al fin hubo una categoría femenina.
Desde su primera salida a Marinilla, con el programa de Intercolegiados, Laura entendió que el deporte sería parte de su vida. “Eran cuatro días fuera de la casa. Recuerdo lo mucho que disfruté viajar y competir con el Inder”, menciona. Y cada experiencia alimentó su carácter. “Una vez fuimos a Pueblo Rico, la pista estaba en mal estado, llovió muchísimo… pero fue increíble. Nos llevaron en chiva. Era la primera vez que montaba en una, todo fue muy divertido”.
Hoy, su disciplina y la estructura formativa del Inder Alcaldía de Medellín se han ido profesionalizando. Las competencias se planean desde el día anterior: “Organizo todo: casco, gafas, guantes… siempre llevo dos o tres pares porque a mí me gusta que me ajusten bien”, detalla. En su preparación incluye zapatillas de competencia, protecciones, bandas elásticas para calentar, herramientas para imprevistos, impermeable, neumático de repuesto y su uniforme de presentación de la Selección Medellín listo para salir. “Los nervios me llegan ya en la pista, pero antes estoy tranquila. Solo cuando voy caminando hacia la rampa me voy metiendo en el modo carrera”.
También tiene un ritual infaltable: “Antes de empezar me aprieto bien el velcro de las zapatillas y los guantes. Eso me da estabilidad y seguridad cuando compito”.
Laura representa a una generación que ha vivido el ciclo deportivo completo que impulsa el Inder Alcaldía de Medellín: iniciación, formación, especialización y alto rendimiento. Una apuesta que hoy se refleja en los resultados de ciudad y en historias como esta, que se escriben con victorias, pero sobre todo con procesos.
El título departamental es un logro colectivo, pero también un homenaje a quienes llevan el escudo de Medellín en el pecho desde la niñez. “El Inder me enseñó a creer en mí. Aquí crecí como deportista y como persona”, concluye Laura.