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Luego de tres décadas, vecinos del barrio Santo Domingo en Medellín, tienen agua potable. ¡Esta es la historia!

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Por: Marcela Cortés. Editor: Alonso Velásquez Jaramillo. |

Hace apenas unos meses el ruido del barrio Santo Domingo, de la comuna 1 del Distrito de Medellín, anunciaba el afán de muchos vecinos por salir corriendo a recoger agu...

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  • Hace apenas unos meses el ruido del barrio Santo Domingo, de la comuna 1 del Distrito de Medellín, anunciaba el afán de muchos vecinos por salir corriendo a recoger agua. Cada mañana, ellos, despertaban con la incertidumbre de cómo conseguir lo que les garantizaría preparar el almuerzo, ducharse, tomarse una pastilla o simplemente calmar la sed.

    Mujeres, hombres y niños caminaban a diario kilómetros bajo el sol abrasador o la lluvia inclemente, cargando baldes o bidones que apenas alcanzaban para cubrir las necesidades del día. El agua, un recurso al que muchos acceden sin tanto problema, se convirtió en un lujo al que pocos podían acceder en este popular sector de la ciudad.

    En este momento de la historia, podríamos detenernos a pensar qué pasaría si un día nos levantáramos y no tenemos agua. O quizá, si pasamos una o varias semanas sin verla correr por los grifos de la casa, ¡angustiante!, ¿verdad? Ahora imagine vivir 36 años en estas condiciones que significan salir de la casa, subir o bajar las mismas escaleras, muchas veces para cargar agua durante tres décadas. ¡Increíble!

    Sin embargo, y tal como lo dice el viejo adagio: “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”, hoy, el paisaje del sector La Esperanza parte baja ha cambiado radicalmente. El sonido del agua corriendo por las tuberías recién instaladas se mezcla con las risas de los niños que juegan en las calles y con los murmullos de las señoras que conversan en las aceras estrechas. Dora Elena García, es una de las vecinas más antiguas del sector, ella nos relató lo que sintió la primera vez que vio salir agua de la canilla del lavaplatos.

    Imagen Dora tomando agua potable

    El agua es una bendición”, dice con los ojos brillantes y una sonrisa que ilumina su rostro. “Después de 36 años viviendo en este sector con mi esposo y uno de mis hijos, finalmente, tengo suficiente agua limpia en mi casa, y es bastante. Mucho más cómodo”.

    Ahora Dora, ya no tiene que esperar a que el agua baje del tanque desde la conexión artesanal que antes tenía, ni depender de un camión repartidor, ni subir más de cien escalones con sed para encontrar, al final, agua para ella y su familia.

    Imagen manos recibiendo agua 6A

    Lo cierto del caso, es que vivir sin agua potable no es solo sinónimo de incomodidad, es una condena a la precariedad; una barrera para la salud, la educación y el desarrollo. En Santo Domingo, comuna 1 de Medellín, esta realidad era el pan de cada día. Los lugareños se veían obligados a conseguirla con esfuerzo físico, invirtiendo tiempo y, muchas veces, asumiendo riesgos.

    Otra historia que se suma a este relato es la de Sergio Jesús Arrubla, quien, con su marcado acento paisa, sonríe con nerviosismo ante la cámara y dice entre una risa tímida: “Ya no nos falta el agüita para tomarnos una pastilla; si tenemos sed, contamos con agua potable, así que estamos muy contentos”.

    Imagen niño tomando agua potable foto 5

    Cuando hicimos esta visita nos contaron todo lo que tuvieron que hacer para acceder al servicio de EPM, los vecinos presentaron múltiples solicitudes para lograr una conexión legal, insistiendo en la necesidad del agua potable hasta que, finalmente, se nos hizo realidad el milagrito.

    Un antes y un después: dignificación para las familias más vulnerables

    Mientras gran parte del mundo avanza hacia la digitalización y la automatización, aún hay comunidades que sueñan con acceder a agua pura, por ello, para la Administración Distrital, conectar 50 000 hogares a la solución de agua y saneamiento básico mediante el programa Unidos por el Agua, durante el cuatrienio 2024-2027, es un reto prioritario.

    Este componente busca dar continuidad al Plan de Gobierno presentado por el alcalde Federico Gutiérrez en su primera vigencia de mandato 2016-2019. Este plan tuvo un impacto significativo en más de 40 000 familias vulnerables, que se conectaron por primera vez al servicio de agua potable y alcantarillado.

    Imagen trabajadores agua potable foto 2

    Sin embargo, el impacto de estas conexiones legales va más allá de garantizar el suministro de agua. Han significado un cambio profundo en la calidad de vida de las comunidades, impactando positivamente su salud, economía y bienestar.

    Además del acceso al agua, las intervenciones realizadas y las previstas para el período actual incluyen la mejora de infraestructura con la construcción de andenes, escaleras y muros de contención, como se menciona en el Plan Distrital «Medellín te quiere». Lo que, a su vez, ha facilitado la movilidad en sectores históricamente olvidados y ha mejorado la calidad de vida de los residentes. También, la iniciativa ha generado oportunidades laborales para los residentes de la zona, fortaleciendo la economía local y promoviendo el desarrollo sostenible de las comunidades.

    Imagen agua potable foto 3

    Este programa, fruto del compromiso de la Alcaldía de Medellín, EPM y la ciudadanía, es un reflejo de lo que puede lograrse cuando las instituciones y la comunidad caminan en una misma dirección.

    Las largas caminatas bajo el sol, los bidones vacíos y el miedo a enfermar por agua contaminada quedaron atrás, reemplazados por grifos que fluyen con esperanza y proyectos comunitarios que germinan.

    Hoy, los rostros de Dora, Sergio y demás habitantes del barrio Santo Domingo que antes reflejaban cansancio por madrugar para buscar el agua, brillan con la tranquilidad de quien sabe que su familia está segura.

    Unidos por el Agua no es solo un logro técnico, es un símbolo de que la colaboración transforma realidades, siembra sostenibilidad y, sobre todo, devuelve a las personas el derecho elemental de vivir con dignidad.

    El camino hacia una ciudad más justa y resiliente ya está trazado, y cada gota que corre por las tuberías de este territorio es una prueba de que, juntos, logramos una Medellín como Vos.


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