Tres décadas del INDER Medellín: la flor de la esperanza

Son 30 años los que cumple esta entidad que, día tras día ofrece a los medellinenses recreación, sana convivencia, deporte y cultura a través de la actividad física.  Tres décadas en las que se ha forjado un nombre como referente en su tipo en el país.

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Manuela se pone su pinta deportiva. Organiza a su perrita y alista el agua y alguna galleta crocante por si a Aria -así se llama su perrita- le da hambre luego de la locura canina. Manuela llama a su novio antes de salir y le avisa que en 15 minutos estará cerca de la manga del costado Sur de la circunvalar en el Atanasio.

Al momento del encuentro: el beso de rigor y empieza un trote suave que se convierte en motivo de fiesta y felicidad para la niña de los ojos de Manuela y de su compañero de vida: una mascota que llena de saltos el espacio verde y arbolado del estadio. Hay regocijo y los tres disfrutan de una actividad que recurrentemente se cumple, gracias a una institución que ha logrado ganarse el corazón de estos tres seres y que se agrupa en un fonema de cinco letras: INDER.

El INDER

El Instituto de Deportes y Recreación de Medellín, INDER, ha sido un actor clave y un testigo de excepción en la modernización y avance de nuestro Distrito de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Es una institución de vanguardia en materia de entornos protectores en el país y también un agente eficaz en la transformación de concepciones urbanas para el aprovechamiento de espacios públicos.

Gracias a su irradiación a través del deporte, la recreación, la actividad física y los escenarios de calidad, con mediación de profesionales especializados, ha crecido hombro a hombro con los habitantes de nuestra ciudad y ya en 30 años de funcionamiento, su huella es profunda en los territorios.

Su gestación

Copia del Decreto de creación del INDER, hace 30 años

Fue el viernes 5 de marzo de 1993 la fecha en que nació por Acuerdo del Concejo Municipal el INDER Medellín -con diez empleados-. Posteriormente, la ley 181 de 1995 formalizó la creación de los Institutos de deporte a nivel municipal, dejando en firme este gran anhelo de la sociedad antioqueña.

30 años irradiando vida 

Inder Medellín

El amor y la acogida que han marcado estos 30 años del INDER Medellín pasan por las memorables Escuelas Populares del Deporte, los IX Juegos Suramericanos, las Ciclovías tradicionales, los Juegos deportivos Ciudad de Medellín y entre otros más, por los más de 980 escenarios recreodeportivos públicos que aportan a la salud y calidad de vida de los habitantes del Distrito.

Las estrategias de aprovechamiento del tiempo libre, la oferta de programas para el mejoramiento de la cultura ciudadana y la transformación social, siguen buscando una ciudad equitativa, incluyente y respetuosa de la vida, que en suma cualifiquen y permitan el sano esparcimiento de todos los ciclos de vida, desde las madres gestantes, las personas mayores, las personas en situación de discapacidad y hasta las personas en situación de calle y de cárcel que encuentran en el Instituto una nueva oportunidad.

Inder Medellín

En fe de lo anterior, Manuela Rendón nos comparte su testimonio de vida, pues la observamos en varias ocasiones disfrutando del generoso espacio que se adecúa en el estadio Atanasio Girardot, ícono de la cultura deportiva de la ciudad. Allí el INDER, atiende una ruta en la que patinadores, ciclistas, mascotas y caminantes confluyen y coexisten pacíficamente.

“Yo llegué al estadio porque vivo en el barrio Florida Nueva y es un lugar de recreación que me queda cerca a la casa y que une diferentes mundos, entonces están las personas que van a compartir con sus familias, los que van a compartir con los niños, quienes van con las mascotas, también las personas que van a hacer ejercicio; entonces me gusta encontrar esa variedad en este lugar, donde se unen muchos gustos y muchos tipos de personas… me gusta que mi perrita sea muy sociable y este espacio me lo permite”, puntualiza Manuela.

El disfrute del esparcimiento

Sin ir muy lejos, podemos afirmar, que allí se propone un estilo de vida, una forma de encontrarse con la diferencia, la variedad y la alteridad, porque quienes acuden a este gran escenario están en función de vivir una experiencia oxigenante, atlética y liberadora; cada uno se respeta, se apoya o ayuda; en el estadio se vive una tranquilidad compartida y se construye un espacio colectivo de luz, felicidad y amor. Es precisamente este reflejo lo que trasmite el INDER en este tipo de escenarios y que irradia a Medellín entera.

“Mi perrita que se llama Aria se encuentra con muchas otras mascotas, juegan, corren… -creo que se debe ejercer mayor control sobre las motos que circulan- pero la mayoría de veces ellos pueden correr, se juntan con otros perritos, se divierten y uno conoce gente porque las mascotas están jugando y los dueños están interactuando, hablando”, agrega Manuela.

Foto Aria

Como Manuela, son centenares de personas las que diariamente acuden a vivir un sano esparcimiento y que agradecen al INDER en su quehacer a lo largo ya de tres productivas décadas.

Eventos para todos los gustos

Este esparcimiento lo logra el INDER a través de las diferentes pistas, canchas, piscinas -12 barriales-, gimnasios, diamantes y coliseos que administra la entidad descentralizada, todos gratuitos y que constituyen el corazón de la oferta en la que relucen eventos institucionales como “Gamers”, “Carros de Rodillos”, “Urban Bike” y “7 Cerros”, entre otros, que, fungen como la mirada del ángel en la historia en la que hacia atrás y hacia adelante se observa un hermoso devenir.

Inder Medellín

El INDER, en sus 30 años de vida, más que una fría clase de educación física, es un concepto de vida, una apertura a la esperanza y una promesa de llevar a todos los rincones de la ciudad en sus barrios y comunas, una oferta cada vez más potente y que canalice las capacidades de miles de niños, jóvenes y adultos en torno a la cultura deportiva, el espíritu transformador de la actividad física y un aprovechamiento portentoso del tiempo libre, por medio de la recreación, aquel que los griegos denominaran como el gran “ocio productivo”.