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En 32 parques de Medellín se realiza Juguemos en el Parque, estrategia liderada por el Despacho de la Primera Dama, en articulación con el INDER para propiciar a travé...
En 32 parques de Medellín se realiza Juguemos en el Parque, estrategia liderada por el Despacho de la Primera Dama, en articulación con el INDER para propiciar a través del juego el aprovechamiento del tiempo libre y la recuperación del espacio público.
Un sábado cualquiera, a las cuatro de la tarde, el parque del barrio se llena de voces, de carreras y de esa alegría que solo se siente en la infancia. Entre ellas está la familia de Liliana Loaiza, mamá de dos niños, Miguel Ángel de nueve años y su hermano Nicolás, que desde hace meses convirtió esta cita semanal, en un encuentro con la alegría.
“Me parece una estrategia muy bonita, divertida para los niños, de sana convivencia, y sobre todo porque los aleja un rato de las pantallas y de la tecnología”, cuenta mientras observa a sus hijos saltar y reír en las rondas. Para ella, no se trata solo de un espacio recreativo, sino un espacio familiar.

Cada sábado, de cuatro a seis de la tarde, Liliana, su esposo y sus hijos llegan puntuales al parque. Allí, los juegos sencillos de siempre —los que no necesitan más que ganas y un poco de energía— se convierten en la excusa perfecta para fortalecer lazos, compartir y ver a los niños disfrutar de manera sana el parque.
“Es un momento de distracción muy bueno para ellos y para nosotros como papás también. Aunque uno no participe directamente de los juegos, de cualquier manera está integrado. Yo invito a otros padres para que traigan a sus hijos, para que no estén todo el tiempo encerrados en la casa con un computador, una tablet o un celular, sino que vivan experiencias diferentes”, insiste Liliana Loaiza, convencida de que este programa les devuelve a los niños la posibilidad de ser niños.

Su hijo mayor Miguel Ángel, con la cara sudada de tanto correr, resume la magia de la tarde en pocas palabras: “Me gusta venir mucho los sábados a jugar chucha cogida. Quiero invitar a todos mis amigos del barrio a venir a jugar al parque”.
Juguemos en el Parque es más que una invitación al juego, es un llamado a reconocer el valor de nuestros espacios públicos como lugares para tejer comunidad y construir entornos protectores.
En los parques las niñas y niños corren, ríen, crean recuerdos y aprenden a convivir con otros. Pero para que esto sea posible, necesitamos cuidar juntos estos espacios, manteniéndolos limpios, seguros y llenos de vida.

En articulación con la Secretaría de Medio Ambiente del Distrito se vienen realizando en 22 parques de la estrategia obras de ornato y aseo para recuperar estos espacios públicos y habilitarlos para el disfrute de los ciudadanos.
Pero no son solo los sábados los que se llenan de vida. Luciana Pérez, de 8 años, ha encontrado en esta estrategia un motivo especial para esperar con ilusión cada miércoles.
“Me gusta Juguemos en el Parque porque podemos hacer amiguitos y jugar. La experiencia de por acá es muy buena. Los miércoles es divertido salir, porque ahora hay algo que hacer. Yo antes me sentaba a ver televisión, pero ahora tengo algo que hacer en este día. No importa si llueve o hace sol, yo quiero estar aquí en el parque”.
En su voz se refleja esa sensación de novedad y entusiasmo que marca la diferencia en la rutina de los niños y niñas. Para Luciana, este espacio no es solo un momento de juego: es la oportunidad de crear amistades y de aprender a compartir.
Esta iniciativa tiene presencia en 32 parques de Medellín y recibe en promedio a 930 niñas, niños y adolescentes al mes, que van a jugar una vez por semana.
En una ciudad donde muchos niños enfrentan soledad, abandono o incluso entornos de violencia, Juguemos en el Parque se convierte en una respuesta poderosa: un espacio donde el cuidado se transforma en juego y la prevención en convivencia. Cada tarde de juegos no solo aleja a los niños de las pantallas, también los protege de riesgos silenciosos, les da compañía, confianza y la certeza de que su barrio y su ciudad son lugares donde siempre habrá alguien dispuesto a jugar y a cuidar de ellos.