Mujeres transformadoras de vidas

El día ha amanecido gris y lluvioso. Parece que el clima recordara aquel triste 25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York, lo que provocó la muerte de 146 mujeres y heridas a 71 más.

Pero el día no puede ser triste. Por el contrario, el motivo de encuentro de cientos de personas, este 8 de marzo, en la cancha “La López” del barrio Manrique es más motivador. Esas mujeres que dan vida, que construyen sueños, que trabajan arduamente para sacar adelante a sus familias y con ello a sus comunidades se reúnen para la presentación del Centro Móvil de Equidad de Género, que permitirá ofertar diferentes servicios dirigidos a promover los derechos de las mujeres, las jóvenes y las niñas de la ciudad.

Mientras el evento da inicio, una veintena de mujeres y hombres, pertenecientes al club de vida desafían la fría lluvia y siguen los pasos de la instructora del Inder. Otras más escuchan con atención las indicaciones y recomendaciones de enfermeras, trabajadoras sociales, personal de la policía, que distribuidos en pequeños módulos ofertan y orientan a la comunidad acerca de los servicios de la Alcaldía.

En una de las sillas preparadas para el evento central espera con paciencia Eliana Bedoya, comunicadora social, proveniente de la comuna 8, a quien un accidente le cambió su vida, como ella misma dice, de uno a cien, el cambio fue de cien.

Eliana es una mujer transformada. Antes, como ella misma lo dice, era prepotente, arrogante, soberbia, alejada de su familia. Buscaba los lujos y pensaba sólo en los elementos materiales. Hoy valora lo que tiene dentro de su ser y a las personas que le rodean.

Ella acudió a la Secretaría de las Mujeres luego de sufrir el accidente que le causó varias fracturas. Esto la llevó a una situación de depresión profunda, bajó de peso hasta llegar a los 39 kilos. La figura esbelta de antes se había perdido. Todo ello se sumó a varios problemas familiares en su casa.

A través de los servicios de la secretaría, su personalidad se tornó más humilde, aprendió a quererse nuevamente, a valorarse y a apreciar a los demás. También las relaciones de familia han mejorado. Hoy Eliana es feliz. No quiere ser la mujer de antes. Ella disfruta de la relación con otras personas, sobre todo de aquellas que valoran lo que es la esencia de la vida.

Hace poco más de un año recibió asesoría psicológica, apoyo a través de la ruta de autonomía económica, asesoría jurídica y acompañamiento para sacar adelante su proyecto de un programa de televisión llamado “Emprendedores de sueños”. Igualmente la Secretaría de Desarrollo Económico ha estado presente en su proceso mediante capacitaciones y eventos de liderazgo empresarial. El apoyo para que su proyecto crezca es fundamental para ella. Su energía está puesta en ello, porque el  programa será “para ayudarle a la gente”.

Eliana invita a las mujeres a que se valoren, se quieran y se hagan respetar. Reitera que las mujeres son positivas, valiosas, empoderadas, que tienen el don de darse a respetar y quererse como son, que no necesitan de cosas artificiales. Las mujeres son capaces de cumplir sueños y metas. Tienen la capacidad de amarse interiormente. Son bellas porque son creadas por Dios. “Somos almitas muy hermosas que damos lo bueno para las otras personas y para el mundo también”.

A Eliana desde la Administración Municipal podemos decirle con certeza que su proyecto llegará muy alto y con su historia, como ejemplo de vida, otras mujeres podrán poner a volar sus sueños.

María Aidé Pulgarín Osorio

Cerca del lugar donde esperaba Eliana el comienzo del evento, María Aidé Pulgarín, del barrio Manrique La Salle, recorría los módulos de servicio de la Alcaldía de Medellín. Se considera una de las fundadoras del barrio y hace 27 años es lideresa comunitaria.

Su trasegar por el mundo de los derechos de las mujeres comenzó al entender su ser de mujer, al entender que era una feminista popular. Surge con ello la inquietud de enseñarles a otras mujeres cómo exigir sus derechos, saber en qué espacios están. “No es lo mismo saberlos que exigirlos”.

Ha conformado grupos de promoción de los derechos como el Colectivo de Mujeres, el Comité de Mujeres de la Acción Comunal del barrio La Salle, entre otros, donde las invita a conocer sus derechos, a saber cómo incidir.

A estos grupos, señala María Aidé, llegan mujeres que no saben nada, ni siquiera del qué es ser mujer. Cuando ya los entienden comienzan a empoderarse de los derechos que tienen y de sus deberes.

Su acción se hace efectiva en los espacios de toma de decisiones como el Presupuesto Participativo, la Junta de Acción Comunal, con las Juntas Administradoras Locales –JAL-, y en todos aquellos espacios que les permiten sensibilizar a las mujeres. Trabajan con las mujeres desplazadas para que mediante las políticas públicas, el conocimiento de la ley, sepan cómo actuar frente a las violencias contra las mujeres y la violencia intrafamiliar, entre otros aspectos.

Maria Aidé manifiesta que en ocasiones se sienten solas en su trabajo “porque cuando aprendemos a caminar, nos dicen que caminemos solas”. Las mujeres, agrega, son muy  temerosas, temerosas de sus esposos, de ciertas violencias. Por eso necesitan “estar cogidas de las manos de las secretarías” y reclama un poco más de acompañamiento, aunque la Secretaría de las Mujeres ha estado con ellas fortaleciendo las capacidades adquiridas no solo con la Administración Municipal sino con otras entidades.

Es importante, indica, que cada mujer apueste a esto que necesitan, que apuesten todas en los espacios políticos y sociales, para saber y entender cuáles son sus derechos.

Su mensaje para las mujeres es que no dejen de incidir, que piensen en un panorama amplio, que se piensen más en saber y entender que están en un lugar especial de toma de decisiones, que es supremamente importante.

A los hombres, les dice, que se “toquen, porque ellos tienen madres, tienen hermanas, primas, abuelas, muchas mujeres a su alrededor, que tengan siempre un gran respeto y actitud hacia las mujeres, porque todo parte de uno mismo”.