El arte de no dejar morir la tradición

Artesano: persona que se dedica a realizar arte o elabora objetos o productos a mano, con aparatos sencillos y de manera tradicional, según varias definiciones en diversos espacios digitales.

Sin embargo, esta definición no cubre todo lo que significa ser artesano, habría que agregar: la pasión, el amor y las ganas que se debe tener para realizar este oficio.

Diana Lopera es una artesana que hace de las muñecas de trapo la alegría para muchos y un paseo por la memoria para otros. Hay quienes las adquieren para revivir su infancia o transmitir algo de esa felicidad a sus hijos.

Diana, quien hace 39 años se dedica a este arte por tradición familiar y con una sonrisa gigantezca y un carisma que desborda gusto por el arte, nos recibió en su stand lleno de color, tejidos y mucho amor.

“Para mí es muy importante continuar con la tradición de fabricar las muñecas, que era un negocio familiar con el que todos crecimos en torno a coserlas, de ir al mercado artesanal de Sanalejo, ferias artesanales a nivel nacional y algunas internacionales. Entonces, digamos que esto es para toda la vida. Está ahí y tú no te lo puedes quitar así porque sí, sino que lo tienes que seguir haciendo de corazón, con el alma”, expresa Diana.

Durante 9 años Diana fue promotora turística, vivía de viaje en viaje y conociendo el mundo entero, pero como ella misma afirma, “esto lo llevo en el alma, en mi ADN y lo tienes que seguir haciendo con el corazón”. Por eso decidió retirarse del sector turístico y pasó a dedicarse de lleno, al igual que su hermana, a este arte heredado de su mamá y abuela.

“Mi mamá toda la vida fue modista, entonces ha sido todo un proceso el ser artesana y dedicar toda una vida a crear muñecas de trapo con diferentes estilos, diseños, colores, innovando siempre en cada una de ellas para seguir con este legado”, según cuenta Diana.

Las muñecas de trapo

Esta práctica artesanal se remonta a nuestros antepasados, quienes vieron en el juego y en las muñecas una forma de enseñar a los niños y niñas, los oficios que se debían aprender.

Durante la pandemia a Diana le tocó adaptarse a las nuevas tecnologías y por medio de plataformas pudo seguir el legado de su familia, y con risas nos contó que “con la pandemia nos reinventamos, moviendo más las redes sociales y el incremento fue altísimo, se subieron los seguidores y aumentaron las ventas por las redes, tanto por WhatsApp como Instagram. Nos aventuramos y nos fue muy bien”.

Y en medio del confinamiento creó a sus “bebés” como lo afirma ella. Se trata de muñecos que tienen la misión de ser adoptados para ser un compañero en casa y también hacerle un homenaje a los héroes de la salud. 

“Como dice el dicho popular, las oportunidades las pintan calvas, así que se me ocurrió hacer un compañero de cuarentena y qué mejor que un médico, y eso fue una locura. Entonces, los vendimos en la bolsita de tela, les pusimos un certificado de adopción y las personas debían bautizarlos y ponerles fecha, para que ese día fuera el del nacimiento de su nuevo compañero de cuarentena y de vida”.

Diana tiene como colaboradoras a mujeres cabezas de familias que han sufrido algún tipo de violencia y con este arte espera poder ayudarlas a salir adelante. 

“En este momento me colaboran cinco señoras, cada una tiene una actividad diferente en el proceso de elaboración de las muñecas, por ejemplo: Morelia tiene 52 años, fue una señora desplazada de San Luis, Antioquia y vivió cosas que uno ni se imagina, pero llegó a Medellín y gracias a Dios está con nosotros desde hace ya varios años y ya tiene su casita propia”. 

Y así como Diana, son cientos los artesanos que nos alegran y adornan cada día con su arte, manteniendo viva la herencia y tradiciones de nuestros ancestros, mezclándolas con los nuevos conocimientos, técnicas e imaginería para no quedar en el olvido.

A los artesanos, feliz día y larga vida a esta hermosa tradición.

Mercado Sanalejo

El Mercado del Coleccionista fue el antecedente histórico de lo que hoy conocemos como Mercado de Sanalejo.

En la actualidad, este es coordinado por la Secretaría de Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Medellín. En él participan alrededor 350 personas entre artesanos, comercializadores de antigüedades y pequeños cultivadores de plantas ornamentales. Los oficios artesanales más destacados en este escenario son: bisutería, tejeduría, marroquinería, trabajos decorativos, joyería, cerámica, orfebrería, muñequería, instrumentos musicales, vitrales, aplicaciones en tela, cerería, metalistería, sombrerería, carpintería y ebanistería, entre otros, según destaca la Secretría de Cultura.