La memoria de La Escombrera sigue viva en Medellín

Como parte del proceso de custodia y de la preservación de nuestra historia, en días recientes se realizó el traslado al Museo Casa de la Memoria -un lugar propicio y seguro- de la placa conmemorativa de los hechos ocurridos en el sector de La Escombrera en la comuna 13 de la ciudad, como un factor de esperanza y renovación de la vida y la paz en el sector.

Ómar Andrés es profesor de grados décimos y undécimos en la ciudad de Medellín. Enseña lengua castellana y ética, como una pasión perseverante. Su presencia es sonora y desprende un aroma de felicidad cada que habla. Es respetado por sus estudiantes en una categoría tal, que lo reverencian con un signo en los dedos de la mano y en el cabello. Los chicos lo llaman de cariño Carlos Vives por sus crespos y por su voz sonora; casi costeña por su melodía interna.

Gracias a los avatares de la Secretaría de Educación de Medellín, en su provisionalidad ha rotado de Moravia adentro a Robledo Aures, de la comuna 8 a Manrique El Pomar, de Santo Domingo Savio a la comuna 13. Siempre su liderazgo ha sido, según él, un factor de traslado “Los rectores empiezan a percibir que hay una energía movilizadora, que pregunta, que inquiere y eso incomoda… me hacen trasladar, guardándose las explicaciones”, dice.

Ómar y La Escombrera

En ese ir y venir, pudo conocer la situación de La Escombrera, la que visitó una vez se supo el exabrupto. Allí anduvo con los afectados, cargando unas siluetas negras en las que aparecían inscritos los nombres de los desaparecidos. Todo ello hace más de una década, cuando asomarse por allí era casi un disparate y él con sus inquietudes era un estudiante-activista cursando su segunda carrera.

En la visita que hizo en aquel entonces, pudo constatar la rudeza del lugar y el clamor de las víctimas, que pedían por sus familiares y que solo acompañaba la Corporación Jurídica Libertad y un colectivo de comunicaciones con muchachos de periodismo de la Universidad de Antioquia. Con cámaras prestadas, lograron hacer una nota que visibilizó la locura allí ocurrida y que fue transmitida por el circuito de televisores del campus central, como una batalla ganada a la invisibilización, recuerda Ómar.

La memoria de La Escombrera

La memoria de La Escombrera

Mucha agua ha pasado por el molino hasta el día de hoy, y como parte del proceso de custodia de memoria y de preservación de nuestra historia, en días recientes se realizó el traslado a un lugar propicio y seguro de la placa conmemorativa de los hechos ocurridos en el sector de La Escombrera en la comuna 13 de la ciudad, como un factor de esperanza y renovación de la vida y la paz en el sector.

La memoria de La Escombrera

La medida, que estuvo acompañada además por los familiares de las víctimas, se centró en un evento lleno de símbolos y en la instalación de la Placa en la sede del Museo Casa de la Memoria, en el Centro de Medellín, para evitar actos de agresión que se habían venido presentando sobre el enser por el nivel de cicatrizamiento que aún representa este lugar en la violencia política de Medellín.

Antecedentes y una pincelada de historia.

Tal y como lo afirma el Museo Casa de la Memoria, en la reconstrucción de la historia del conflicto en el occidente de la ciudad, las organizaciones armadas llegan a la comuna 13 con la idea de tomarse este territorio que es también un corredor estratégico “que une el suroccidente de la ciudad con el occidente del departamento y con la salida al mar por Urabá, importante para el tráfico de armas, drogas y el control militar de Medellín”, según la Corporación Jurídica Libertad, CJL.

Ómar recuerda que en este momento en que logró asistir y acompañar a las víctimas, las volquetas iban y venían, los escombros seguían tirándose y el lugar tenía algo de extraño y complicado. “En una de las zanjas que había, me hundí el zapato derecho y el pantalón hasta la rodilla, me ensucié todo… llevábamos también una cámara y este pantanero me pareció como extraño; el hecho era que seguían tirando escombros y la tierra estaba muy floja; querían seguir tapando lo que habían hecho”.

La memoria de La Escombrera

Lo anterior tiene un mayor nivel de claridad al conocer la raíz profunda de aquel lugar: “antes de la llegada de las Farc y el ELN grupos paramilitares ya hacían presencia en el territorio (por ejemplo, el Bloque Metro y el Frente José Luis Zuluaga de la ACMM) y, según la Corporación Jurídica Libertad, la presencia guerrillera fue, de hecho, un factor de retraso para la expansión del dominio paramilitar en la comuna. La confrontación de estos dos grupos armados (guerrillas vs. paramilitares) sumada a la persecución de los grupos subversivos (guerrilleros) por parte de las fuerzas armadas desencadenó una lucha a sangre y fuego por el control territorial; de esta manera, se desplegaron las operaciones militares en Medellín como parte de la estrategia de seguridad estatal en la que, años más tarde, se demostró la connivencia con los actores paramilitares para su desarrollo”, precisa en su informe público el Museo.

La memoria de La Escombrera

La crudeza de los hechos, contrasta con la belleza del lugar y con la humildad y amor de sus habitantes. Sin lugar a dudas, la zona es un corredor estratégico, con rentas enormes y con un potencial fabuloso para desarrollar cualquier actividad económica de apertura a la segunda ciudad más grande y productiva del país, además conectada con el mar y sus puertos.

Lo que sigue, consta en los relatos nacionales e internacionales: “desde 2001, con el comienzo de las operaciones militares de los organismos de seguridad del Estado, en la comuna 13 se dio inicio a un proceso de militarización que se extendería hasta 2003 y su pico ocurriría en 2002. En ese periodo se desplegaron al menos 25 operaciones militares, 15 de ellas en 2002”. Las desapariciones y muertes no se hicieron esperar y se desató la ira conflictiva que hoy se transforma entre otros valores, en signos firmes de resiliencia, bondad y coexistencia.

“Solo para dimensionar los efectos en la población civil, producto de la Operación Orión (octubre del 2002), esta dejó: 29 agentes estatales que cometieron seis desapariciones forzadas (Corporación Jurídica Libertad -CJL-), fueron muertas 10 personas señaladas como terroristas (CJL) y hubo desplazamiento intraurbano, múltiples hurtos, allanamientos irregulares y 576 detenciones arbitrarias”, afirma el Museo Casa de la Memoria en su reconstrucción minuciosa de los hechos.

La memoria de La Escombrera

La Escombrera se convierte así, en el punto de búsqueda fundamental, pues por su nivel de vertimiento de residuos constructivos, era el lugar elegido para desaparecer todo rastro o evidencia de las personas a quienes se les quitaba la vida, en un acto absurdo e ilegal, pues la Constitución Política de Colombia nunca contempló la pena de muerte como castigo máximo para cualquier delito, sea el que sea. Despojar la vida y esconder el rastro, se convirtió en un signo de dominio y control del territorio. Algo a todas luces intrigante.

Ómar puntualiza otro aparte de su recuerdo al visitar el lugar. “Me encontré con personas maravillosas, muy humildes, que solo querían recuperar el cuerpo de sus seres queridos, sabían que allí los habían dejado y que allí los podían encontrar”.

Señala en su investigación el Museo Casa de la Memoria: “Es aquí donde aparece el testimonio de Juan Carlos Villa Saldarriaga, alias Móvil 8, exparamilitar quien indicó, en el año 2004, que los cuerpos de las personas desaparecidas habían sido inhumados clandestinamente en la Arenera y la Escombrera ubicadas en la parte alta de la comuna 13. Ello coincidió con los relatos de familiares de desaparecidos y de testigos, quienes indicaron que los cuerpos fueron enterrados en estos sitios”. La versión también es respaldada por la Corporación Jurídica Libertad.

El lugar entonces, funge simultáneamente como un escenario legista, de memoria, de intervención judicial, de registro histórico, de transformación urgente y de campo santo. Esta es la importancia de la conmemoración hecha por la Alcaldía de Medellín el pasado 30 de agosto de 2023 con la placa a bordo.

La memoria de La Escombrera

Síntesis de la Línea de Tiempo (Museo Casa de la Memoria)

1. 2004: Alias Móvil 8 indica que en el lugar fueron inhumados los cuerpos de víctimas de desaparición forzada.
2. 2012 (Abril): el Tribunal Superior de Medellín ordena la construcción de un memorial en La Escombrera para honrar a las víctimas de desaparición forzada y la construcción de un plan de búsqueda.
3. 2012 (Noviembre): la placa conmemorativa es instalada en La Escombrera por el Tribunal Superior de Medellín.
4. 2012: En un hecho sin precedentes, fue retirada de su sitio por orden del administrador de Bioparques S.A.S, con la justificación de que impedía que se llevaran a cabo los procesos de vertimiento.
5. 2014 (Octubre): víctimas y organizaciones sociales exigen el cierre inmediato de La Escombrera para evitar el vaciado de más material y exigen un plan de búsqueda a las instituciones del Estado.
6. 2015 (Junio): organizaciones de víctimas exigen garantizar su participación directa, identificación y entrega de restos humanos y la intervención simultánea de La Escombrera y La Arenera.
7. 2015 (Junio): víctimas y autoridades se preparan para la búsqueda de desaparecidos en la comuna 13 a partir del Plan de Búsqueda “proceso de prospección arqueológica con fines judiciales”.
8. 2015 (Julio): iniciaron las labores de excavación en La Escombrera para la búsqueda de desaparecidos.
9. 2015 (Diciembre): Después de cinco meses de búsqueda se finalizan las excavaciones en La Escombrera.
10. 2018: El Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado pide a la Jurisdicción Especial de Paz garantizar el cuidado, protección y preservación de 16 lugares en riesgo del país en donde, según investigaciones y testimonios de pobladores y víctimas, podrían encontrarse restos de personas desaparecidas.
11. 2019 (Marzo): la Jurisdicción Especial de Paz otorga medidas cautelares sobre La Escombrera.
12. 2022 (Noviembre): por orden de la Jurisdicción Especial para la Paz se reactivan las labores de excavación e investigación forense en la zona conocida como La Escombreraa, en la comuna 13 de Medellín, luego de numerosas peticiones y testimonios.

Una nueva esperanza y la bondad

La placa en este 2023, fue instalada en la Huerta del Arraigo del museo, junto a la Silueta Siempre Viva que simboliza la desaparición forzada y con la metodología de un acto ritual de develación con quienes han acompañado su construcción y cuidado.

Ómar apela a la dignidad, a la justicia y también a la esperanza: “personas buenas perdieron su vida allí y en honor a esa bondad, debe generarse una atmósfera que facilite que una cosa de esta magnitud nunca vuelva a ocurrir, nunca se vuelva a presentar”.

La memoria de La Escombrera

En la pieza instalada en el Museo se inscribió además un código QR que enlaza a un micrositio con la historia de lo ocurrido en La Escombrera y que contiene fotografías, artículos informativos, testimonios de madres buscadoras y de la Corporación Jurídica Libertad, que ha acompañado la búsqueda.

La memoria permitirá transformar el odio en amor y la muerte en vida, porque de alguna manera, La Escombrera, podrá ser ese símbolo sereno de lo que nunca más debemos repetir como sociedad, pensemos lo que pensemos en materia política, ideológica o religiosa.