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La Ruta de las Flores unió las vidas de un niño y un silletero. Foto Alcaldía de Medellín

La Ruta de las Flores unió las vidas de un niño y un silletero

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Por: Alonso Velásquez Jaramillo. |

John Edwin y Juan Martín: Dos corazones, dos sentimientos, dos generaciones y dos estilos de vida unidos por el azar, pero enlazadas por la misma pasión hacia la cultur...

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  • John Edwin y Juan Martín: Dos corazones, dos sentimientos, dos generaciones y dos estilos de vida unidos por el azar, pero enlazadas por la misma pasión hacia la cultura silletera.

    Jhon Edwin Hincapié Jaramillo tiene 40 años, vive en la vereda San Ignacio del corregimiento Santa Elena y es silletero por tradición, al igual que su padre. Es nieto de una de las fundadoras del Desfile de Silleteros y ha participado en él desde que tenía nueve años; en ese tiempo, en la categoría infantil, ganó el primer lugar en 1991 y repitió en 1992.  Lleva 15 años desfilando en la categoría de adultos, cargando una silleta tradicional.

    La Ruta de las Flores unió las vidas de un niño y un silletero. Foto Alcaldía de Medellín

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    Juan Martín Montoya Ruiz tiene solo 5 años, vive con su madre en el barrio El Socorro en la comuna 13 y estudia en el Centro Infantil Nubecitas, ubicado en el barrio Santa Lucía. No vive cerca de Santa Elena ni sus padres hacen parte de esta tradición silletera.  Es un niño alegre y espontáneo, que le gusta leer libros de seres fantásticos y le atrae todo lo relacionado con la cultura, aunque ve poca televisión.

    Lo bueno de esta historia es que sus mundos y sus vidas se cruzaron, para felicidad de ambos.

    El encuentro

    La historia comenzó el pasado lunes 8 de agosto. Jhon Edwin cuenta que ese día estaban haciendo el recorrido de la Ruta de las Flores en La Floresta, como parte de las actividades programadas por esta época para promocionar la cultura silletera.

    De lejos vi a un niño feliz moviendo las manos y cuando nos estacionamos se acercó y me dijo ‘hola amigo silletero’ y se hizo al lado de la silleta, la miraba, se tomó fotos y me dio una carta”.

    En ese momento a John Edwin se le salió la emoción por los poros y leyó el corto mensaje con voz entrecortada mientras el niño decía: “Yo quiero a los silleteros, a mí me gustan las silletas”.

    La Ruta de las Flores unió las vidas de un niño y un silletero. Foto Alcaldía de Medellín

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    La mamá de Juan Martín -Carolina Montoya- le contó a Jhon que en el centro infantil donde su niño estudiaba iban a celebrar, el viernes 12, el Día de la Antioqueñidad, ante lo cual “le pregunté a Juan qué silleta quería y él me dijo. muy seguro de sí mismo: ‘Yo quiero una de verdad, de madera y de flores naturales’; entonces le dije que yo se la regalaba para que fuera un silletero de verdad”.

    “El niño me vio con la bandera de Antioquia y exclamó que ‘yo quiero ser como mi amigo silletero, con la bandera de Antioquia y cargar una silleta de verdad”, narra John. Fue así como al llegar a su casa, en Santa Elena, se puso en la tarea y en dos horas hizo una silleta de cuatro kilos y medio de peso, con flores tradicionales para cumplirle el sueño a su amiguito Juan Martín; quién desde ese día soñaba con la hora de encontrarse con su amigo grande, el silletero, para hacer su sueño realidad.

    Su motivación

    ¿Pero qué motivó a un niño de la ciudad a tener el deseo de ser silletero? La mamá de Juan Martín, habitante del barrio El Corazón en la comuna 13, cuenta que: “Estábamos haciendo unas trovas para el colegio.  Él me dio una frase para ponerla en una carta y al otro día me dijo que le dictara la frase y entonces hizo el dibujo de la silleta. Él ya había dicho que su sueño era ser silletero y aprovechamos el paso de la Ruta de las Flores por el barrio para entregar el mensaje”.

    La Ruta de las Flores unió las vidas de un niño y un silletero. Foto Alcaldía de Medellín

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    El día que pasó la Ruta, Juan Martín estuvo atento desde muy temprano y apenas vio los carros con las silletas salió a entregar la carta y desde el primer momento hubo empatía con Jhon Edwin. “A él siempre le ha gustado eso. Desde pequeño lo hemos llevado a los eventos y este es el primer año que tiene contacto directo con ellos. Le gusta todo lo de la Feria, se sabe las canciones, ama las flores y la naturaleza”, manifiesta Carolina.

    El sueño cumplido

    Un poco después de las 8 de la mañana del viernes 12 de agosto, John Edwin llegó con su silleta al sitio de estudio de Juan Martín.  La espera fue corta y el momento fue memorable para ambos.  Cuando el niño llegó, vio a su amigo y de inmediato corrió hacia él y le preguntó por la silleta que este le ofreció.  Se dieron un gran abrazo y el pequeño -cual silletero- se colgó el ornamento en su espalda y corrió alegre por los diferentes rincones de su jardín infantil.  Su madre, sus compañeritos, sus profesoras y los asistentes, radiaban de emoción.  Y Jhon no ocultaba su felicidad de poderle cumplir el sueño a su nuevo amigo, al que le indicaba cómo podía cargarla y le pedía que moviera el sombrero y le decía: “vuelta, vuelta”, como pide la gente en el desfile.  Fue un momento sublime.

    Siento una emoción enorme de ver que nosotros somos los superhéroes de él y de ver esa admiración que siente por la cultura silletera. Es como estar en el desfile, donde por muy cansados que estemos, uno se emociona con la energía de la gente y en particular con los niños”, expresa Jhon Edwin.

    La Ruta de las Flores unió las vidas de un niño y un silletero. Foto Alcaldía de Medellín

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    Él quiere seguirle motivando este gusto y por eso tiene planeado llevarlo a Santa Elena a que conozca de primera mano la cultura silletera. Para él la tradición está segura, y aunque para participar en el Desfile oficial uno de los requisitos es que sea de Santa Elena, se alegra de inculcarle este saber al niño, porque siente que es maravilloso que un niño de la zona urbana se interese por esto y tal vez algún día las condiciones de puedan ampliar para lograr que también participen en esto niños, jóvenes y personas de otras zonas de la ciudad.

    El próximo paso de Juan Martín es asistir al Desfile de Silleteros del 15 de agosto, junto con su madre, donde estará pendiente de su amigo Jhon Edwin.  “Si se puso así solo viendo una silleta, como será cuando vea a 500 silleteros y 50 niños un poco más grandes que él; creo que será un recuerdo inolvidable”, asegura.

    La Ruta de las Flores unió las vidas de un niño y un silletero. Foto Alcaldía de Medellín

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    Sabiendo que va a estar allí viendo a sus superhéroes, Juan Martín señala: “A mí me gustan los silleteros porque son muy lindos.  La carta que hice me salió del corazón. Siento que quiero ser silletero. Me imagino así siendo grande. Quiero desfilar.  Haría la silleta de Spiderman. ¡Yo ya soy un silletero!” grita Juan Martín emocionado y sonriente.

    Para Jhon este encuentro con Juan Martín se le quedará sembrado en su alma. “Llevo 15 años en esto y uno encuentra muchas historias en cada recorrido, pero esta experiencia ha sido maravillosa y enriquecedora. Quedará siempre en mi memoria”, señala con voz afectada por la emoción.

    Me llena de orgullo que mi pequeño sea así -dice Carolina-.  Lo emocionante es que no es el típico niño que sale en televisión y la mamá le dice diga esto o aquello. No, lo de él es espontáneo, es natural”

    Una amistad que floreció

    Lo de Jhon Edwin y Juan Martín es el florecimiento de una amistad entre dos generaciones. Uno con arraigo en la tradición y en su tierra silletera y otro que, por gusto y decisión propia, ama esa cultura de nuestros campesinos.

    La Ruta de las Flores unió las vidas de un niño y un silletero

    La Ruta de las Flores unió las vidas de un niño y un silletero. Foto Alcaldía de Medellín

    Lo cierto es que los dos están unidos por la pasión que sienten por las flores, las silletas y lo que rodea a este arte silletero y que, a pesar de llevar vidas diferentes, están arropados bajo el mismo cielo de nuestra linda y bella Medellín, porque aquí, todo florece.


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