Medellín construye los nuevos recuerdos de la reconciliación

La valoración al alza que tienen el deporte y la cultura sirven como síntoma de la madurez de una sociedad que está buscando la paz. Pasar de las historias de los reclutamientos de grupos ilegales y sus combates en frontera a la formación de equipos para jugar un partido de fútbol; y callar los sonidos de las armas para escuchar los gritos de gol, son mensajes para ratificar que en Medellín la esperanza está derrotando al miedo. ¿Cómo está sucediendo?

El Distrito de Medellín, por medio de una Secretaría hace poco creada, la de la No-Violencia, avanza en la construcción de paz con escenarios de reconciliación gracias al deporte, el arte y la cultura con reincorporados firmantes de paz, víctimas, jóvenes del proyecto Parceros, exmilitares, reintegrados y funcionarios de diferentes instituciones que le apostaron al deporte como herramienta para fortalecer el tejido social y la convivencia.

“Queremos por medio del deporte crear propuestas de convivencia para la paz. Crear escenarios de reconciliación y crear momentos de reintegración para todos esos grupos poblacionales que han sufrido la violencia, pero que también han hecho la violencia”, precisó el secretario de la No-Violencia, Luis Eduardo Giraldo.

160 personas entre reincorporados, víctimas, exmilitares, jóvenes del proyecto Parceros y funcionarios de la Alcaldía de Medellín, el Área Metropolitana, el Inder y la Misión de Verificación de la ONU en Colombia participaron de un torneo de fútbol para construir memoria de paz desde la cancha de Campo Amor.

De las memorias de conflicto a las memorias de la reconciliación

Festival de Fútbol en Paz. Foto Alcaldía de Medellín

Tener espacio donde convivan actores víctimas y responsables de acciones que marcaron el conflicto son importantes para demostrar que construir un nuevo futuro es posible: “La unión es maravillosa para nosotros. Espero que esto se repita, porque nos hacen más grandes, hace que nos conozcamos y compartamos juntos lo que estamos haciendo hace muchos años: la paz y la reconciliación”, afirmó Catalina Cano, víctima del conflicto armado y líder deportiva del Corregimiento de San Cristóbal.

La comunidad también tuvo la oportunidad de participar, así lo afirmó líder recreativo y comunitario de La Comuna 15 Guayabal, Jhon Fredi Arboleda Muñoz: “Vinimos con dos equipos para participar y nos parece muy importante: está el tema del aprovechamiento del tiempo libre y el fortalecimiento de convivencia y resolución de conflictos para que estos pelados piensen en la convivencia y la reconciliación”.

El deporte y la cultura conectan

Contribuir al desarrollo social con el deporte como instrumento permite el mejoramiento de condiciones de vida con enfoque restaurativo porque implica el disfrute, el respeto, la salud y la resolución de conflictos con mutuo acuerdo entre poblaciones víctimas y responsables de la historia del conflicto.

“Esto es un espacio de reconciliación y de reconstrucción de la paz porque estamos firmantes del Acuerdo, víctimas del conflicto, ´muchachos de diferentes barrios de la ciudad que quieren apostarle al deporte a la construcción de la paz. Esperamos que esto pueda replicar en otras partes del departamento y del país para poder avanzar en la paz completa que tanto queremos los colombianos” dijo Pedro Baracutao García Ospina, firmante de paz y Representante a la Cámara por el partido Comunes.

Desde las oportunidades

Festival de Fútbol en Paz. Foto Alcaldía de Medellín

Imaginar la paz, también implica entender la necesidad de autonomía económica para todos actores, desde víctimas hasta responsables del conflicto. Por esta razón, durante toda la jornada deportiva también se realizaron actividades artísticas, culturales y la Feria Hecho en Paz que buscar fortalecer los emprendimientos de todos los constructores de paz con productos artesanales, confección, alimentos y dulces típicos.

Adicional, se contó con una carpa de género que desarrolló de diálogos con la metodología de world coffee para el emprendimiento femenino y de población LGTBIQ+ que permitió reflexionar sobre sus imaginarios y retos que existen desde la firma del acuerdo y así se gestó una conversación que contribuyó a la autonomía económica de mujeres firmantes de paz.

Medellín y Colombia vivirán más encuentros deportivos y eventos culturales donde la no–violencia se vuelve cultura, espacios donde todos ganamos, donde triunfa la paz y derrotamos al miedo.