¿Sabías que en el barrio El Salvador, en Medellín, existe la primera comunidad energética de Colombia?

Habitantes del sector conocido como La Estrecha, en el barrio El Salvador hacen parte de la historia energética del país. Este esquema de energía implementado allí, abre el camino para acercar la tecnología solar a los usuarios de los estratos socioeconómicos 1, 2 y 3 y contribuir a la superación de barreras crediticias y físicas. Conoce qué es y cómo funciona esta comunidad que hoy es orgullo y ejemplo para la ciudad y el país.

Puede sonar a fantasía o a cuento de ciencia ficción, pero imagínese que usted pudiera instalar en el techo de su casa un panel solar y que gracias a él pudiera abastecer la energía que necesita en su casa o incluso venderla al sistema nacional de energía.

Es así como se conocen las comunidades energéticas, proyectos que ya existen en países como España y Brasil; una figura que además es la base de la propuesta de transición energética impulsada por el Gobierno Nacional, que -desde la campaña presidencial- es una de las propuestas en las que más ha venido insistiendo y que tiene como una de sus prioridades promover la energía solar en el país.

Enmarcada en esta hoja de ruta se encuentran las comunidades energéticas, que permiten aprovechar los recursos renovables allí donde están y activan la participación ciudadana en la producción de energía. Aunque la idea del autoconsumo no es nueva, su contribución en la transición hacia un sistema sin emisiones de CO2 sí que lo es y suma cada vez más adeptos en diferentes partes del mundo.

Estos se construyen sobre el concepto del autoconsumo energético local, lo que implica la producción de energía para uso propio, individual o colectivo y en el mismo lugar en el que se genera, lo que puede hacerse, por ejemplo, a través de la instalación de paneles solares.

La idea no es nueva, pero sí ha ganado relevancia en los últimos años tras habérsele reconocido cierto estatus jurídico y legal y haberse señalado su importancia para acelerar la transición hacia un sistema energético sin emisiones de CO2.

El sueño se hizo realidad en Medellín

El Salvador, en Medellín, existe la primera comunidad energética de Colombia

Justo aquí, en Medellín, y para ser más específicos, en El Salvador, un barrio ubicado en el centro-oriente de Medellín, un sector de familias trabajadoras de clase media está operando la primera comunidad que le inyecta energía solar al Sistema Interconectado Nacional -SIN-, lo que se considera un hito histórico en la transición energética en Colombia.

Pero, ¿qué es la transición energética en Colombia?

Para contextualizar un poco el tema, es importante aclarar que la transición energética es el proceso mediante el cual se busca cambiar el modelo energético actual basado en combustibles fósiles, por un modelo más sostenible y renovable, que permita reducir la emisión de gases de efecto invernadero y proteger el medio ambiente.

La transición adelantada por el Gobierno Nacional gira alrededor de cinco ejes fundamentales: mayores inversiones en energías limpias y descarbonización, la sustitución progresiva de la demanda de combustibles fósiles, una mayor eficiencia energética, la revisión y eventual flexibilización de la regulación para acelerar la generación de energías limpias y la reindustrialización de la economía colombiana.

En este sentido nació la primera comunidad energética solar de Colombia en el barrio El Salvador, un proyecto que se enmarcó en la prestación del servicio de energía impulsado por EPM junto con la Universidad EIA, ERCO y NEU (las dos últimas del programa Ventures EPM: Inversiones que se realizan a través de acciones, que tienen por objeto financiar pequeñas y medianas empresas, normalmente startups.) como una apuesta que suma talentos de la comunidad, y que esta vez contó con el apoyo del Reino Unido.

El proyecto tuvo como objetivo dinamizar la transición energética en Colombia, a través de un modelo que impulsa la producción de electricidad a partir de fuentes de energía renovables no convencionales (ERNC) que inyectan energía a la red eléctrica bajo la figura de generación distribuida, lo que finalmente posibilitará recibir un reconocimiento económico por la producción de esa energía.

¿Cómo se llevó a cabo la implementación de este modelo piloto?

Lo que desde hace muchos años se consideraba un sueño, comenzó a materializarse para 24 familias del barrio El Salvador que hicieron parte de esta prueba piloto. Esta iniciativa fue voluntaria, por eso para el montaje se dispusieron tres techos de sus viviendas para instalar 43 paneles solares en dos generadores distribuidos, los cuales producen en promedio hasta 3.000 kW hora al mes.

A través de un sistema de puntos, la generación solar mediante paneles -que funciona como una forma de generación distribuida- se convierte en una fuente de ingresos para la comunidad. Estos puntos pueden ser usados para pagar la factura de la energía al final del mes o incluso para realizar intercambios entre la comunidad.

Frente al consumo inteligente de energía, cada integrante de la comunidad cuenta con un medidor que le permite saber en tiempo real su consumo y así tomar decisiones frente a él.

De camisa azul y sombrero, Don Rodrigo García Giraldo habitante del barrio El Salvador y a su derecha, Darío Amar Flórez, vicepresidente ejecutivo de Nuevos Negocios de EPM.

Rodrigo García Giraldo, habitante del barrio El Salvador y contador de profesión se vuelve protagonista de esta historia, pues el proyecto comenzó en el techo de su casa. Para él, el proyecto ha sido una bendición. “Nosotros los habitantes de este sector conocido como La Estrecha, estamos muy orgullosos; aquí vienen constantemente personas de otros sectores, otras ciudades y otros países a ver cómo está funcionando el proyecto. Sentimos que estamos haciendo parte de la historia energética del país y nos sentimos muy afortunados por eso”.

¿Cómo comenzó todo esto?

R.G.G: “Esto lleva rato, y la verdad ha sido un proceso largo. Inicialmente comenzó con unos estudiantes de la Escuela de Ingeniería de Antioquia, EIA, entre los que se encuentra mi hijo Simón. Ellos nos pidieron autorización para usar nuestros techos en los que instalarían los paneles. Era un proyecto en su momento experimental, nos hablaron de los beneficios y rápidamente los entendimos y aceptamos. Al principio fuimos unas pocas familias las elegidas y las que iniciamos como pioneras del proyecto. Tiempo después tuvimos la grata sorpresa de que al proyecto se unía EPM y fue así como creció su tamaño. En total fueron 24 las familias que terminaron uniéndose a él”.

¿Cuáles son los principales beneficios de este proyecto para la comunidad?

R.G.G: “Sin duda, el ahorro en la factura de electricidad fue una de las principales motivaciones de nosotros los participantes del piloto de Comunidad Solar. Además, fue importante reconocer que también estamos colaborando con la reducción de emisiones para ayudar al medio ambiente. Esto nos llena de orgullo”.

¿Cómo funcionan los aparatos y electrodomésticos en su casa con la instalación de estos paneles?

R.G.G: “¡Maravilloso! Todo en nuestras casas ha venido funcionando normalmente, tenemos computadores, televisores, neveras y electrodomésticos, todos funcionan sin problema, lo que quiere decir que el sistema es eficiente. Lo que sí hemos podido ver es una reducción importante en la cuenta de servicios, cosa que nos tiene doblemente felices.  Aunque usted vea ahora esos paneles funcionando y a nosotros, los pioneros de esta iniciativa saliendo en noticieros y periódicos, la cosa no fue tan fácil. Al principio la gente no le creía mucho al cuento, todos quieren ver resultados rápidos y yo les explicaba que esto era un plan piloto, algo así como un experimento. Pero meses después, cuando les expliqué a los vecinos que gracias al cambio la factura de mi casa pasó de $80.000 al mes a solo $10.000 todos querían pegarse a ese plan piloto. La gente me preguntaba que eso qué era, y que como hacían para instalarlo y yo les decía: “Ahh, ¡ahí sí!” -relata Rodrigo entre risas– aunque admite que él mismo entendía que no creyeran de inmediato, pero tiempo después muchos querían unirse.

El Salvador, en Medellín, existe la primera comunidad energética de Colombia

¿Qué fue lo más difícil en la implementación del proyecto?

R.G.G: “El proyecto estaba pensado para un año, aunque se ha demorado casi dos años por los percances en el cambio de EPM a NEU que es ahora el proveedor energético. Aquí en este sector de La Estrecha había mucha ansiedad porque mucha gente esperaba que arrancara de forma rápida. Pero aun así y con todo y retrasos, los encargados del proyecto nos han dado mucha confianza”.

Un proyecto a futuro

El Salvador, en Medellín, existe la primera comunidad energética de Colombia

Se espera que el piloto en el barrio El Salvador funcione todo este año. La idea es que se convierta en una comunidad solar permanente y que pueda ser replicado en otros sectores.

Por ahora solo son 25 familias las beneficiadas, pero también las que serán las principales motivadoras para llevar el proyecto a lo largo y ancho del país, en especial a zonas no interconectadas al sistema eléctrico.

Aunque se sabe que no es fácil, entre otras cosas por las particularidades del sistema regulatorio de Colombia, se tiene la esperanza de que a mediano y largo plazo este tipo de proyectos convenza a todos con sus grandes ventajas económicas y ambientales.

El Salvador, en Medellín, existe la primera comunidad energética de Colombia

Mientras tanto, los vecinos de La Estrecha siguen disfrutando de los beneficios de esta iniciativa y atendiendo a los curiosos, a los vecinos de otros barrios, a los periodistas y a todos aquellos que van hasta allí, a conocer de qué se trata esto de tener energía en la casa, bien barata, solo con el apoyo y la luz del astro rey.