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Un Buen Comienzo en Medellín, para una vida más feliz, es con manzanas y sin mecato

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Secretaría de Educación | Unidad Administrativa Especial Buen Comienzo
Por: Jorge Hernán Echeverri. Editor: Alonso Velásquez Jaramillo. |

En Medellín hay una disminución en la cifra de niños con sobrepeso, pertenecientes al programa Buen Comienzo. Este año se han recuperado 507 menores de los 781 que te...

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  • En Medellín hay una disminución en la cifra de niños con sobrepeso, pertenecientes al programa Buen Comienzo. Este año se han recuperado 507 menores de los 781 que tenían esta condición. O sea, los índices de sobrepeso en menores de cinco años han disminuido en la ciudad, al pasar del 5,50 % en 2021 al 2,47 % de la población atendida en 2023.  Itam, el protagonista de esta historia es uno de ellos, que lo ha logrado gracias a los planes que en este sentido se han implementado en la ciudad.

    Aún con sus ojos cansados y por momentos sin brillo, Itam Daniel, de tan solo cinco años, sonríe porque sus amiguitos han vuelto a verlo después de ausentarse por unos días del Centro de Educación Preescolar de La Quiebra, Corporación Latina, en la comuna 13, San Javier, porque en días pasados le aplicaron las vacunas para completar su esquema y le generaron un poco de fiebre y malestar. Pero igual, Itam sonríe y se siente abrumado porque varios de sus compañeritos lo rodean, lo abrazan y lo extrañan.

    Con una timidez propia de la edad, Itam entra por momentos en el juego con ellos, corre un poco y se ríe, pero a los segundos vuelve a los brazos de su madre Érika Londoño, quien lo carga y muestra una enorme sonrisa, con dientes perfectos, para hablar de su hijo, quien desde los tres años ya tenía rasgos de obesidad y hoy mantiene un poco de sobrepeso.

    Itam se siente el protagonista de esa corta mañana donde conversamos con él, con su madre y con Catalina Orozco, líder Gestora Territorial de Nutrición. El pequeño vuelve y sonríe y conversa, para contarnos que le gusta la manzana y el banano, pero no una vez, sino varias veces…”al igual que el arroz con huevito, el quesito y las salchichas”; aunque dice que la sopa y las ensaladas no le gustan; se las come, porque su mamá le juega, pero que la manzana le gusta mucho.

    El proceso de Itam

    Su madre, Erika, sonríe y nos cuenta lo que han hecho para que Itam haya avanzado en su cuidado: “El proceso ha tenido muchos cambios, porque veníamos con una alimentación mucho más pesada para la edad de él, porque tenía más azúcar, más grasas y cosas que no debía manejar con su alimentación”. 

    Y agrega: “Ya con el acompañamiento de los profes, empezamos a reducir el azúcar, a manejar productos más naturales, menos colorantes, menos cosas químicas compradas, como por ejemplo el mecato. Implementamos una alimentación más adecuada; por ejemplo, en frutas y verduras… a enseñarle a no utilizar azúcar en los jugos, que los alimentos que coma no sean todos fritos, más bien cocinados y a reducir las porciones. Y así en estos dos años, se ha ido acoplando a esa forma de comer, a que coma más frutas, porque antes no comía nada de frutas. Entonces, un algo para él era un paquete de papitas y una gaseosa y ahora es una manzana picada, un banano, un manguito, o una mandarina… y le gustan mucho”. 

    Lo más difícil ha sido con las verduras, porque no le gustan las ensaladas, entonces, come brócoli con mantequilla o aguacate o cosas que le llamen la atención. Por ejemplo, la lechuga normal no le gusta, entonces le damos lechuga morada para empezar a jugar con las tonalidades del morado, del rojo y dice que se está comiendo un arco iris y así come un poco más de verduras”.

    Además, -reafirma Érika- que tenía malas costumbres como la de estar jugando todo el tiempo en la tablet o viendo televisión y comiendo papitas, panzerotis y tomando gaseosa; llevando una vida muy sedentaria, algo que era normal en su familia. “Hoy, Itam es un niño muy activo, con el deseo de jugar todo el tiempo”.

    El beneficio familiar

    Adicional, Erika manifiesta que este proceso no es solo para Itam, sino para todos los integrantes de su grupo familiar: su otro hijo de 12 años, su madre y ella que han entendido que para todos ha sido importante cuidarse un poco más y mejorar esos estilos de vida saludable. “La verdad, a todos nos ha sentado muy bien la alimentación, especialmente porque mi mamá es diabética, le ha ayudado mucho a su salud, tanto a la de ella como a la de nosotros”.

    “Sí ha sido un cambio, hasta de mercar una cantidad de cosas diferentes a las que ahora consumimos. Hemos venido haciendo de a poquito las cosas, paulatinamente, para que él se vaya adaptando”.

    Las dificultades superadas

    El proceso, como lo indica ella, tuvo momentos complejos, porque para él era difícil entender que ya las salchipapas o las gaseosas y el mecato no eran parte de su rutina alimentaria. “Él comienza a reclamar porque no le dan las salchipapas o hamburguesas o a tomar sus gaseosas, ‘mamá, no tengo juguitos’, y abría la nevera y no los veía, pero había una jarra de jugo, ‘pero es que a mí me gusta es el juguito de caja’, decía”. 

    Entonces empezaron a cambiarle lo que se comía, por ejemplo, le compraban vasos de pitillo para que él entendiera que sí los podía tomar. “Y ya se fue acoplando con el tiempo; para cambiarle un paquete de papas por una manzana picada, en su momento lo vio raro, y ya la pide, una manzana, una papaya”.

    Llegó el momento de jugar con su profesora y sus compañeritos e Itam lo disfruta, aunque todavía resentido de su bracito, sigue las indicaciones de la docente, juega al lado de sus amiguitos… pasados diez minutos, vuelve a los brazos de su madre porque quiere regresar a casa para descansar.

    Buen Comienzo para una mejor nutrición de la infancia

    Catalina Orozco, líder Gestora Territorial de Nutrición, afirma que Itam hace parte de “unas estrategias implementadas desde la Subdirección de Nutrición, por medio del Hospital Infantil Concejo de Medellín, encargado de todo el programa de vigilancia nutricional”. 

    Esto comprende varias estrategias. “De fortalecimiento institucional, en donde venimos a todas las instituciones de modalidad institucional con nutricionista y educador físico para hacer tamizajes nutricionales a los niños. Realizamos acciones educativas en diferentes temas sobre la alimentación y la actividad física, desarrollamos grupos focales con las familias, acciones educativas relacionadas con la alimentación y planes de acompañamiento individual y grupal, para que se alimenten bien, con recomendaciones personalizadas”. 

    “Desde el componente cuerpo y movimiento, -expresa Catalina– que es por medio del educador físico, hacemos esas asistencias técnicas personalizadas a cada una de las docentes. También tenemos acciones educativas con los niños y, adicional, hay un acompañamiento individual a las madres que tienen niños con obesidad o exceso de peso para explicarles cómo son esas actividades que pueden desarrollar dentro de su hogar o en su entorno. Adicional a esto, a las docentes se les hace la asistencia técnica para que puedan trabajar día a día con los niños”. 

    Se trabaja además con otras estrategias llamadas Buen Comienzo para la Nutrición con atención especializada “en donde con nutricionista y psicosocial, se hacen visitas domiciliarias a los niños que tienen riesgo de desnutrición o a los niños que requieren esa atención adicional. Son visitas por comuna al 100 % de quienes lo necesiten, siempre y cuando se cuente con los vistos buenos de los padres de familia”. 

    La estrategia está articulada con otras instancias para asegurar mejor el proceso. “Nos articulamos, porque este es el programa de vigilancia del Hospital Infantil, con las entidades que tienen la prestación del servicio en las sedes de atención. Un ejemplo, acá en La Quiebra está la Corporación Latina que tiene sus profesionales, como nutricionistas, psicosociales, coordinadores y docentes, con los cuales trabajamos y les decimos de los niños que necesitan de su ayuda, porque ellos se encargan de los suministros y de la alimentación en la sede”.

    Datos

    Según Manuel Esteban Riaño Giraldo, director (e) de la Unidad Administrativa Especial Buen Comienzo: “hay una disminución en la cifra de niños de Buen Comienzo con sobrepeso. Este año se han recuperado 507 menores de los 781 que tenían eta condición. Es decir, los índices de sobrepeso en menores de cinco años han disminuido en la ciudad, al pasar del 5,50 % en 2021 al 2,47 % de la población atendida en 2023”.

    Dentro de la estrategia desarrollada para la atención de los casos con malnutrición por exceso (riesgo de sobrepeso, sobrepeso y obesidad), los nutricionistas dietistas y educadores físicos también hacen visitas domiciliarias para acompañar a las familias y generar una atención personalizada que mejore el estado nutricional de estos participantes. Con este trabajo, en 2023 se ha logrado una recuperación de 3257 niños de 5076 registros.

    Estrategias como estas hacen que niños como Itam y madres como Érika, sonrían con la certeza y la tranquilidad de que cada día estarán todos más saludables y que la obesidad del niño será solo un recuerdo superado, plasmado seguramente en algunas fotos que verán en el futuro.


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