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Viajes al más allá en el Teatro Lido

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Foto: Viajes al más allá en el Teatro Lido. Fotógrafo: Foto Alcaldía de Medellín 2022-02-16 Viajes al más allá en el Teatro Lido Por John Fredi Arboleda Tres hist...

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  • Foto: Viajes al más allá en el Teatro Lido.

    Fotógrafo: Foto Alcaldía de Medellín

    2022-02-16

    Viajes al más allá en el Teatro Lido

    Por John Fredi Arboleda

    Tres históricos teatros de Medellín, entre ellos El Lido, se renovarán gracias a una inversión de $4.750 millones, con presupuesto de la Administración Municipal y recursos de la Ley de Espectáculos Públicos. Se espera que en agosto se inicien las obras en El Lido, luego de las autorizaciones del Departamento Nacional de Planeación y del Ministerio de Cultura. 

    En el tercer piso de una esplendorosa edificación que se terminó de construir en 1947, en el costado oriental del tradicional Parque de Bolívar, Medellín guarda una máquina del tiempo. Desde allí, dos pequeños ventanales naranjados filtran la luz del día haciendo que el sitio, en donde permanece el artefacto, proyecte una cálida sensación.

    Un contraste se percibe en el recibidor y en el hall. Al entrar a la gigantesca sala, se siente humedad y hay silencio absoluto. Es un extraño ambiente, pesado, de soledad.

    Viajes al más allá en el Teatro Lido

    Es un viejito”, dice la diseñadora Valentina Monsalve Ramírez una de las encargadas del Teatro Lido en estos tiempos de enfermedad y mientras que llegan los remedios para este edificio de casi 80 años.

    Recorre los pasillos de la sala de 1.209 butacas, que son originalmente resortadas y las mismas que el viernes 10 de junio de 1949 estaban ocupadas por un público inaugural que vivió el esplendor del Teatro Lido. Asegura que será un hito que este lugar se vuelva a “habitar”. También este maravilloso sitio sufre aún el encierro por la pandemia.

    Todo en el Teatro Lido tiene mucha magia. Aquí está el corazón del pasado de la ciudad”, dice Valentina, mientras, de pie, en el escenario, mira una especie de aureola gigantesca que hay en el techo y que ilumina aquellos tiempos de cine,  de domingos en el Centro, de matiné, de películas de Fellini o Antonioni que, en su momento, estuvieron de moda en Medellín.

    Las escaleras acaracoladas que dan desde el hall a la segunda planta de butacas, las ventanas de vidrio -traídas de Nueva York durante su construcción-, los dibujos de cinco musas hechos sobre ellas, los baños con elegantes espejos y las lámparas con forma de espiral que cuelgan en un alto techo del corredor de entrada al teatro hacen que Valentina exprese: “Este es un sitio con muchos misterios”.

    La abrumadora elegancia del estilo art déco con que se hizo el interior del Lido en su momento está allí petrificada en el tiempo; se conserva como una página de exquisito gusto escrita por antioqueños que antes de los años cuarenta tuvieron el lujo de estudiar en Inglaterra o en Bruselas.

    El Lido de Medellín tiene edificaciones hermanas en Venecia, París, Madrid, Barcelona, Ciudad de México o Santo Domingo. Todas nacidas en la misma época y levantadas entre 1941 y 1957. La de Medellín ostentó, en su momento, ser la más lujosa de Colombia.

    El corazón del pasado del Teatro Lido son sus dos proyectores traídos originalmente de Italia, que fue lo que atrajo a la gente de Medellín de esa época”, señala Valentina.

    Esos dos impactantes proyectores del Lido conforman una especie de máquina del tiempo. En ellos están intactas aún palabras en italiano como minuti o metri, lampade ausiliarie o lampade eccitatrice. Sus lentes apuntan  hacia el escenario en donde permanece entreabierto un original telón manual. Todo allí es silencio y humedad. Es una página del tiempo suspendida en el aire.

    Por estos días, en las afueras del Lido, en los ventanales en donde se colgaban los carteles de las películas de moda, “Mejía”, un vendedor ambulante arrojado a las calles por las carencias que desencadenó la pandemia, ofrece viejos libros de segunda mano.

    Casi todos son sobre temas misteriosos o tienen carátulas fantasmales. Dice que mientras el teatro está cerrado se gana la vida de esta manera. Esa es su página de la pandemia. Sabe que cuando el Lido reabra habrá que pasar otra. Y seguramente será una página del más allá. 

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