La disciplina lo llevó de alumno a profesor en la Red de Escuelas de Música de Medellín

Miles de jóvenes han encontrado oportunidades de transformar su vida gracias a los programas que ofrece la Administración Municipal en su Red de Escuelas de Música, que pronto abrirá sus puertas de nuevo para sus clases en alternancia.

“Mi vocación es la música”. Eso dice Eduardo Volkmar Martínez y al escuchar su historia no queda duda de su pasión por esta. Ha pasado por el piano, el violín, el violonchelo, el ballet y ahora está de formador de coros en la Red de Escuelas de Música de Medellín, luego de haber sido alumno de esta.

Un largo recorrido en poco tiempo

Tiene 30 años y el tiempo al parecer le rinde para todo.  Nació en Apartadó, pero cuando tenía 5 años, a su mamá le resultó una mejor oferta laboral acá en Medellín y se lo trajo consigo y más o menos a esa edad comenzó su trasegar artístico en la música.  “El artista de la familia soy yo; empecé muy chiquito con el piano en el colegio, casualmente un familiar en esas épocas había comprado un violín el cual no lo usaban, me lo dieron y así pude estudiar ambos instrumentos por casi tres años hasta que entré a la Red”.

Pero ahí no para la historia. “Ocurrió que en ese entonces no había cupos en esa escuela para violín porque ya había mucha gente matriculada para ese instrumento, entonces me encontré con el violonchelo y me enamoré perdidamente de él y alternando con esto, yo era bailarín de ballet, puesto que esa era otra de mis pretensiones, pero llegó el canto lírico y le ganó a todo”, dice con la seguridad de quien hace lo que le apasiona.

Cuenta Eduardo que cuando entró a la Red de Escuelas de Música le tocó iniciar en la de Aranjuez, pero luego crearon la del barrio Boston -de la cual es exalumno- y fue transferido a ella al estar más cerca de su entorno.

“Yo estaba en la universidad y seguía bailando, pero por la música me alejé de la danza y la retomé como a los 21. En la Red fui estudiante unos 16 años y ya hace unos seis que soy profesor. Al final, culminé mis estudios universitarios en música, con énfasis en canto lírico en la Fundación Universitaria Bellas Artes de donde egresé como contratenor sopranista”.

La Red

De su paso como alumno por la Red destaca que “allí aprendí la disciplina, porque uno puede tener talento, pero creo más en ella porque sé que es el camino del éxito; no basta con confiarse sólo de las capacidades.  Disciplina es aprender a conocer un instrumento como el cuerpo e integrarlo en la vida cotidiana, con el amor que se tiene por lo que se hace, abarcando responsabilidades, reglas y pactos, que uno asume consigo mismo”, asegura.

En esos años conoció a excelentes amigos y personas e hizo parte de grandes montajes en diferentes escenarios y fue ahí que se dio cuenta de que sí se pueden lograr las metas que uno se pone. La Red de Escuelas de Música de Medellín le dio las llaves de las puertas a nuevas perspectivas y eso fue para él determinante. “Ojalá todo el mundo tuviera la oportunidad de crecer en esta red”, manifiesta.

De alumno a maestro

Como alumno estuvo unos 18 años. “El programa de la red tiene una estructura formativa donde uno no solo estudia el instrumento que le gusta, sino que abarca otras áreas como expresión corporal, teoría musical y coro. Yo empecé en el coro de la escuela y las profesoras de allí me motivaron a estudiar canto, entonces estudiaba en la universidad y me gustaba dirigir coros y orquestas y fue así que siendo universitario le pedí permiso a la directora de la escuela de Boston para dirigir los coros y las agrupaciones instrumentales como tallerista y practicante en esta y así desarrollé estas habilidades.

Al graduarme, ella me dijo que había una vacante en la Red como profesor de coro, me presenté y me la gané. Lo curioso es que desde que trabajo en esa escuela, una de las que me asignan cada año, tengo alumnos que fueron compañeros míos cuando yo era estudiante”, comenta entre risas.

Recuerda que su paso por la Red le ayudó a fortalecer sus valores. “Esto para mí es una oportunidad, porque este es un lugar no solo de convivencia, sino de conocimiento, que le cambia la vida a cualquier persona que lo integre como estudiante o profesional en cualquiera de sus áreas. Tengo compañeros que hoy están en otras profesiones, pero creo que a la música le deben esa sensibilidad por el arte y esa disciplina para hacer bien su labor”.

Esto lo dice porque considera que al igual que un deportista de alto rendimiento, lo que más requiere disciplina son las artes. “La Red te da los mejores momentos de tu vida, habilidades para ser una buena persona y aportar a la sociedad. Enseñar no va solo en una dirección, uno aprende mucho de sus estudiantes. Es como uno tener el poder de hacer un gran cambio en el mundo o como un barco guiado por un líder que sabe que quien hace que este se mueva son quienes deciden seguir sus instrucciones y es contribuir en un proceso de aprendizaje mutuo. Una de mis expectativas a futuro, es emprender un posgrado en áreas afines a la tecnología, la ciencia, la innovación o la programación y avanzar en esa dirección”.

Y no se detiene

Este artista tiene cuerda para rato, no se queda quieto y cada día piensa tanto en avanzar y evolucionar, al punto que -en sus ratos libres- en lugar de jugar o divertirse estudia idiomas, de los cuales tiene conocimientos en portugués, inglés, francés y alemán; además de que adelanta estudios de tecnología de producción multimedia en el SENA, en su formación titulada virtual.

Talento puro e innato forjado a partir de su fortaleza mental y de una disciplina a prueba de cualquier circunstancia.  Así es Eduardo Volkmar Martínez: un apasionado por el arte, nacido en el Urabá antioqueño, criado en nuestra ciudad, enamorado de la música y con sueños aun por cumplir.

“Encontré en las artes mi vocación y sé que muchas personas tienen la posibilidad de trabajar en lo que les mueve el corazón y les apasiona como a mí. De allí nace esa necesidad que tengo de transmitir mis saberes a la gente, para ayudarles a abrirse a más posibilidades en este mundo tan cambiante, porque el arte y la cultura es lo menos egoísta que tenemos como humanidad y es con lo que más fácilmente podemos conectarnos con las personas, ya que el artista vive para transmitir a otros lo que sabe y lo que construye”.

Para conocer más sobre el impacto de la Red de Escuelas de Música de Medellín, consulte: https://www.redmusicamedellin.org/