A 30 familias campesinas les cambió la vida

– ¡Oiga Merusa, cómo le parece pues, esta carretera como la arreglaron de bueno¡
– ¡Sí quedó muy buena.
– Y su mamá que le gusta tanto salir a caminar, como le mejoraron ese pantanero.
– Y para este señor, Heiber, bien inválido que está, ya puede caminar más fácil.
– Esos huecos que habían allá en la loma que dañaban los carritos, los mototaxis no venían…
– Esto mejoró el cien por ciento.
– Y lo mejor es que ya los carros pueden entrar, atender a los enfermos si se necesitan y nosotros podemos transportar nuestros productos para venderlos en los mercados campesinos. 

Conversaciones como esta que sostienen Mónica María Cano, Baldomero Velásquez, Patricia Bedoya y Carmen Rosa Caro, habitantes de la vereda Urquitá, parte baja del corregimiento San Sebastián de Palmitas, son ahora comunes en un sector alejado de la ciudad, pero que hace parte de la ruralidad de Medellín. 

Su vida, así como de las otras personas que hacen parte de las 30 familias que habitan la vereda, cambió gracias a la recuperación de la vía de acceso a sus viviendas que hizo la Alcaldía de Medellín, mediante la aplicación de asfalto reciclado.

Baldomero Velásquez, de 62 años, es el líder comunal de la vereda, quien lleva 45 años de su vida dedicados a la agricultura. Sus manos están acostumbradas a labrar la tierra para sembrar café, plátanos y algunas frutas que cultiva para entregar a los mercados campesinos. “Antes era muy difícil transportar las cosas, me tocaba caminar 20 minutos para llevar dos racimos de plátanos hasta donde el carro podía llegar. Hoy, éste llega hasta mi casa y puedo subir hasta 15 racimos”. 

Son 1.110 metros lineales de vía y 3.300 metros cuadrados de asfalto reciclado que les han permitido a las familias de Medellín y de San Jerónimo que viven allí, disfrutar de las bondades de una vía cómoda y segura. 

Don José Cortés tiene 75 años, vive hace 35 en el sector con 5 hijos, quienes viven del cultivo del plátano y el servicio de guadaña. Sus limitaciones para desplazarse antes de la puesta en funcionamiento de la vía el pasado el 9 de febrero eran muy difíciles, ya que padece de osteoporosis, una enfermedad degeneratica que afecta los huesos. “Subir para mi antes era muy difícil por el mal estado de la vía y los vehículos no entraban hasta la puerta de mi casa. Hoy las cosas han cambiado, porque ya no tengo que molestar a mis hijos y vecinos para que me ayudaran a caminar hasta donde parqueaba el carro.”

La obra comenzó el 27 de enero y concluyó el 9 de febrero, para ello fueron necesarios 700 metros cúbicos de material fresado, contó también con la participación de los habitantes de la vereda, quienes ayudaron desde los costados a que parte del material reciclable no se perdiera en las cunetas de la vía. 

Para la Alcaldía de Medellín, cada obra realizada en cualquier parte de su territorio es importante, porque transforma la calidad de vida de los habitantes en la zona de influencia. “Cuando hablamos de pequeñas obras como andenes, pasamanos, muros o vías, decimos que se emprenden grandes intervenciones en la medida que son directamente las personas quienes se benefician. Esto es lo que más impacta la calidad de vida, sin olvidar el efecto de los grandes proyectos”, dijo la secretaria de Infraestructura Física, Natalia Urrego Arias.