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De Kiara a Pola, una historia de amor a primera vista

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Por: Sandra Milena Olarte Muñoz. Edición: Mónica Gallego. |

Kiara – hoy Pola – es la protagonista de una verdadera historia de amor en la que dos jóvenes universitarios decidieron darle una segunda oportunidad a la vida d...

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  • Kiara – hoy Pola – es la protagonista de una verdadera historia de amor en la que dos jóvenes universitarios decidieron darle una segunda oportunidad a la vida de una canina que llevaba cuatro meses en el Centro de Bienestar La Perla buscando un hogar. 

     “Habían pasado sólo 20 minutos y Kiara ya estaba perdidamente enamorada de mi novio. 

    Llegamos al apartamento, él entró al baño y ella se quedó parada en la puerta llorando. Ahí yo dije: ¡Esta es! Solo ella se enamora así de rápido de nosotros”.

    Con un relato alegre y cargado de una profunda emotividad, así describe María Grisales los primeros momentos que vivieron ella y su novio junto a Kiara, una cachorra que adoptaron el 6 de abril en el Centro de Bienestar La Perla y que llegó a sus vidas para complementar su historia de amor y conformar así una familia multiespecie.

    María Grisales Carmona es una medellinense que hace tres años se radicó en Bogotá para estudiar relaciones internacionales, allí conoció a Andrés Echeverri, un estudiante de derecho y sociología; ambos comparten el amor por los animales y por eso desde hace algún tiempo habían intentado, sin éxito, adoptar un perro en diferentes fundaciones de la capital del país.

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    “Todo comenzó porque Juan Pablo, un trabajador de La Perla que yo conocí antes en una fundación, me envió la foto de Kiara. Cuando la vi dije: ¡Súper linda! Se parece a Letty, una la perrita que yo ya había adoptado hace algunos años. Él me dijo: ‘también está buscando un hogar’.

    “Después nos enviaron un video muy triste en el que contaban que no la adoptaban por su aspecto físico. Lo vimos y me puse a llorar. Andrés me dijo: “de pronto esta es una señal, vamos a verla”. Viajamos el sábado previo a Semana Santa a Medellín y el lunes en la mañana, yo ya había coordinado para ir a conocer a Kiara”, cuenta María. 

    En busca de una segunda oportunidad

    Kiara es una canina que llegó al Centro de Bienestar La Perla en septiembre de 2022 después de ser rescatada por la policía porque sufría maltrato físico, episodios de estrés por gritos y malos comportamientos contra ella que terminaron por alterar el comportamiento de la cachorra.

    Juan Manuel Gómez, profesional social de adopciones de La Perla describe así las condiciones en las que fue recibida: “ella llegó muy decaída, con baja condición corporal y con su pelaje no muy bien. Tenía miedos y desconfianza en los seres humanos, pero con el cariño y la confianza que se le brindó en el centro, pudo recuperar nuevamente esa seguridad que había perdido por los maltratos que había sufrido. 

    Juan Manuel Gómez, profesional social de adopciones de La Perla

    Juan Manuel Gómez, profesional social de adopciones de La Perla

    En muy corto tiempo Kiara se convirtió en una canina muy cariñosa, amorosa y juguetona, pero a pesar de su pronta recuperación y arrolladora personalidad, esta tierna y simpática cachorra tuvo dificultades para encontrar una familia que le diera una segunda oportunidad en la vida.

    Desde noviembre de 2022 estaba lista para ser adoptada, sin embargo, su color negro, tamaño mediano y su cola parcialmente mutilada hacían difícil su adopción porque no coincidía con los estereotipos de belleza que algunas personas les imponen a los animales.

    “Con Kiara lo particular es que estuvo en un evento donde adoptaron a todos los perros, excepto a ella. A pesar de que saludaba mucho a las personas que se acercaban y a la gente le gustaba esa actitud, pero al final no se decidían a adoptarla. Después de ese evento estuvo en otros dos, pero tampoco fue adoptada”, explica Juan Manuel.

    Amor a primera vista

    “Cuando la conocimos pensé: no puedo creer que la cola sea un motivo para que no la adopten. Esta perrita es divina y tiene una personalidad súper tierna.  Al principio estaba muy dispersa, saludaba a todo el mundo y no nos paró muchas bolas. Miré a mi novio y le pregunté: ¿Tú estás seguro? ¿Si quieres que la adoptemos? Él estaba completamente enamorado de ella y ese mismo lunes firmamos los papeles”, relata María Grisales.

    Si bien todo estaba dispuesto desde ese lunes 3 de abril para que esta cachorra iniciara su nueva vida al lado de María y Andrés, por cuestiones logísticas, ellos solo pudieron recogerla el jueves 6.

    “El día que fuimos por ella nos la entregaron bañadita, recién desparasitada, esterilizada, tenía todas las vacunas al día, microchip de identificación y un arnés azul, la cosa más hermosa del mundo. Y la cola, la verdad, es lo más bonito que tiene”, narra emocionada María.

    Bastaron 20 minutos con Andrés, tiempo que duró el recorrido en el carro después de salir de La Perla, para que Kiara  correspondiera a su amor y también estuviera perdidamente enamorada de él, al punto de llorar por su nuevo cuidador cuando lo perdía de vista. Anécdota que María resumen entre risas con la afirmación: “ahí dije: ¡Está es! Solo ella se enamoraría así de rápido de nosotros”. 

    En cuestión de horas esta cachorra ya tenía una segunda oportunidad, una nueva vida. Dejó de llamarse Kiara para ser Pola, nombre con el que siempre soñaron sus nuevos cuidadores y que ella asimiló inmediatamente, estuvo un par de días más en tierras antioqueñas donde, como lo describe María, “se portó como una princesa, súper educada y se llevó muy bien con otros perritos”.

    Su nueva familia coordinó cada detalle para llevarla a Bogotá. Le compraron pasaje, hicieron los trámites veterinarios para que pudiera ser trasladada en avión, le dieron medicamento para el mareo y Kiara (ahora Pola) de manera tranquila ingresó sola al guacal, en el aeropuerto hizo gala de su simpatía saludando a todo aquel que se cruzaba en su camino y después de media de vuelo se reencontró con María para emprender rumbo a la casa que habitaría de ahora en adelante.

    “Llegamos al apartamento y ella sabía que había llegado a su casa. No hubo proceso de adaptación porque llegó adaptada, como si esa hubiera sido su casa de toda la vida. Entró, le serví agua, tomó, dio una vuelta, yo me acosté en la cama, ella se subió al lado y se quedó dormida de una”. 

    “Pasó la noche muy tranquila, no lloró, no ladró, no orinó, ni se hizo popó dentro del apartamento. Al otro día la sacamos temprano e hizo sus necesidades. ¡Qué niña tan juiciosa! Venía educada”, cuenta orgullosa María. 

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    Una adopción muy especial

    Después de los maltratos que vivió esta cachorra, los cuales la llevaron a perder la confianza en los seres humanos, para Juan Manuel Gómez y el equipo del Centro de Bienestar Animal La Perla, fue gratificante ver su recuperación física, emocional y comportamental y que finalmente pudiera encontrar un hogar.

    “La Perla me pareció chévere porque tiene muchos espacios verdes. Desde que llegamos todos eran haciéndonos barra que la adoptáramos, nos decían cosas maravillosas de ella, nos contaron su historia, fueron muy cálidos y nos hicieron sentir bienvenidos.

    Se nota que quieren a los animalitos y los tratan muy bien porque cuando sacaron a la perrita, ella quería saludar a todos los trabajadores del lugar, entonces eso demuestra que les tienen mucho cariño. 

    El trámite para la adopción me pareció muy sencillo, diligenciar los papeles fue cuestión de 15 minutos en la oficina, nos hicieron un par de preguntas y ya”, expresa María. 

    En La Perla las adopciones en municipios diferentes a Medellín son comunes. Se dan frecuentemente en el Área Metropolitana y municipios aledaños, pero fuera del departamento de Antioquia no lo son tanto. 

    “Este tipo de adopciones no tienen condiciones especiales. El proceso de adopción es muy sencillo. Buscamos es que nos garanticen que estos animales que vivieron una situación vulnerable no vayan a volver a repetirla. Por eso se enfatiza mucho en las responsabilidades de una adopción para toda la vida. Igual nosotros hacemos seguimiento después de entregar el animal de compañía”, explica Juan Manuel Gómez.

    Cuando el animal es adoptado en Medellín o en municipios cercanos, un veterinario o veterinario etólogo (dependiendo de las necesidades) realiza seguimiento de manera presencial o telefónica. Si está por fuera del departamento, como es este caso, el acompañamiento es telefónico y se solicitan fotografías.

    El seguimiento se hace durante un mes o más, de acuerdo con lo que se requiera en cada caso. De esta manera se verifica permanentemente si las familias necesitan algún tipo de orientación.

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    El Centro de Bienestar La Perla es un programa público de atención integral a la fauna doméstica en situación de alta vulnerabilidad y sin propietario o cuidador ubicado en el corregimiento de Altavista. Dentro de sus canales de atención cuenta con la línea de WhatsApp 3117963457 para que las personas realicen solicitudes y puedan ver fotos de perros y gatos disponibles para adopción.

    La vida de Pola hoy

    Hoy la vida de Pola está llena de juegos. María y Andrés lo primero que hicieron cuando llegó a su hogar fue comprarle juguetes. En su rutina diaria pasea tres veces al día.

    “En la mañana, le damos una vuelta larguita, llega, le damos el desayuno y nos quedamos un rato con ella jugando. Al medio día la sacamos para jugar y en la noche, le damos la comida y salimos a darle el último paseo para que haga sus necesidades antes de dormirse. Tenemos una dinámica chévere porque vivimos al lado de la universidad y Pola muchas veces nos acompaña a recoger al otro”, explica María.

    La de Pola, es sin duda una verdadera historia de amor en la que dos jóvenes estudiantes universitarios decidieron darle una segunda oportunidad a la vida de esta canina que llevaba aproximadamente cuatro meses buscando un hogar, lo que según los especialistas de del Centro de Bienestar La Perla, es demasiado para un cachorro.

    “Con nosotros está viviendo como una princesa porque los dos adoramos a los animales, era algo que queríamos mucho y desde que vimos el video de Pola nos enamoramos de ella”, concluye María.


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