Diana, una maestra generadora de oportunidades y sueños

“Los maestros somos magos. ¿Qué tenemos?: trucos y, la tecnología, es el principal truco”. Esta es la afirmación con la que mejor se describe, en su ser y en su qué hacer, Diana Marcela Parra Urrea, docente de aula de Tecnología, Informática y Robótica de la Institución Educativa San José Obrero, ubicada en el corregimiento San Antonio de Prado, quien participará activamente en la programación del Festival Medellín Valle del Software–MVS que se desarrollará en Plaza Mayor entre el 18 y el 21 de octubre.

Ella es una carismática maestra con 26 años de experiencia, casada y madre de tres hijos, que explica con entusiasmo cómo ella y sus alumnos harán parte de este festival. “Estaré en tres escenarios: en la clase de software, como maestra acompañando dos proyectos que lidero con los estudiantes y como visitante porque los maestros somos invitados especiales en ese evento”.

Con el Festival Medellín Valle del Software y la clase presencial de software más grande del mundo como excusa, nos adentramos con Diana Marcela en una conversación en la que nos habló de sus retos como docente de Tecnología, Informática y Robótica y cómo ve en esta área de formación y en su labor, una posibilidad para generar oportunidades y sueños en sus alumnos.

Diana Marcela Parra Urrea, docente de aula de Tecnología, Informática y Robótica de la Institución Educativa San José Obrero. Foto Alcaldía de Medellín

 ¿Cómo descubrió su vocación para ser maestra?

R/ “Soy maestra desde chiquita. Cuando estaba jugando roles en la escuela siempre quise ser maestra y cumplí mi sueño. Estudié Licenciatura en la Docencia de Computadores en la Universidad de Medellín. Siempre fui la profesora del grupo, monitora en la universidad y auxiliar de los profesores porque se me facilitaba mucho el tema de la docencia”.

¿Cómo es la experiencia de trabajar en el corregimiento San Antonio de Prado?

R/ “Creo que en la zona rural el aporte que los maestros llegamos a hacer, aparte del conocimiento y la academia, es más social. En estos territorios el maestro se convierte en un gestor social y de ideas. La escuela se transforma en un punto de encuentro para que en ella se gesten y se creen muchas cosas”. 

El territorio de San Antonio de Prado quiere mucho a su comunidad, se esfuerza por salir adelante, la vive y la siente. Eso se ve reflejado en el amor y la apropiación que hay en todas sus actividades; entonces me encanta. La Institución Educativa San José Obrero es pequeña y por eso doy tecnología, investigación y robótica desde el grado sexto hasta once. Entonces es ahí donde entran en juego todas las formaciones y capacitaciones que aprovecho de Mova, del Vivero del Software y en general de la Secretaría de Educación. Me he formado mucho en aprendizaje basado en proyectos, en STEM y eso hace que pueda trabajar con proyectos en el aula y pueda transversalizar”.

Informática y Robótica. Foto Alcaldía de Medellín

¿Cuál es el aporte de los Centros del Valle del Software y los Computadores Futuro en su labor docente?

R/ “En este momento San Antonio de Prado tiene un Centro del Valle del Software y eso nos ha posibilitado que los estudiantes vayan, conozcan y se apropien de la tecnología. Yo creo que esos centros son una apuesta increíble que suma a lo que como maestra me propongo: regar una semilla y ver dónde va a florecer, porque sé que todo esto va tener un fruto.

El Centro del Valle del Software también es visitado por los padres porque dentro de las tareas auténticas, les pedimos que vayan en familia y conozcan. Hacen el video o el reporte y eso permite que haya mucha apropiación en todo el tema tecnológico. 

Con los Computadores Futuro, fuimos priorizados. Nuestros estudiantes de noveno, décimo y once ya tienen sus equipos. Eso hace que el nivel de exigencia y la calidad de sus procesos en casa sean muy buenos”. 

¿Cómo va ser su participación en el Festival Medellín Valle del Software?

R/ “Estaré como visitante durante el festival. Voy para la clase de software presencial más grande del mundo y eso me tiene sumamente motivada. Nuestra institución tiene media técnica y los estudiantes van a estar ahí representándonos. 

Tenemos muestras de trabajos de los chicos, entonces vamos con dos proyectos muy interesantes. Uno de ellos es ‘Eco Riego’. Un proyecto que ha sido de impacto en la comunidad porque es un sistema de riego automático, que lo venimos trabajando con los chicos desde noveno, décimo y el próximo año en once. Ellos con todo lo que han aprendido en tecnología, robótica e investigación; crearon un sistema de riego para fortalecer a su comunidad. 

El otro es ‘Perros y Drones’. Estamos haciendo un estudio con unos estudiantes de sexto. Primero indagando en el territorio el tema de los perritos callejeros y luego queremos hacer un sistema en el que a través de un dron -inteligencia artificial- se detecte a esos perros”.

Informática y Robótica. Foto Alcaldía de Medellín

¿Qué espera dejar sembrado en cada uno de sus alumnos?

R/ “Me identifico mucho con un programa que tiene la Secretaría de Educación que es ‘Líderes Futuro’. Mi meta es que cada uno de ellos logre verse a sí mismo, sus potencialidades y habilidades. Pero más que lo identifiquen y trabajen en equipo porque la habilidad y la competencia muchas veces se logra, pero más adelante ellos van a llegar a una empresa y no se trata del que sepa más, sino del que sabe y tiene la habilidad de liderar un grupo de personas y llevarlas, recorrer un camino para lograr un objetivo y eso se hace con empatía, con habilidades de comunicación, con una buena disposición, pero sobre todo con el respeto.

“Yo sé que de los 436 estudiantes que tengo actualmente no todos van a ser desarrolladores, programadores o ingenieros, pero lo importante es que usen la tecnología en el rol en el que estén de una manera adecuada. Pero antes que eso, lo fundamental es que sean muy buenas personas, que sean unos muy buenos compañeros, buenos hijos, que sean muy asertivos en la toma de decisiones y que respeten. Ese es un indicador para mí y el otro es el tema de las niñas. 

He logrado con otras maestras, trabajar proyectos en este sentido. Uno de ellos es chicas STEM para el fortalecimiento de las habilidades de las niñas en ciencia, tecnología, matemática, investigación y robótica. En alianza con el ITM, un grupo de mujeres de ingeniería mecatrónica va cada mes y nos da un taller. Es un aula abierta donde también asisten las mamás, entonces hay una oportunidad importante porque está comprobado que cuando la mujer sale adelante, sale adelante su familia, su comunidad y por ende su territorio. 

No todas tienen que ser profesionales ingenieras. Lo que decidan ser, pero que tengan la apropiación técnica que les permita ser algo, desempeñarse en un rol, lograr que sean mujeres muy empoderadas y muy felices. Es lo que yo quiero para ellas”.