El Distrito impactó a 1.023 familiares de adolescentes y jóvenes del sistema penal, a través de la Escuela de Padres

• En el cuatrienio, se realizaron 55 encuentros formativos para mejorar la convivencia familiar, el acercamiento a la oferta de inclusión social y la capacitación en clave de justicia restaurativa.
• Más de 40 jóvenes del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes hicieron parte del Taller de Huertas Caseras, para aportar a su seguridad alimentaria y al autoconsumo de alimentos saludables.

Con el propósito de fortalecer los procesos de reintegración de las y los jóvenes que hacen parte del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes (SRPA), el Distrito sigue consolidando su apuesta por acercar una oferta de inclusión social pertinente a los intereses de los adolescentes del Programa Integral de Justicia Juvenil Restaurativa y Terapéutica de Medellín, en Casa R. En la iniciativa participan 1.023 familiares de adolescentes y jóvenes, con fin de acercarlos al reconocimiento de sus derechos, a la superación de barreras educativas y para abordar integralmente las dimensiones humanas y económicas.

“Confiamos en las segundas oportunidades y en la transformación que genera la orientación de proyectos de vida, con una apuesta de construcción de futuro, reconciliación y paz para la ciudad, y desde un enfoque de justicia restaurativa. Por eso, apostamos por los procesos de transformación social para jóvenes que hicieron parte del sistema, con acciones que trascienden las sanciones o medidas a través de diferentes niveles de formación”, afirmó el secretario de la No-Violencia, Cristian Aguirre.

El Distrito impactó a 1.023 familiares de adolescentes y jóvenes del sistema penal, a través de la Escuela de Padres – Foto Alcaldía de Medellín

En Casa R se ha adelantado una estrategia de formación que les ha permitido desarrollar a los adolescentes capacidades y habilidades para la vida, por medio de la adquisición de conocimientos teórico-prácticos, mediante cursos de barbería, talleres sobre prevención de consumo de sustancias psicoactivas, talleres de artes marciales, Escuelas de Padres, actividades de sensibilización comunitaria, jornadas de capacitación para actores judiciales y la participación de jóvenes emprendedores o sus familias en las Ferias de Hecho en Paz, para potenciar sus ideas de negocio.

“En Casa R pude encontrar un apoyo grande, muy significativo para mi hijo, porque él estaba en problemas con las drogas y otros comportamientos muy desadaptados. Pero, gracias a este equipo interdisciplinario, desde lo terapéutico, el conocimiento de la ley y desde lo espiritual, mi hijo pudo avanzar en su proyecto de vida. Hoy, Carlos Enrique es un muchacho que quiere estudiar y está trabajando, y tuvo una gran reducción del daño”, expresó María Ofelia Rojas, madre beneficiaria de los programas de Casa R.

De esta manera, desde la Secretaría de la No-Violencia se han liderado procesos con enfoque terapéutico, para transformar y reparar la vida de jóvenes ofensores y sus víctimas.

El Distrito impactó a 1.023 familiares de adolescentes y jóvenes del sistema penal, a través de la Escuela de Padres – Foto Alcaldía de Medellín

Adicionalmente, la estrategia llevó a cabo talleres de huertas caseras con el apoyo del programa de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, en los que participaron 40 jóvenes del sistema penal, sus familias, redes de apoyos y comunidad en general, con el objetivo de que aprendieran habilidades de siembra y autoconsumo para la creación y mantenimiento de actividades agrícolas destinadas al consumo saludable.

“El programa de las huertas es muy chévere, porque estás en contacto con la tierra; puedes desestresarte y ser creativo plantando lo que te gusta. Aunque es algo durito al principio, como mover la tierrita, es muy chévere cuando estás en el proceso de plantación o abono y cuando ves crecer las maticas o lo que plantaste; porque tú mismo lo hiciste”, dijo Melisa Torres, participante en el Taller de Huertas, en Casa R.

Esta oferta de justicia restaurativa no sólo ha impactado a los adolescentes ofensores, también, está dispuesta para sus víctimas, como una estrategia para el reconocimiento de sus derechos; asimismo, a sus redes de apoyo, entendiendo que la superación de barreras requiere de una implementación integral de las diferentes dimensiones humanas y;  en algunos casos, a la comunidad, con el objetivo de promover la apropiación de Casa R, como un escenario de ciudad para todas las personas del Distrito.