El Hospital General de Medellín cumple 72 años de vida siendo la cuna de Antioquia

Son 72 años al servicio de la ciudadanía, en especial de las comunidades más vulnerables. Allí, miles de antioqueños y de personas de otras latitudes vieron por primera vez la luz y han sido atendidos por otras patologías de la mano del personal médico altamente calificado que labora en este lugar.

Cuenta la historia que, por allá en el año 1942, en una vieja casona ubicada en la carrera Palacé -entre Amador y Maturín- comenzó a prestar servicios un Centro de Atención Obstétrica con solo 20 camas. A la par, un grupo de personas con espíritu desinteresado y de servicio, del cual hacía parte la enfermera Luz Castro de Gutiérrez, junto con la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín, tuvieron la idea de rendir homenaje a las madres en su día clásico e iniciaron una campaña con miras a que esto fuera a nivel nacional.

El nacimiento

Poco tiempo después, en el sector donde hoy funciona la Clínica León XIII, se construyó un edificio destinado a atender a las mujeres embarazadas, lo que en un futuro sería la génesis y la semilla de lo que hasta el sol de hoy es el Hospital General de Medellín, el cual, por razones económicas no se logró terminar sino en años posteriores y que hoy, es considerado el más importante centro hospitalario de carácter público en el país y uno de los más reconocidos en Suramérica.

Bajo el nombre Clínica de Maternidad abrió sus puertas de manera oficial el 12 de octubre de 1948, con una capacidad de 70 camas, siendo alcalde de Medellín, Pablo Bernal Restrepo y con la presencia del entonces presidente de Colombia, Mariano Ospina Pérez.

Para el año 1949 el Concejo de Medellín le dio vida jurídica, con el nombre de Clínica de Maternidad del Municipio de Medellín y obtuvo la personería jurídica. Luego la Junta Directiva, en reconocimiento al gran esfuerzo y la labor desarrollada por la señora Luz Castro de Gutiérrez, decidió en 1953 llamarlo con su nombre.

En 1968 la entidad fue adscrita al Sistema Nacional de Salud y el 4 de abril de 1974 la Junta Directiva -al reformar de manera parcial los Estatutos de la Clínica de Maternidad de Medellín- le cambia su denominación por la de Hospital General de Medellín y desde el año 1994, se constituye en Empresa Social del Estado.

Desde entonces ha consolidado sus procesos y se ha ido transformando, atendiendo los diferentes cambios que lo han llevado a ser uno de los más completos en prestación de servicios de salud, en diferentes áreas, pero siempre con el referente de que allí han nacido miles de niños y niñas de Medellín y de otras regiones: 2.345.863 partos atendidos en 72 años de labores lo certifican.

Los servicios que presta

Cuenta con servicio de prematuros, departamentos de nutrición y dietética, servicios operativos, de preescolares, de lactantes y social, registros médicos, almacén, urgencias pediátricas, programa de cirugía general, central de esterilización, hospitalización, alimentación, lavandería, imagenología, gerencia, subdirecciones, edificio de parqueaderos y auditorio de la salud con una capacidad para 477 personas. 

Tiene además de los servicios de urgencias, cardiovascular y de áreas especializadas como las unidades de cuidados intensivos para adultos y la pediátrica, otorrinolaringología, ortopedia pediátrica, cirugías de tórax, plástica e infantil, medicina fetal, dermatología, oftalmología, neurocirugía, oncología, hematología especializada y urología.

A esto se agrega: el banco de sangre, el laboratorio clínico y el de patología, el archivo clínico y estadística, la farmacia, la central de mezclas parentales, la tesorería, pediatría, consulta externa, tres áreas administrativas, salud ocupacional, proyección humana, sistemas, fisioterapia, descanso asistencial, contraloría, voluntariado, urgencias gineco-obstétricas, mantenimiento, bodega de farmacia, reforzamiento estructural y avances en pantallas.

Tiene además un detector fetal ultrasónico, intensificador de imágenes y material médico, quirúrgico y hospitalario de relevancia, unidades de cuidados críticos para cuidados intensivos pediátricos, especiales y neonatal, lo que lo convierte en uno de los más modernos mejor dotados.

Los momentos del hospital

Juan Carlos Pérez Correa, tiene 55 años de edad, es médico especialista en Salud Ocupacional, ingresó al Hospital el 24 de mayo de 1995, o sea, que lleva 26 años y unos meses trabajando allí y para él, el General ha pasado por tres grandes momentos.

El primero, desde su nacimiento como hospital materno, con la participación de Luz Castro de Gutiérrez y un grupo de personas y ginecólogos del San Vicente de Paúl que vieron la necesidad de que, en este sector tan popular de la ciudad, las señoras tuvieran un parto digno. Recuerda que, en 1995, “el turno de urgencias para adultos lo hacíamos solo uno o dos médicos como máximo”.

El segundo instante es cuando se promulga la ley 100 de 1993, en donde modifica la cobertura de atención de las personas y los hospitales comienzan a atender por demanda y no por oferta, incluyendo pacientes de las EPS y del Sisbén y de ahí que el Concejo de Medellín lo convierte en Empresa Social del Estado. “Entonces -afirma Juan- con esta nueva norma todos los servicios crecieron bastante, el recurso humano hubo que multiplicarlo y se fortaleció en obstetricia, pero no tanto en otras especialidades”. Para ese momento era el hospital que atendía a los empleados de la Gobernación de Antioquia y de Adpostal, entre otras entidades gubernamentales.

A manera de anécdota, el mismo Juan nos dice entre risas y con un dejo de alegría y orgullo que, “yo nací aquí el 24 de agosto de 1966 y mi hermano el mismo día de 1968 y mi mamá hasta dice que lo hicimos a la misma hora”.

Después de 1993, con el manejo de la institución a través de una junta directiva y representantes de los gremios, inicia el tercer momento cuando se comenzó a madurar y a pensar en el mejoramiento de la atención, generando procesos de calidad, con lo cual dejó de ser un hospital común y corriente.

Llegaron las acreditaciones y las certificaciones por parte del Icontec y se convierte en el primero de carácter público en alcanzar estos logros, luego de ser visitado y de cumplir con los más exigentes requisitos. “La acreditación es lo máximo, es voluntaria, porque estás invitando al más estricto para que te visite y te diga cómo estás”.

El trabajo en pandemia y otros momentos difíciles

Lo que se ve allí a diario, es de alguna manera un reflejo del estado de salud de la ciudad.  En la época de la violencia social en Medellín les tocó atender oleadas de gente heridas por explosiones de bombas como la de La Macarena o la del parque San Antonio o atentados como el de Machuca o los que ingresaban por balaceras. También les tocó ver el drama de muchas personas heridas por las minas antipersona y luego el fenómeno de los ingresados por accidentes de tránsito, en especial los de motocicletas, que son atendidos gracias al Soat, fenómeno que ha tenido sus altas y sus bajas por el cambio en las normas de tránsito que se han vuelto un poco más severas.

“Esto es como una ciudad, somos el reflejo de lo que pasa en Medellín y esto se replica en nuestras atenciones”, expresa al decir que, por ejemplo, durante la pandemia actual del coronavirus -con más de 6.000 pacientes atendidos hasta el pasado 30 de agosto- el trabajo de todo el personal ha sido descomunal y elogia la gestión del equipo directivo administrativo, del conjunto de médicos, enfermeras y personal de salud y de los demás compañeros que laboran en el hospital que se han desvivido por atender de la mejor forma a la ciudadanía.

“Pasamos de tener 23 camas de unidades de cuidados intensivos a 168 a punta de gestión, con recursos de la Alcaldía, de las secretarías de salud municipal y departamental y con el compromiso de todos. Hay gente que ha hecho grandes esfuerzos, además de la entrega de los trabajadores de la salud. Desde que comenzó la pandemia comenzamos a hacer grupos de trabajo diario, para solucionar los problemas, prevenir situaciones y adquirir insumos de primera calidad para que la atención no decayera”.

Ha visto partir a muchos pacientes por este virus, lo que le causa dolor, así no sean personas conocidas y nos cuenta que durante toda esta situación solo un empleado del hospital ha perdido la vida, como consecuencia del coronavirus, lo que demuestra el compromiso y la seriedad con que han afrontado este reto y ocurrió que -en medio de esto- vino el Icontec y los volvió a certificar en calidad, afirma con orgullo.

Lo que viene

En la actualidad adelantan un convenio con la Organización Internacional para las Migraciones OIM, con un proyecto de atención de gestantes migrantes venezolanas que permite identificar el riesgo obstétrico e intervenir a dichas mujeres en lo posible, para disminuir complicaciones madre-hijo. Se trata de ofrecer un paquete específico de servicios en salud -valoraciones especializadas, imágenes diagnósticas y laboratorios clínicos para identificar riesgos obstétricos y fetales-. 

En 2020 el Hospital General asumió la operación de la sede de la 80 con el fin de apoyar la atención de la pandemia por el coronavirus. Esta se ha convertido en un apoyo para las clínicas y hospitales de la ciudad, el departamento y aún de otras zonas del país al ofrecer cuidados integrales, de manera que se optimiza la utilización de las Unidades de Cuidados Intensivos.

También trabajan arduamente para liderar desde la región el montaje del programa de trasplantes, para que más personas de bajos recursos tengan acceso a estos. “Siempre trabajamos pensando en la gente y por eso creo que la institución es querida por la comunidad. Quienes ingresan acá no creen que este hospital es público; nuestra esencia es la atención de las personas más vulnerables”, resalta.

La cuna de Antioquia

Son los primeros 72 años de vida y de servicio de una institución que es orgullo de los antioqueños y ejemplo en el país, con una labor basada en un compromiso alto por el bienestar del ser humano que -de seguro- garantizará que el Hospital General de Medellín siga estando en el corazón de la gente, durante esa larga existencia que le espera.

“Esta es la cuna de Antioquia”, concluye Juan Carlos con voz emocionada y orgullosa, con esa frase que hace honor al principal propósito de la institución: “Brindar atención excelente y calidad de vida”.