En los corregimientos de Medellín hay jóvenes que quieren volver a sus raíces campesinas

Fueron 200 jóvenes estudiantes de los cinco corregimientos de Medellín los que empezaron las capacitaciones para la escuela de liderazgo viviendo la ruralidad. La primera pregunta que les hicieron a estos estudiantes fue: ¿quién de ustedes volvería a tener la vocación de regresar al campo y labrar la tierra? De ese número solamente uno dijo que le interesaba, pero finalizado el curso, 78 querían lo mismo: volver a esas raíces de sus antepasados y trabajar la tierra.

Lo bonito de esta iniciativa es que se comienza a trabajar en la formación de nuevos líderes en los corregimientos de la ciudad, buscando el fortalecimiento de las capacidades de las personas, al tiempo que se busca capacitarlos en los procesos de producción, transformación, comercialización y sostenibilidad del sistema agroalimentario de Medellín, con énfasis en nuevos modelos de producción agro tecnológicos que permitan la innovación social y el desarrollo rural en la capital de Antioquia.

Además, se pretende a través de acciones grupales, disertaciones en plenaria y técnicas participativas, que los participantes debatan la vida de los corregimientos de la ciudad de Medellín, en clave de desarrollo y sostenibilidad de los territorios, en temas como: formas de habitar la ciudad, importancia de la ruralidad en acciones como la producción de alimentos, las fuentes de agua, el aire purificante, la riqueza paisajística y las vivencias rurales del pasado.

En cuanto al enfoque de género, se aborda transversalmente debido a su potencial para construir una sociedad más colaborativa, equitativa y justa, en un marco de respeto mutuo entre géneros y diferentes grupos poblacionales.

Mediante los encuentros y actividades grupales también se busca que los estudiantes tomen conciencia y experimenten las ventajas y los desafíos del liderazgo y del trabajo comunitario. Para este fin, se les proporciona herramientas que les permitan ejercer roles participativos y ser gestores de cambio en las comunidades y en las distintas circunstancias de sus vidas, si así lo deciden.

Este trabajo se desarrolló por varios meses con los 200 estudiantes de las instituciones educativas de los cinco corregimientos de los grados noveno y once, quienes entendieron un poco más ese papel que tienen por delante: el de tomar sabias decisiones que les ayuden en su futuro y al de las personas que están a su alrededor.

No olvidar el campo

Aunque el proceso no es nuevo, el espíritu de la iniciativa busca en esos colegios que tuvieran vocación agrícola, la necesidad de sensibilizar a esos estudiantes para que no olvidaran el campo o las costumbres de los antepasados, donde la tierra era el sustento de miles de familias con los productos que daban.

Juan Camilo Hoyos, el CEO de AVE (Agricultura Vertical Eficiente) refrenda el trabajo realizado: “Por eso estábamos buscando que esos muchachos tuvieran esa batuta y empezaran a interesarse por el campo desde la parte tecnológica, viendo como la automatización y el control se volvía un factor fundamental para hacer una agricultura productiva, eficiente y con menos espacio, con menos agua. Donde a ellos se les cambiara ese chip de la agricultura y que no vieran este sector como ese señor del sombrero, sino que vieran al agricultor como un empresario”.

Juan Camilo Hoyos

Otro aspecto importante de la capacitación realizada es el aprovechamiento de las nuevas tecnologías para mejorar los rendimientos de las acciones. Es decir, combinar lo artesanal con la Inteligencia Artificial, tal como lo explica Juan Camilo: “entonces, este proceso, lo llevamos de la mano con cada uno de ellos, donde los capacitamos. Hubo módulos de aprendizaje interactivos, aplicamos la inteligencia artificial en ciertos puntos de la pedagogía. Y con estos procesos, lo que hicimos fue capacitarlos para que ellos solos, de aquí en adelante, pudieran continuar con el proceso de la huerta, que es un proyecto sostenible y sustentable en el tiempo”. 

Los estudiantes

Conversamos con ellos en la Institución Educativa San Cristóbal, ubicada en ese corregimiento y creada en 1965. La primera promoción de estudiantes fue en 1971 y desde esa época cada año ha sacado un número alto de bachilleres que aportan al crecimiento y desarrollo de la ciudad.

Juan Esteban Taborda estudiante de grado once dijo que: “Me gustó mucho el tema de la germinación, cómo hacer un proyecto hidropónico. Aprendí mucho sobre plantas y cuales se pueden cultivar para nuestro beneficio. Cuando yo hacía el mantenimiento, los celadores de la institución educativa me preguntaban sobre esto y yo les explicaba y cada vez los vi más interesados y se cuestionaban y entendían porque crecían las plantas y les interesaba montar este proyecto en su entorno, y preguntaban ¿cuánto cuesta o cómo lo podemos adquirir? Todo eso me dejó pensando de la importancia de un proyecto como éste, donde todas las personas pueden tener su propio cultivo hidropónico. Hacer estos cultivos no es tan costoso, hay matas que pueden costar 40 pesos”. 

Juan Esteban Taborda

Por su parte Sofía Higuita manifiesto que: “La verdad yo no sabía que las semillas se podrían plantar en aire y en agua. No conocía que era la hidroponía y la aeroponía y me pareció muy atractivo el tema porque no conocía esas técnicas. Siempre pensé que la siembra era en tierra y eso me pareció muy novedoso”. 

Otra de las estudiantes que asistió al curso fue María Paulina Jaramillo. “Fue muy bonito porque compartimos todos. Fue una manera muy bonita de aprender, porque la verdad no tenía nada de conocimiento sobre este tema. Y fue mucho lo que aprendimos sobre el tipo de plantas que se podían sembrar, cómo se debían sembrar correctamente, todo lo relacionado con los nutrientes, el mantenimiento en sí del sistema. Todo este conocimiento me ayudó mucho a entender la importancia de estos cultivos. De las cosas que más me llamaron la atención es realizar cultivos en espacios pequeños, como por ejemplo un apartamento. Mi abuelita tiene finca y este curso me pareció muy importante porque yo le puedo ayudar a ella para que tenga una mejor organización en sus cultivos”. 

María Paulina Jaramillo

Sara Cano no se quedó atrás, y quedó bastante cautivada con el proyecto: “Este curso me pareció muy llamativo. Al entrar a este proyecto vi cosas muy interesantes, por ejemplo el sembrar cultivos en esos tubos, me llamó mucho la atención, porque era algo diferente y novedoso”. 

Sara Cano

Finalmente, Ana María Cadavid ratificó lo siguiente: “Me pareció muy lindo el aprender a cultivar, teníamos la idea, pero hacerlo uno, no hubiera sido capaz. Mi enseñanza principal es el trabajo en equipo que realizamos, porque se obtienen mejores resultados y obtenemos elementos para una buena convivencia”. 

Ana María Cadavid

Estas iniciativas lideradas por el Distrito de Medellín y la FAO, la agencia de las Naciones Unidas que lidera el esfuerzo internacional para poner fin al hambre, buscan ese relevo generacional que las poblaciones en el mundo necesitan. Esto lo ratifica Juan Camilo Hoyos de AVE, “estas iniciativas apoyan el relevo generacional en el campo, como tal la tecnología ya está lista, al igual que los avances; falta es aplicarlo a todas esas comunidades, en los centros educativos y necesitamos que eso se convierta en una bola de nieve, donde cada más la gente se una y conozcan estos procesos, con espacios más pequeños, con menos agua, con cultivos en el aire, en la tierra, estamos hablando de lo último en la agricultura con tecnología 4.0.”. 

Logo Naciones Unidas-FAO (archivo) 

El desafío que se tiene es un tema más educativo, de concientizar a todas las personas para que llegue a todos. Se pueden sembrar todas las hortalizas de hoja, aromáticas y algunas frutas como la fresa, el tomate, la uchuva, la mora y se sigue trabajando para impactar en otros cinco colegios rurales y urbanos: Diego Echavarría, Maestro La Sierra, El América, el Benjamín Herrera y la Normal Superior. 

Las conclusiones

Esta ventana de la Escuela de Liderazgo es un espacio de encuentro cíclico para reconocer, pensar, conversar, disertar, discutir y analizar la vida de los corregimientos del Distrito de Medellín, en clave desarrollo y sostenibilidad de los territorios, en donde se suministran herramientas para liderar procesos de transformación sociales, comunitarias e individual.

Lo mejor de ello, es que la formación no se limita a una transmisión de conceptos, sino a su construcción a partir de la asimilación individual y colectiva de las disertaciones, debates y actividades experienciales en cada uno de los bloques temáticos a desarrollar, por tanto, la Escuela de Liderazgo no está pensada para desarrollarse en aulas de clase.

Además, los bloques temáticos y sus actividades están articulados entre sí de manera sistemática; como tal, requiere planeación y seguimiento a las asimilaciones individuales y colectivas de los temas, cuyos impactos se extienden en el tiempo y tienden a materializarse propositivamente en los contextos en donde la juventud participa.

Regresar al campo es la motivación

Es decir, hoy tenemos la posibilidad de que los jóvenes se sientan motivados para regresar al campo, para trabajar la tierra, alimentar a la población, pero sobre todo de preservar parte de las tradiciones de nuestros antepasados, los campesinos, hombres y mujeres de orgullo que crearon un departamento próspero y pujante, que nos recuerdan al coro del Himno Antioqueño:

¡Oh libertad que perfumas
las montañas de mi tierra,
deja que aspiren mis hijos
tus olorosas esencias!
¡Oh, libertad!…