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Madres comunitarias: puente de amor y compañía

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Secretaría de Inclusión Social Familia y Derechos Humanos
Por: María Pilar Pineda - Editor: Fredi Arboleda. |

Proporcionar amor, compañía y aprendizaje es lo que buscan los encuentros educativos que realizan las madres comunitarias FAMI, entre otras actividades que pretenden un...

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  • Proporcionar amor, compañía y aprendizaje es lo que buscan los encuentros educativos que realizan las madres comunitarias FAMI, entre otras actividades que pretenden unir a la familia en pro del crecimiento, desarrollo y amor para el niño o niña, como centro de atención, cuidado y crianza.

    Andrea Acevedo Correa, de 46 años, esposa y madre de dos hijos, es la persona puente que lleva 16 años de labor siendo Madre FAMI, donde se entrega a 14 familias del corregimiento San Cristóbal, vereda Travesías, en su acompañamiento, conocimiento y red de apoyo.

    Madres comunitarias

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    FAMI significa Familia, Mujer e Infancia y trabajan con el niño o niña hasta los 24 meses, y con la madre gestante; con toda la familia en general (papá, mamá, abuelos) y los que estén involucrados con la vida del niño o la niña.

    Ellas se vuelven parte fundamental de la familia. “Somos psicólogas sin título”, lo dice Andrea, entre risas y de forma jocosa. Ellas aprenden a “leer” a sus familias y a integrantes para brindar una palabra de amor, consuelo y acompañamiento; funcionan como una red de apoyo donde se aprende desde la experiencia.

    Ellas se preparan con los grupos de estudio para detallar las actividades y organizar el cronograma, que contiene encuentros educativos que son tres veces al mes y se trabajan diferentes temáticas. Según las necesidades de la familia, se hacen las visitas y se elaboran fichas y un cuaderno familiar, en los que se consigna toda la historia y el seguimiento.

    Madres comunitarias

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    El centro de trabajo de Andrea es la sede social de la vereda Travesías, en la que se realizan los encuentros. Ella se encarga de todo, desde la logística, la convocatoria, el desarrollo temático, la entrega de los refrigerios y el cierre de la actividad, es decir, un acompañamiento de principio a fin, “donde trabajamos mucho y ganamos poco”, dice con pena, pero con la certeza de que están haciendo una labor para ayudar a la niñez, y eso lo vale todo.

    En estos encuentros, aparte de aprender y reflexionar sobre el tema asignado, son también motivo para conocer las experiencias de los demás y resolver los problemas que pueden llegar a ser comunes; círculos de confianza que expresan pensares y sentires de sus vidas para no estar solas.

    Es importante destacar de la labor de las visitas familiares es la bitácora o cuaderno, que es como la historia clínica de la familia. Allí están consignados la talla, el peso, el nivel nutricional del niño, la vacunación, el control y desarrollo, la odontología, entre otros; todo lo relacionado con el crecimiento y desarrollo de él y su madre. Además, mes a mes, Bienestar Familiar les hace la entrega de un paquete nutricional a las familias y gestantes que participan en el programa.

    Madres comunitarias

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    Parte de ese acompañamiento, a los niños y niñas de 0 a 24 meses, consiste en que aprendan hablar, caminar e incluso a dejar de utilizar pañal. Son en estas primeras etapas de vida que la Mujer FAMI apoya a la mamá gestante a ratificar su labor y a acompañarla en ese tejido tan maravillosa de ser madre.

    “Nuestro papel es que los niños aprendan y desaprendan, enseñándoles a los padres, con mucho respeto y amor, que son ellos los que tienen la autoridad sobre el niño y empoderarlos ante los demás miembros del hogar”, precisa Andrea.

    Para ser Madre FAMI es necesario tener paciencia, amor, prudencia, creatividad, carisma, sinceridad y desarrollar esa intuición de poder ir más allá y tener inteligencia emocional para hacer lectura de los comportamientos, y entender la comunicación no verbal. Todo lo da la experiencia y la satisfacción de ver a las familias desde el corazón y los más bonito de todo, dice Andrea, “es ir por la calle y que esos niños que ayudaste a en su crianza te recuerden y reconozcan con amor, y te digan ‘hola profe’. Eso me llena el corazón y me indica que estoy haciendo bien la tarea”. 

    Son muchas las mujeres que se dedican al bienestar de los niños y niñas que llegan a sus hogares y al acompañamiento que ellas brindan, y no es solo la Madre Comunitaria FAMI, también existen Madre Comunitaria Sustituta y Madre Comunitaria Tradicional.

    La Madre Comunitaria Sustituta brinda cuidado, atención, protección y afecto a niños, niñas y/o adolescentes con vulneración de derechos, en la modalidad de atención del ICBF llamada “hogares sustitutos”.

    Madre Comunitaria Tradicional son mujeres agentes educativas comunitarias responsables del cuidado de niñas y niños en la primera infancia, del programa de Hogares Comunitarios de Bienestar.

    El principal reto para estas mujeres es que se conozca esta labor tan importante, pues en sus manos está la ayuda de la buena crianza de muchos niños y niñas, y el acompañamiento familiar para unos entornos saludables para la niñez.


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