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Una destacada profe y líder afro

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Foto: Carmen Romelia Palacios es profesora de primaria hace 41 años. Actualmente es docente de la Institución Educativa Federico Ozanam, en el barrio Buenos Aires. Fot...

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  • Foto: Carmen Romelia Palacios es profesora de primaria hace 41 años. Actualmente es docente de la Institución Educativa Federico Ozanam, en el barrio Buenos Aires.

    Fotógrafo: Foto Alcaldía de Medellín

    2021-05-14

    Una destacada profe y líder afro

    Por: Nathalia Bedoya González

    Con coloridos vestidos y su sonrisa blanca, Carmen Palacios está en las aulas enseñando desde el amor y el respeto, que la igualdad con educación se puede lograr.

    Carmen Romelia Palacios, es profesora de primaria hace 41 años. Actualmente es docente de la Institución Educativa Federico Ozanam, en el barrio Buenos Aires. Es de Quibdó, Chocó y cuando estaba pequeña, le encantaba ir y ver cómo las profesoras de su barrio dictaban clases.

    “A medida que fui creciendo entendí que mi profesión iba a ser esta, porque en mi tierra no había tantas profesiones en la Universidad y tampoco tenía los recursos para hacer una carrera profesional. Salí del colegio Instituto Normalita Femenino Integrado y desde el bachillerato nos prepararon para ser profesoras”, cuenta Palacios.

    Carmen es una mujer que ama servir a la comunidad y le gusta sentir que es útil, el no hacer nada o quedarse con los brazos cruzados para ella no es una opción, sabe que en las nuevas generaciones está el futuro y sus clases como lo afirma ella, “no son para nada aburridas”. Cuando no está en clases, está en las calles sensibilizando a la población con temas como inclusión, empoderamiento femenino y el racismo.

    “Yo no soy una docente gruñona, no mantengo acosados ni azarados a los estudiantes, muchos me dicen que les gustaría ser una profesora como yo porque busco la manera para que obedezcan y así no debo acudir a los gritos” Afirma la docente.

    Carmen se graduó como bachiller en 1979 y por la falta de oportunidades en Quibdó, su mamá decidió enviarla a Cartagena en busca de trabajo.

    “Yo me fui de mi pueblo un diciembre y en enero, un hermano que vivía en Urabá me dijo que había una vacante en una finca bananera, que me fuera rápido y duré un año trabajando con ellos”.

    En busca de un mejor futuro y un pago más digno, su hermana mayor buscó la manera de ayudarla y en 1980 se fue a Necoclí donde ejerció como maestra de una de las veredas del pueblo.

    “Cuando yo llegué allá, no había escuela, no estaba ni siquiera la infraestructura para una, porque nunca habían tenido escuela. Tampoco contábamos con los servicios básicos, sin embargo, yo decidí quedarme y una familia me dio posada”.

    A doña Carmen no le importaron las condiciones en las que se encontraba la vereda, porque su objetivo era ayudar a los niños de esa zona. Poco a poco y gracias a una idea que tuvo, creó una especie de bazar y por semanas la comunidad llevaba implementos con los cuales se podía construir la escuela; mientras los hombres levantaban la estructura, las mujeres les cocinaban.

    “Yo les decía: esta semana es la semana de la tabla, entonces todos llevaban tablas a la escuela y de esa manera cercamos el salón e hicimos un tablero, y aunque yo tenía a estudiantes de todas las edades, me las ingeniaba para darles clases”, indica Carmen.

    Con rifas, bingos, bailes y tómbolas como lo llaman en su tierra, Carmen logró además de la primera escuela para la vereda que le dio su primer trabajo como docente, una alberca para que la comunidad contara con agua y una casa para la otra profesora que llegó a Necoclí.

    Duró 5 años en ese lugar, hasta que se casó y pidió traslado a Apartadó y ya con sus estudios culminados y se dedicó a la docencia. De allí se fue bajo amenaza y se instaló en Turbo donde “hice el proceso de revictimización y después llegué a Medellín, pasé una convocatoria para ser docente acá y desde hace nueve años me encuentro enseñando en esta linda ciudad”.

    A pesar de todo lo que ha pasado, Carmen sabe que no puede dejar la vocación que le ha permitido enseñar y compartir todos sus conocimientos. Sabe que tiene una misión muy importante con las nuevas generaciones para no dejar perder sus conocimientos ancestrales.

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