Una santandereana de oro

Denisse Arrieta, santandereana de nacimiento, pero antioqueña por adopción, tiene un particular segundo apellido: De Oro, el cual, de cierto modo, resume su espíritu solidario y su vida consagrada al liderazgo comunitario.

Lleva 30 años en Medellín y, desde 1991, trabaja con la comunidad. Es habitante de la Loma de los Parra, en El Poblado, y allí fue presidenta de la Junta de Acción Comunal en dos periodos, de 2016 a 2019. También fue Edil de la zona, cargo que le han renovado los votantes hasta 2023.

“Quiero mucho esta ciudad. Acá he conocido gente maravillosa y me considero una antioqueña más. Me gusta ayudar a la comunidad, porque una vida de servicio es una buena vida”, dice la señora.

La Loma de Los Parra, según Planeación Municipal, pertenece al barrio Los Naranjos, al igual que las lomas de Los González y El Garabato. No obstante, los líderes de estos tres sectores no están de acuerdo con que los agrupen con ese nombre, pues consideran que les quita identidad.

La historia de la loma se remonta más de 100 años atrás, y todavía, cuando se recorren las calles 1 sur y 1A sr, entre las carreras 29 y 33, pueden verse muchas viviendas centenarias de los descendientes de las familias fundadoras, y que tienen un gran arraigo por el lugar.

Incluso se encuentran todavía algunos descendientes de la familia Parra, los primeros en habitar este lugar, y de donde surgió el nombre de la Loma de Los Parra.

Unas 1.500 personas habitan la Loma de los Parra y, de ellas, 300 familias habitan casas tradicionales. Se encuentran allí personas desde el estrato 2 hasta el 6, por lo que las problemáticas que hay que afrontar son diversas.

“Acá hay muchas necesidades y, paradójicamente, mucha riqueza. Por eso, quienes hemos sido líderes, nos enfocamos mucho en la solidaridad, en la unión vecinal, para que los que más tienen, ayuden a los que tienen carencias”, dice Denisse.

Otras problemáticas que se ven en el sector, cuenta Denisse, son el primer empleo para los jóvenes estudiantes, los pocos espacios para hacer deporte o para jugar y divertirse.

“Me motivó a ser líder el desconocimiento que tenían las personas sobre las obras y las posibilidades que podía entregar la administración municipal, y lo poco que sabían de los derechos y deberes con lo público: espacios, proyectos, servicios”, expresa Denisse, quien durante sus primeros años tuvo que ganarse a la comunidad, que le demostraba cierta resistencia por ser foránea.

“Me gané el respeto gracias al Día Blanco. Cada vez que los convocaba para rendirles cuenta, y les demostraba todo lo que se podía hacer, la gente quedaba satisfecha. Es un buen recurso, el Día Blanco, para mostrar la transparencia en los procesos e impulsar nuevas actividades”, señala.

Durante sus años como lideresa, Denisse Arrieta de Oro mantuvo una estrecha relación con la Secretaría de Participación Ciudadana. Aprovechó cuanto pudo la herramienta del presupuesto participativo y se preocupó, más que todo, por la educación.

“Trato de trabajar con comunidades todos los temas y gestionar su problemática, pero me involucro mucho más con la educación, estoy al pendiente que todos los jóvenes sepan de las oportunidades que tienen con Sapiencia y ayudo a salgan adelante y obtengan más conocimientos sobre las técnicas y las tecnologías”, explica.

Gracias a su labor, Denisse Arrieta se ganó la medalla al mérito femenino comunitario, una satisfacción en lo personal, y una demostración, para sus vecinos, de que siempre ha sido, y será, una santandereana y una lideresa de oro.