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Entre huesos e insectos disecados Valero Rozo, a sus 11 años, es pentacampeona científica

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Valery Rozo. Foto Foto Alcaldía de Medellín 2020-03-06 Entre huesos e insectos disecados Valery Rozo, a sus 11 años, es pentacampeona científica Por Cristina Monsalve...

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  • Valery Rozo.

    Foto Foto Alcaldía de Medellín

    2020-03-06

    Entre huesos e insectos disecados Valery Rozo, a sus 11 años, es pentacampeona científica

    Por Cristina Monsalve

    “Todo empezó con Poncho. Pero, ¿quién es Poncho? Esta es la nominación que los niños le dieron a los huesos de una mula que encontraron en el municipio de Sopetrán”

    Así comienza uno de los artículos que Valery Rozo escribió para la revista Ingenio,  de la Universidad Pontificia Bolivariana, cuando tenía 8 años. Y así inició, con Poncho, uno de sus primeros proyectos de investigación, el que le abrió la puerta a un mundo de conocimiento que ahora no quiere dejar de explorar y que quiere mostrarle a todos los niños.

    A sus 11 años, Valery Yulieth Rozo Espinosa es estudiante de séptimo grado, está becada por buen rendimiento en el colegio Corazonista y ha dedicado más de la mitad de su vida a la investigación. Lo cuenta con una gran sonrisa y un brillo en los ojos, que demuestra su amor por el aprendizaje.

    “Los niños somos curiosos y nos preguntamos muchas cosas. Mi familia me apoya en todo esto que me gusta hacer y la profe Silvia Marín fue quien sembró esta semillita tan hermosa en mí, que cada día hemos regado y que sigue floreciendo”, dice.

    Silvia Marín, la profe que más admira Valery, fue quien desde los seis años, cuando cursaba primero de primaria en la Institución Educativa Rafael Uribe Uribe, la llevó a la Feria de la Ciencia (CT+I) para impulsarla a investigar. Allí, con su bitácora en 3D que enseñaba las características de los dinosaurios, se convirtió en campeona por primera vez.

    Esta maestra también la animó para embarcarse en la aventura de investigar a ‘Poncho’, una mula cuyo cadáver fue hallado en el occidente antioqueño por el abuelo y el tío de la inquieta niña, quienes sin importar los riesgos de transportar un costal lleno de huesos en una moto, trajeron el esqueleto para que ella lo investigara. “Una anécdota muy curiosa” que dio origen a ‘Huesitos Sanos’.

    “Fue un proyecto muy bonito: cogimos bebidas que tomamos los niños en la lonchera. El siguiente paso fue introducir esos huesos de la mula y también algunos de cerdo y pollo para observar qué les pasaba y así saber qué bebidas que tomamos los niños nos hacen daño”, explica la investigadora, al mostrar en sus bitácoras el registro de los resultados.

    ‘Huesitos Sanos’, además de hacerle repetir el título de campeona en la Feria CT+I, la llevó a escribir un artículo para una revista de ciencia. En ese momento descubrió que, además de investigar, le apasiona escribir sobre sus hallazgos.

    “Todo esto ha sido gracias al apoyo de las secretarías de Educación y de Medio Ambiente. He tenido experiencias muy hermosas y con esto también tuve la oportunidad de escribir dos veces en la revista Ingenio de la UPB”. Su otro artículo se tituló Agua Maravilla para la ciencia.

    Luego de esto surgió PlantaSapiens, PlantaSapiens 2 y PlantaSapiens Evolution, los proyectos de botánica con los que descubrió los beneficios de plantas como el diente de león, albahaca y llantén y que le permitieron ocupar el primer lugar –tres veces más- en ferias CT+I. Los resultados la llevaron a compartir sus conocimientos en dos ciudades colombianas (Bogotá y Popayán) y en Paraguay. Por su gran labor terminó hablando de tú a tú con Manuel Elkin Patarroyo, Jorge Reynolds y Ángela Restrepo Moreno.

    “Aparte de que mi mamá estaba muy emocionada, porque fue la primera vez que las dos montamos en avión, fueron experiencias excepcionales en las que aprendí demasiado y conocí a Ángela Restrepo Moreno, la primera mujer científica del país y con la que reforcé esa idea de que las mujeres podemos hacer absolutamente todo lo que queramos”, cuenta.

    Valery combina su amor por la investigación con ratos de juego al lado de sus amigos en el barrio 20 de Julio, al occidente de Medellín. Desde su balcón, donde divisa buena parte de la belleza de la ciudad, exhibe decenas de insectos que ella misma ha disecado. Allí mismo, con la mirada en un punto fijo, dice con gran seguridad que quiere ser una gran profesional, una gran mujer.

    “Yo tengo varias opciones: quiero ser cardióloga, ingeniera biológica, investigadora y alcaldesa de Medellín”, sentencia.

    Esta niña científica, que admira profundamente a su madre y a su abuela, sabe que aunque el camino a veces no es el esperado, las dificultades son elementos que le dan chispa y se convierten en motor para alcanzar las metas.

    “Todas las personas tenemos las mismas oportunidades. Tanto los hombres como las mujeres podemos hacer lo que nos apasiona. Las mujeres somos un género fuerte que podemos hacer cualquier cosa y por eso quiero mandarles una invitación a las mujeres: que se atrevan a hacer lo que les guste lo que las apasione”, añade.

    Por ahora, Valery está dedicada a la creación de una unidad didáctica para aplicar en su colegio, con la ilusión de que pronto se expanda a otros colegios del mundo. Además, trabaja en su nuevo proyecto Sorpréndete con Talahueymm: una investigación de niños para niños. ¿Y por qué Talahueymm? Porque así, en un juego de palabras, develará el maravilloso mundo de las TArántulas, LAgartijas, lo que representan los HUEsos para un ser vivo Y Mucho Más.

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