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Ecosistemas terrestres

Ecosistema terrestres: cuáles son, características y ejemplos

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Definición y concepto de ecosistemas terrestres Se definen como terrestres aquellos ecosistemas que se desarrollan sobre tierra firme, sobre accidentes geográficos y en...

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  • Definición y concepto de ecosistemas terrestres

    Se definen como terrestres aquellos ecosistemas que se desarrollan sobre tierra firme, sobre accidentes geográficos y en el aire. Tomando lo necesario para sostener la vida de los suelos. Se distinguen de los sistemas acuáticos en que no predominan los cuerpos de agua, aun cuando siempre haya presencia del líquido vital, mediante precipitaciones, según las características climáticas.

    Los ecosistemas son espacios en los que se desarrolla la vida de especies diversas, manteniendo un equilibrio ecológico que produce relaciones y beneficios mutuos para la existencia de otras especies externas, otros ecosistemas y de los seres humanos.

    Importancia de los ecosistemas terrestres para el planeta

    Estos ecosistemas son la fuente principal de alimentos para otros seres vivos, incluidos los humanos. Proporcionan aire y agua y son el hábitat de millones de especies de plantas y animales.

    Son los ecosistemas que ofrecen más servicios ambientales a la humanidad. Son ecosistemas gravemente afectados por las actividades productivas, pero contribuyen con sus procesos e interacciones a sostener la biodiversidad.

    Son el soporte principal de la vida de los seres humanos aportando alimentos vegetales y de origen animal; también sirven para la provisión de recursos que se encuentran en el suelo y el subsuelo, como el agua, combustible, minerales, rocas que se utilizan para satisfacer múltiples necesidades alimentarias, económicas y culturales.

    Tipos de ecosistemas terrestres y su distribución global

    Hay una gran diversidad de ecosistemas terrestres, su clasificación depende de muchos factores abióticos. Suelen diferenciarse de acuerdo al tipo de vegetación que predomina, el clima, el relieve, las precipitaciones, entre otros.

    Las relaciones tróficas también influyen para tipificar los sistemas terrestres. La mayoría de estos, sirven de hábitat a especies animales y vegetales que se han adaptado a sus condiciones. La flora y fauna de cada tipo tienen características específicas.

    Los tipos más frecuentes son:

    • Bosques: Son el tipo de ecosistema que más predomina sobre el globo. Tienen grandes extensiones con abundantes árboles, arbustos, matorrales y especies animales. Con flora y fauna variada, presentan diferentes niveles de precipitaciones según su ubicación y tipo.
    • Matorrales: Son espacios arbustivos en los que predomina la vegetación de poca altura.
    • Herbazales: formados por hierbas gramíneas, están ubicados en zonas climáticas semiáridas, se incluyen en este tipo las praderas y las sabanas.
    • Tundras: caracterizadas por la ausencia de árboles, suelen encontrarse grandes cantidades de líquenes, musgos, hierbas y pequeños arbustos. Su subsuelo permanece congelado ya que son propios de climas fríos.
    • Desiertos: son ecosistemas con poca flora. Hay desiertos cálidos en las zonas subtropicales y desiertos polares, su fauna se concreta en especies sumamente adaptadas a las ásperas condiciones.

    Ecosistemas terrestres

    Características clave de los ecosistemas terrestres

    Algunas características claves de los ecosistemas terrestres son:

    La biodiversidad:

    Son espacios que sirven de hogar a muchas especies de animales, insectos y plantas que intervienen en el equilibrio y el desarrollo de las relaciones entre los factores bióticos y abióticos.

    La flora:

    Poseen flora abundante por lo general. Esta es variada y está compuesta por especies muy diferentes, desde pequeñas hierbas hasta grandes árboles.

    Fauna:

    La fauna en estos ecosistemas es muy variada, se pueden encontrar desde los más pequeños insectos hasta mamíferos de gran tamaño. La cadena alimenticia está bien estructurada y obedece a patrones específicos.

    Los ciclos biogeoquímicos:

    Los ecosistemas terrestres son cerrados. Por lo tanto, los nutrientes se reciclan de forma continua mediante ciclos biogeoquímicos. Por ejemplo: el ciclo de carbono y el ciclo del nitrógeno.

    Los factores abióticos:

    La luz solar, el suelo, agua, temperatura y clima son características claves de un ecosistema terrestre, principalmente porque la relación entre ellos determina el tipo exacto de ecosistema y facilita su clasificación.

    La diversidad biológica en los ecosistemas terrestres

    La biodiversidad en estos ecosistemas es muy abundante y es un recurso estratégico para la humanidad. También se convierte en un elemento imprescindible para la vida en el planeta. Sin la biodiversidad de los ecosistemas terrestres es imposible mantener la vida en el resto del planeta.

    Los bosques ayudan a regular el clima en el planeta, los árboles generan oxígeno para la vida de especies animales y favorecen a otras especies, como las abejas que ayudan a polinizar. Por otra parte, los recursos naturales producen alimentos y materias primas para los humanos.

    La función de la productividad primaria en los ecosistemas terrestres

    Esta función se define a partir de la velocidad con la que se retiene energía en la forma de materia orgánica. Es producto de la fotosíntesis de las plantas y otros vegetales.

    La productividad primaria bruta, es la tasa de captación de energía solar. Esta se capta en moléculas de glucosa mediante la fotosíntesis. Las plantas producen y utilizan esta energía para realizar funciones metabólicas, respirar y crecer.

    La productividad primaria neta, es el resultado de la primera al restarle la tasa de pérdida de energía para el metabolismo y sostenimiento de las plantas. Esta, es la tasa de energía que se almacena en forma de biomasa y que es consumida por algunas especies del ecosistema.

    Ecosistemas terrestres

    El papel de los ciclos biogeoquímicos en los ecosistemas terrestres

    Los ciclos biogeoquímicos garantizan el reciclado constante de elementos que se necesitan para sostener la vida. En los ecosistemas terrestres estos ciclos permiten la supervivencia de muchas especies, entre ellas, la especie humana.

    La conversión del estado orgánico al mineral y viceversa, favorece la producción de macronutrientes y micronutrientes. Los nutrientes, constituyen materia orgánica en el aire, agua y suelo y se incorporan a los organismos mediante procesos metabólicos. Finalmente, regresa al medio en forma inorgánica.

    La interacción entre flora y fauna en los ecosistemas terrestres

    La relación entre la flora y la fauna establece un ciclo entre los organismos productores y los consumidores. Los productores y consumidores, vegetales o animales, se relacionan de acuerdo a los niveles de organización trófica.

    Los herbívoros, depredadores y descomponedores están adaptados para vivir en el ecosistema y reciben beneficios de otras especies, por lo que desarrollan varios tipos de interrelación. Los habitantes se pueden relacionar mediante las colonias, gregarismos, depredación, simbiosis, parasitismo, mutualismo, comensalismo y epibiosis.

    Los factores que influyen en la estructura de los ecosistemas terrestres

    Los ecosistemas proporcionan hogar, alimentos y regulación climática, pero no son estáticos. Su evolución permite que los factores involucrados tengan un papel determinante para su estructura.

    Comprender estos factores permite predecir su evolución a través del tiempo, considerando las influencias de los humanos y el cambio climático. En la actualidad se consideran cinco factores fundamentales:

    Edad de los suelos, tipo de vegetación, condiciones topográficas y el tipo de sustrato sobre el cual se desarrolla el ecosistema. Estos factores son muy importantes para explicar la estructura y cómo funciona cada ecosistema.

    Adaptaciones de los organismos a los ecosistemas terrestres

    La flora y fauna presentan adaptaciones diversas según cada ecosistema. La temperatura, el nivel de humedad, la competencia entre los diferentes organismos y otros factores determinan las cualidades de cada especie dentro del ecosistema.

    De igual forma, la degradación de los biomas, la deforestación, incendios forestales, la caza, la contaminación y la introducción de especies ajenas al ecosistema pueden generar nuevas condiciones adaptativas en los animales y plantas. ¿Cómo se adaptan los organismos?

    Cuando se pierde humedad, las especies habitantes comienzan a desarrollar adaptaciones en su piel para retener más humedad, suelen utilizar mecanismos endógenos para protegerse de la pérdida de humedad, igual sucede frente a climas muy fríos, para los que adaptan su piel, como plumas, pelos, lana o lanilla.

    Impactos humanos en los ecosistemas terrestres

    Los ecosistemas terrestres son los que, por lo general, reciben un mayor impacto del ser humano. El abuso de los recursos naturales es uno de los daños ambientales más observables a través de la historia. Esto, causa la degradación del ecosistema, pérdida de la biodiversidad y empobrecimiento del suelo, entre otros efectos negativos.

    La contaminación, es el principal impacto negativo sobre los ecosistemas y es el que más ha contribuido a la destrucción de muchas especies. ¿Qué actividades causan mayor impacto humano en los ecosistemas terrestres? Las actividades industriales y la minería.

    Sin embargo, contrario a los que se pensaba anteriormente, la agricultura y la ganadería también contaminan sustancialmente los ecosistemas. Los desechos, el uso de pesticidas y herbicidas contaminan el agua, el suelo y el aire.

    Actualmente, la contaminación ambiental se ha convertido en un problema global, pero algunas acciones, como la tala indiscriminada, la extracción de especies vegetales y la eliminación de algunos insectos debido a los pesticidas afecta notablemente y de manera irreversible la mayoría de los ecosistemas terrestres del planeta.

    Ecosistemas terrestres

    Conservación y protección de los ecosistemas terrestres

    La conservación de los ecosistemas en general, es un tema que se incluye cada vez más en el desarrollo de políticas ambientales. En el contexto del cambio climático, es importante proteger los ecosistemas terrestres por las razones expuestas en líneas anteriores, cuando señalamos su importancia.

    Los ecosistemas están siendo afectados por el cambio climático y su papel como reguladores del clima está perdiendo potencial. Muchos ecosistemas están amenazados, además, por la contaminación, la sobreexplotación, el creciente desarrollo urbano y la inclusión de especies invasoras por desconocimiento y falta de conciencia.

    Todos estos factores aceleran la pérdida de la biodiversidad, siendo esta un elemento primordial para el equilibrio de los ecosistemas. La distribución de las especies, el sostenimiento de las redes tróficas y la sincronía en los ciclos vitales son factores que aseguran la sobrevivencia de cualquier ecosistema.

    Es necesario considerar nuevas estrategias para garantizar la funcionalidad de los ecosistemas en degradación y potenciar la resiliencia de sus especies. ¿Cómo podemos ayudar?

    Generando conocimiento sobre el impacto humano y el cambio climático, desarrollando acciones para atenuar estos impactos y generando mayor conciencia ambiental.

    Hay, además, algunas recomendaciones para reducir el impacto negativo sobre los ecosistemas:

    1. Cultivar alimentos en casa

    2.Plantar más árboles.

    3.Economizar el consumo de agua.

    4.Separar los desechos para reciclar

    5.Reusar los envases plásticos.

    6.Conectarse con el medio natural.

    Ejemplos de ecosistemas terrestres: bosques tropicales

    Se encuentran en la zona del trópico, cerca al ecuador, de ahí su nombre. Usualmente tiene una vegetación y fauna similar a la selvática. Los ejemplos más notables son:

    Bosque lluvioso: Amazonas.

    Ubicado entre Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Guyana, Surinam y la Guyana Francesa. Abarca alrededor de 5.500.000 kilómetros cuadrados.

    Bosque Tropical: Selva Congolesa

    Está ubicada entre Camerún, República del Congo, Centroáfrica, Gabón y Guinea Ecuatorial. Abarca una extensión de 1.780.000 kilómetros cuadrados.

    Selva Tropical: Selva de Nueva Guinea.

    Abarca parte de Indonesia y de Papua Nueva Guinea, con una extensión de 288.000 km.

    Bosque lluvioso templado valdiviano

    Tiene una extensión de 248.100 km2 y se encuentra entre Argentina y Chile. Su clima es templado.

    Corazón de Borneo

    Este bosque posee una longitud de 220.000 km2 abarca las naciones de Malasia, Indonesia y Brunei.

    Ejemplos de ecosistemas terrestres: praderas y estepas

    Son ecosistemas encontrados mayormente en América del Norte y Eurasia. Las praderas y estepas más notorias son:

    • Pradera Americana, en Estados Unidos.
    • La Estepa Rusa, banda entre Ucrania y Rusia
    • La Estepa Asiática, que abarca desde Mongolia hasta Manchuria.
    • La Pampa Sudamericana, que abarca Argentina y Uruguay.
    • La Puszta, ubicada en Hungría
    • El Velt, en Sudáfrica
    • El campo Limpos, en el sur de Brasil
    • Parklands, en Australia

    Ejemplos de ecosistemas terrestres: desiertos y zonas áridas

    Los desiertos y zonas áridas poseen muy poca vegetación y fauna sumamente adaptada a las condiciones, generalmente pequeños reptiles e insectos como alacranes. Los más grandes del mundo son:

    • Desierto Antártico
    • Desierto Ártico
    • El Desierto del Sahara, ubicado entre Marruecos, Nigeria, Sahara Occidental, Mali, Egipto, Argelia, Libia, Sudán y Túnez.
    • El Desierto Árabe, que se encuentra en Yemen, Omán, Los Emiratos Árabes, Kuwait, Jordania, Qatar, Irak y Bahréin.
    • Los Desiertos Australianos
    • El desierto de Kalahari, ubicado entre Botsuana, Sudáfrica y Namibia.
    • Desierto de la Patagonia, que se ubica entre Argentina y Chile.
    • El desierto de Chihuahua, entre Nevada y Utah.

    Ejemplos de ecosistemas terrestres: tundra y regiones polares

    Tundras es un término utilizado para referirse a un paisaje típico de zonas subglaciales. Es propia de las zonas polares en altas latitudes. Se ubican por lo general en el hemisferio norte. Las principales están en:

    • Alaska.
    • El norte de Canadá.
    • El norte de la Antártida.
    • El norte de Europa.
    • Siberia.
    • Islandia.
    • Rusia.
    • Escandinava.
    • La parte sur de Groenlandia.
    • Las zonas más altas de Chile y Argentina.
    • Algunas islas subantárticas.

    Ejemplos de ecosistemas terrestres: montañas y cordilleras

    Estos ecosistemas son complejos, con estructuras y funciones únicas. Poseen una rica biodiversidad, con excelentes recursos hídricos y minerales. Los más extensos son:

    • La Cordillera de los Andes
    • Monte Éverest, en los Himalayas
    • El volcán Chimborazo.
    • El Cotopaxi.
    • El monte Shinn.
    • El Altiplano andino.
    • Puna de Atacama.
    • Altiplano Cundiboyacence.

    Ecosistemas terrestres

    Interacciones entre ecosistemas terrestres y acuáticos

    La interacción entre los ecosistemas se origina por lo general entre los elementos de la misma especie, se le llama intraespecífica; o de especies diferentes. Entre las plantas y los insectos también se desarrollan muchas interacciones, este tipo de interacción se llama interespecífica.

    Las interacciones entre la misma especie suelen ser favorables, ya que permite la cooperación y la obtención de alimentos, también permite que puedan protegerse frente a los peligros y condiciones del entorno, como el clima y los depredadores.

    Las relaciones biológicas interespecíficas permiten vínculos y relaciones entre individuos y poblaciones, suelen llamarse también asociaciones interespecíficas. Muchas especies logran sobrevivir debido a estas relaciones.

    Por otra parte, también hay relaciones en un ecosistema que se desarrollan entre los organismos bióticos y los abióticos. Por ejemplo, los organismos se alimentan del suelo o del agua, respiran el aire y consumen los que producen o desechan otros organismos.

    La población en colonias, es un claro ejemplo de las relaciones intraespecíficas. Mientras que la simbiosis y el parasitismo, son un ejemplo de las relaciones interespecíficas. Los ecosistemas complejos como los bosques y las montañas, presentan un mayor número y grado de complejidad en las interacciones.

    Cada especie cumple un rol importante y la diversidad de sus interacciones permiten el desarrollo de estos hábitats. Los colibríes y las abejas polinizan, los grandes depredadores controlan la población de presas específicas, como los grandes felinos y los venados, por ejemplo.

    Dentro de este equilibrio ecológico, todas las plantas y animales interactúan de una u otra forma y esto garantiza su subsistencia. Los seres humanos, también debemos incluirnos en estas interacciones, ya que tomamos recursos naturales, consumimos y explotamos los recursos bióticos y abióticos y causamos cambios en el equilibrio propio de cada ecosistema.

    Futuro de los ecosistemas terrestres y desafíos ambientales

    El futuro de los grandes ecosistemas es incierto frente a los problemas ambientales y el cambio climático. Ciertamente el 30% de la tierra está cubierto por bosques y montañas. Esto significa que además de proporcionar alimentos y recursos, estos espacios representan el hábitat de numerosas especies vegetales y animales.

    Como refugios para la vida, preservan la biodiversidad y son indispensables para combatir el cambio climático. Además, sirven de refugio para algunas etnias. Esto señala la gran importancia de asegurar un futuro para cada tipo de ecosistema.

    Es un hecho comprobado que cada año desaparecen por lo menos 12 millones de hectáreas de bosque y selvas. Y, además, los desiertos y zonas áridas se están degradando de forma progresiva. La deforestación y la desertificación son una gran amenaza de cara al futuro.

    Algunos aspectos que se deben considerar para disminuir el impacto y ayudar a proteger los ecosistemas son la falta de conciencia al extraer los recursos naturales, lo que alcanza niveles dañinos para la vida de muchas especies.

    Entonces, los grandes desafíos ambientales en los ecosistemas terrestres pueden resumirse en dos grandes aspectos:

    1° Controlar, prevenir y mitigar el impacto de la deforestación y la pérdida de la biodiversidad:

    Son desafíos ambientales relacionados de forma estrecha. La tala, la agricultura, la ganadería y la minería, son los principales factores que influyen sobre esta lastimosa problemática ambiental.  No solo afectan los suelos, el agua y el aire, además, contribuyen al cambio climático.

    Superar este desafío amerita fomentar prácticas sostenibles en todas las actividades que ya hemos señalado y desarrollar programas para reforestar y recuperar los ecosistemas terrestres más afectados, como los bosques, las sabanas y las praderas.

    2° La contaminación del aire:

    La contaminación atmosférica es un problema que a menudo se pasa por alto. No obstante, sus efectos son más graves de los que se cree. Influye significativamente en el calentamiento global. El efecto invernadero es un ejemplo claro y concreto de esta situación.

    ¿Cómo superar este desafío? Es imperioso reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Algunas medidas prácticas, deben enfocarse en el uso de vehículos alternativos, como los autos eléctricos. Reducir el consumo de carnes rojas y promover leyes más cónsonas con la situación son también estrategias poderosas que rendirán frutos a mediano y largo plazo.

    Como paso fundamental, es importante que los países desarrollen legislaciones más exigentes en lo que respecta al cuidado del medio ambiente, especialmente para los sectores industriales, que son los que causan mayor contaminación en las poblaciones urbanas.

    Afortunadamente, hay un despertar de conciencia ambiental y muchos países se han dado a la tarea de adecuarse a los objetivos de desarrollo sostenible. Estos problemas ambientales, sumados al impacto negativo de las actividades humanas, son los grandes retos para el desarrollo sostenible.

    El desarrollo de programas de Educación Ambiental y una mayor difusión de la información son dos puntos focales cuando se trata de asumir una postura ambientalista. Y es una tarea que no solo se limita a los gobiernos, las personas tenemos un papel protagónico en el cambio de conciencia.


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