Alcaldía Sala de Prensa Noticias El circo es alegría y la risa es de valientes

El circo es alegría y la risa es de valientes

Contenido asociado a:

Pertenece a las secretarías:

Secretaría de Cultura Ciudadana
Por: Sandra Milena Olarte Muñoz. Edición: Fredi Arboleda |

“El circo es alegría, por eso, nos ayuda a sobrellevar todo lo que acarrea el mundo”, es una de las premisas sobre la cual se fundó Pikópala Circo, una agrupación...

Compartir en:
  • “El circo es alegría, por eso, nos ayuda a sobrellevar todo lo que acarrea el mundo”, es una de las premisas sobre la cual se fundó Pikópala Circo, una agrupación que nació de la historia de amor entre Diana Carolina Aragón Perilla y Alejandro Echavarría Restrepo. Ellos, junto con otros tres compañeros, hicieron parte de la programación del 12° Festival de Circos de Medellín, con su obra “Encuentros”.

    Este año, con cerca de 37 actividades y programación en diferentes zonas de la ciudad, grupos como Pikópala Circo llenaron de alegría a las familias y asistentes al Festival de Circos de Medellín. Con la presentación de payasos, acróbatas, funambulistas, mimos y comediantes, entre otros artistas del sector circense, se llevó a cabo la edición número 12 de este tradicional evento.

    Festival de Circos 2023

    Festival de Circos 2023

    Diana Aragón, en tono entusiasta, apasionado y con una narración cargada de detalles; y Alejandro Echavarría, con un estilo más reflexivo, pausado y sensible. Ambos son la amalgama perfecta para conocer las diferentes facetas del mundo circense a través de un relato que cuenta el origen de su historia de amor, que nació hace 15 años, del presente de su familia con sus hijos Isaac y Anahí, y del futuro de Pikópala Circo como proyecto de vida. 

    Génesis de un amor circense 

    Por medio de reuniones y movimientos sociales juveniles (Diana en la Universidad Nacional de Bogotá y Alejandro en Medellín) se acercaron al arte del circo. En un inicio, ella aprendió malabares de fuego y él zancos y malabares. Ambos, cada uno por su lado, empezaron a recorrer Colombia y Suramérica por medio de la vida circense.

    Pikópala Circo

    Pikópala Circo

    “Yo comencé en la Universidad de Antioquia, a los 16 años pasé a zootecnia, hice tres semestres y cambié por ingeniería forestal en la Universidad Nacional (allá, también cursé tres semestres); pero se me atravesó el arte del circo, los viajes, el compartir en colectivos, y logró enamorarme el circo”, relata Alejandro.

    Diana y Alejandro, inicialmente, emprendieron la aventura de la vida circense en un recorrido hacia Venezuela, pero se conocieron en Cochabamba (Bolivia). En una jugada  del destino se reencontraron en el año 2008, en Cusco (Perú), y a partir de ese momento se unieron como pareja.

    Pikópala Circo en el Barco Olivera, Amazonas

    Pikópala Circo en el Barco Olivera, Amazonas

    “Hicimos un viaje al Amazonas, por todas las comunidades indígenas, haciendo funciones de circo que ‘truequeábamos’ por el paso a la siguiente comunidad y alimentos. Después, nos salieron contratos y ahí empezamos a trabajar en eso”, narra Diana Carolina Aragón Perilla.

    En su recorrido, llegaron nuevamente a Colombia y migraron a Venezuela en donde se establecieron durante seis años y nacieron sus dos hijos: Isaac y Anahí. Allí, eligieron la vida en el campo, pero hacían intervenciones artísticas los fines de semana en la ciudad de Mérida.

    Pikópala Circo en Mérida, Venezuela

    Pikópala Circo en Mérida, Venezuela

    “Éramos como cuatro agrupaciones que nos reuníamos todos los domingos en los parques de las plazas de Mérida haciendo funciones, y ahí nació Pico y Pala Circo; un circo que vivía en la montaña, en el campo, con permaculturas, siembras, animales; y los domingos hacíamos la puesta en escena en la ciudad”, expresa  Diana.

    Pikópala Circo en Mérida, Venezuela

    Pikópala Circo en Mérida, Venezuela

    De Pico y Pala a Pikópala Circo 

    En el año 2014, la crisis en Venezuela obligó a la familia Echavarría Aragón a regresar a Colombia. Llegaron a Bogotá. Allí, encontraron la oportunidad de participar en una convocatoria para artistas; y decidieron ajustar el nombre de la agrupación y trabajar en un proyecto artístico más elaborado.

    Pikópala es una expresión lingüística que surgió como estrategia para abreviar el nombre Pico y Pala. “

    Pikópala Circo

    Pikópala Circo

    Hasta ese momento, el grupo trabajaba de manera empírica y orgánica con convocatorias del ‘tú a tú’ en las cuales no era necesario pensar en los formalismos de presentar una propuesta con objetivos o presupuesto.

    “Llegamos a la ciudad de Bogotá; nos exigen todo esto, y ahí comienza realmente la carrera de Pikópala Circo, como grupo conformado, en el cual nos pusimos como una agrupación en busca de la profesionalización, la formación de los artistas para la promoción del arte del circo en las diferentes comunidades del país”.

    “Aprendimos muy autodidactas, en convenciones de circo, talleres, encuentros de ciudad, festivales, y ahí nos hemos ido formando a lo largo de la trayectoria, muy por convicción”, concluye Alejandro. 

    La evolución

    Después de un año y medio de aprendizajes y trabajo en Bogotá, Diana y Alejandro decidieron establecerse en Medellín (actualmente en el barrio Robledo, Aures) para continuar creciendo con el proyecto del arte circense.

    Pikópala Circo

    Pikópala Circo

    “Esto se formó porque Alejo y yo, después de llevar los niños al colegio, empezamos a entrenar en el parque La Batea y en Villa Sofía. Hacíamos pequeños espectáculos en las cuadras, llegábamos a intervenir un espacio vacío porque tenemos un lema que es ‘Pikópala Circo’, donde cualquier espacio puede ser un escenario’”.

    “Un día, dos chicas universitarias que nos hicieron una entrevista nos dijeron: ‘quiero ver esa intervención’. Entonces salimos al barrio, al CAI de Aures, al parque de La Batea, y resultó que a la gente le empezó a gustar mucho la función”, relata, emocionada, Diana.

    La presentación, además de cautivar el público, logró seducir amigos y vecinos afines al arte del circo que se vincularon al proyecto y se dedicaron a entrenar con la pareja Echavarría Aragón. El fruto de ese trabajo es la obra “Encuentros”, que estrenaron en el 12 ° Festival de Circos de Medellín.

    Profesionalización y formalización de Pikópala Circo

    Pikópala Circo ha participado en diferentes procesos de la Secretaría de Cultura de Medellín: convocatorias de Ley de Espacios Públicos, Calle de Artistas y como proveedores con funciones en la Feria de las Flores y los alumbrados navideños.

    Festival de Circos 2023

    Festival de Circos 2023

    “También tenemos un proyecto que surgió a partir de los chicos que comenzaron a interesarse en el malabarismo. Nos ganamos una convocatoria de Presupuesto Participativo y entrenamos los chicos de acá, del barrio. Tuvimos 24 participantes, de ellos hubo seis que salieron jugando malabares. Ya habíamos dado talleres de circo pero no formalizados, a nivel de un proyecto.  Esa es otra rama que sacamos con Alejo, que es formación circense para niños, niñas y adolescentes”, señala Diana.

    Los procesos con la Administración Distrital les han posibilitado formarse en gestión de proyectos y entender su propuesta artística como un emprendimiento familiar.

     

    Ver esta publicación en Instagram

     

    Una publicación compartida de Pikopalacirco (@pikopalacirco)

    Sumado a la experiencia con la contratación pública, ambos han recibido talleres de maquillaje, creación de personajes, puesta en escena, dibujo espacial, diseño y creación de trajes y de números artísticos. Como ellos lo definen: “Todo ha sido como un collage para poder formar nuestra propuesta Pikópala Circo”.

    Festival de circos, la más reciente participación 

    La participación en tres ediciones del Festival de Circos de Medellín, una como artistas invitados y dos con Pikópala Circo, en 2021 y 2023 con la obra “Encuentros”, ha contribuido positivamente al emprendimiento de Diana y Alejandro, porque han sabido capitalizar esta experiencia.

    Del 1 al 3 de septiembre, Medellín tendrá una nueva edición del Festival de Circos

    Festival de Circos – Foto Alcaldía de Medellín

    “Uno de los grandes impactos de este festival, para nosotros, fue visualizarnos como una agrupación que trabaja por productos bien formados y de calidad. El reflejo de los resultados positivos estuvo, por ejemplo, en los comentarios del público y de otras agrupaciones; en nuestra satisfacción personal y grupal con el desarrollo de la propuesta; y en aprovechar el festival de circos como vitrina artística y cultural a nivel de ciudad. Incluso, es un festival que ya se hace como vitrina nacional también”, reflexiona Alejandro.

    “Encuentros”

    “Encuentros” es el fruto de la disciplina de Diana, Alejandro, Sebastián Lopera, Alfonso León Gómez y Yeison Quiceno, con los entrenamientos diarios en el parque La Batea.

     

    Ver esta publicación en Instagram

     

    Una publicación compartida de Pikopalacirco (@pikopalacirco)

    “La obra es un encuentro de varias personas, pero también es un encuentro de diferentes técnicas, historias y trayectorias en las cuales cada uno aportó desde su punto de vista, su conocimiento; y se llegó a formar una obra muy bonita. Se tuvieron en cuenta técnicas como pelotas de malabares, manipulación de objetos, ilusión con objetos, juego con burbujas de jabón, con monociclos en grupo, bolas de cristal, aros de manipulación, bolas de rolling, clavas de malabares, acrobacias, puesta en escena y un montón de cosas más”.

    “Encuentros” es cómo un grupo puede crear desde lo más simple y sencillo para llevarle al público un mundo diferente y divertido”, explica Alejandro.

    El circo como manifestación artística y social

    “El circo genera cierta libertad de expresión. Nace de la idea del circo como una necesidad de expresar algo, de llevar mensajes al público y aportar un granito de arena para una transformación social”.

    El circo es la unión de todas las artes porque cabe la música, la acrobacia, los malabares y la cultura. Hay libertad de tu tiempo, de ser tu propio jefe, expresar, conquistar el público y sacar sonrisas a la gente. Por convicción, nos trae mucha alegría, mucha satisfacción poder sacar a la gente de la rutina y jugar con todas las artes: con las máscaras, los trajes y las burbujas”, describe, entusiasmada, Diana.

    Pikópala Circo

    Pikópala es un circo que viene de la montaña  y por eso muchos de sus mensajes están centrados en el cuidado del medio ambiente, valores para vivir en comunidad, respeto, tolerancia, convivencia y armonía. Finalmente el circo es eso: alegría, y la risa es de valientes; así que se trata es de sobrellevar todas las cosas que acarrea el mundo y la sociedad.

    Del circo tradicional al circo contemporáneo

    “En el circo tradicional trabajamos en carpas. La vida es parecida a la gitana, como nómadas conquistando públicos. Empiezas en un lado, haces tu espectáculo por una o dos semanas, mientras vas gestionando el permiso para montar la carpa en otro lado”.

    “Se duerme en containers; son como casas dentro del mismo circo, con cocina y con tu habitación. En el día, tu vida es normal; en la tarde entrenas; en la noche, espectáculo; y así te vas movilizando por varios lugares”, relata detalladamente Diana.

    Pikópala Circo

    Pikópala Circo

    El circo contemporáneo, por el contrario, se vive desde un hogar y habita en una vivienda  normal. Sale de las carpas a diferentes espacios como plazas, casas de cultura, sedes de acciones comunales y asociaciones sociales. Sin embargo, el objetivo sigue siendo el mismo: buscar cómo proyectar las creaciones y producciones de los artistas.

    “Ahora, Pikópala es un circo contemporáneo. Vivir bajo carpas es demasiado tedioso, es muy difícil y duro. Encontrar los permisos, el espacio exacto; resolver tus necesidades fisiológicas, en el momento, también se convierte en un reto porque no en todos los lugares estás cómodo”.

    Pikópala Circo

    Pikópala Circo

    “Por ejemplo, el entrenamiento en un circo tradicional es dentro de la carpa, a la hora que tú quieras. Ahora los entrenamientos los realizamos en La Batea, en diferentes teatros, casas de cultura y salones sociales que hay por aquí cerca”, explica Alejandro.

    El circo contemporáneo tiene muchos desafíos y requiere disciplina. Diana y Alejandro lo tienen claro; por eso, en este estilo de vida organizan su día a día y siguen una rutina.

    Pikópala Circo

    Pikópala Circo

    En la mañana, después de dejar a los niños en el colegio, entrenan; y en la tarde, se dedican a la gestión con diferentes tareas, como el montaje con los compañeros, la elaboración de trajes, la reparación de juguetes, la lectura, la investigación y la búsqueda de material audiovisual. 

    Una familia unida por el arte circense 

    La familia Echavarría Aragón es tan versátil como el mundo circense y en ella se congregan diferentes manifestaciones artísticas. Si bien su fuerte son los malabares, cada uno de sus integrantes se destaca con habilidades específicas.

    Diana, en el arte del clown y en el manejo del monociclo. Alejandro, por su parte, se enfoca en la pantomima, el monociclo jirafa, los balones de spinning y la bola de contacto, que genera una ilusión.

    Anahí e Isaac

    Anahí e Isaac

    El proceso con sus hijos, Anahí e Isaac, ha sido especial porque como lo relata Diana: “El arte de ellos viene desde la barriga, porque yo siempre me presenté hasta los nueve meses de embarazo y luego, cuando nacieron, estaban siempre en las funciones. Desde pequeñitos han estado involucrados, porque siempre hemos estado los cuatro para todos lados”.

    A Isaac le gustan los malabares y aprendió a montar monociclo. Anahí, por su parte, juega hula hula. Sus padres, orgullosos, afirman que “él aprende rápido y es muy bueno en la puesta en escena y que ella es buena crítica. Ya sabe que, para hacer una función, primero tiene que organizar la música, saber qué traje va a usar; el maquillaje; qué actividad hace el uno, qué actividad hace el otro, etcétera”.

    Anahí, de 10. Isaac, de 13. Ambos iniciaron en el circo jugando, pero el amor por este arte los ha llevado a interesarse cada día más y a ser parte de obras como “Los circolores”. Ellos combinan su legado familiar con el estudio y el deporte. Ella practica natación y él voleibol.

    Experiencias del camino recorrido

    15 años después del inicio de su historia de amor, Diana y Alejandro piensan que lo más significativo de su vida circense ha sido el recorrido que durante nueve meses hicieron por la selva amazónica; un viaje en el que partieron desde Perú y pasaron por Brasil, Ecuador y Colombia.

    Pikópala Circo

    Pikópala Circo – Diana Aragón y Alejandro Echavarría

    “Cualquier espacio puede ser un  escenario; aprender a cautivar los públicos para así seguir costeando tu viaje y conocer tantos lugares, animales y comunidades. Llegar con el lenguaje del circo, cuando en la selva eran puros lenguajes nativos  y solo nos entendían por señas o a través del circo. Recorrer la selva, por medio del circo, fue muy gratificante porque no esperábamos tanto”.

    Pikopala_Circo_Venezuela_10

    Pikópala Circo

    “Cuando salimos de la selva, salimos con muchos aprendizajes, de tejidos, musicales y con más puesta en escena. Eso formó a Pikópala Circo y lo hizo fuerte, porque ahí, en la selva, no había nada, solo monte y las comunidades. No hablábamos de cosas tan materiales o de dinero, y eso es muy gratificante; sentir que el circo nos haya llevado a conocer tantos lugares y diferentes países”, relata Diana.

    El futuro 

    Pikópala Circo nació como Diana Aragón y Alejandro Echavarría, pero actualmente trabaja para integrar a más artistas y profesionales, como fotógrafos y editores, y gesta el proyecto Family Circus, en el cual integran a sus hijos.

    Pikópala Circo

    Pikópala Circo

    “Somos una agrupación que se visualiza no solo a nivel individual (tenemos proyectos cada uno como artista independiente), sino que le apostamos a propuestas grupales en las cuales hemos querido integrar a varios amigos como en el 12° Festival de Circos de Medellín, en el cual fuimos cinco artistas del elenco principal, una artista invitada, una fotógrafa, un editor y un técnico en música”. 

    El arte de vivir del circo 

    Los Echavarría Aragón han hecho del arte circense un proyecto de vida y un emprendimiento familiar en el que hay momentos que no son tan fáciles, pero encuentran el equilibrio con otros en los que les va muy bien.

    “Para vivir y sostener una familia a través del circo hay que ser muy organizado, disciplinado, apasionado, persistente y formarse en muchas facetas. No es solo ser el artista, hacer el arte y el oficio, sino también gestionar, educarse en manejo de públicos y de personas, porque el proyecto de que el grupo sea grande exige que tengamos unos lenguajes para poder llegar a nuestros compañeros, generar inclusión de otros en nuestro proyecto, que se sientan identificados con él, también es un arte”, afirma, con contundencia, Alejandro.

    Pikopala_Circo_Venezuela_10

    Pikópala Circo

    Esta pareja ha sabido vivir del arte. Más que un sustento es el sello de su hogar y la herencia de sus hijos. Ambos evocan con gratitud el camino recorrido en el proceso de Pikópala Circo y coinciden en que lo más bonito es poder recordar todos los lugares, el público y sus reacciones, y la aceptación en diferentes espacios.

    “Por convicción estamos dedicados solo al circo y creemos que sí es posible vivir de él. En Colombia es un poco difícil, a veces, pero sí se puede”, concluye, en tono optimista, Diana.


    Acércate a la Alcaldía de Medellín

    Ir al contenido