Alcaldía Sala de Prensa Noticias «¡El mayor peligro de Medellin es que usted llegue acá y después no se quiera devolver jamás!»

«¡El mayor peligro de Medellin es que usted llegue acá y después no se quiera devolver jamás!»

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Por: Textos y fotos: Juan Fernando Gallego. Edición: Alonso Velásquez Jaramillo. |

Cada vez más extranjeros se nacionalizan en Colombia y escogen a nuestra ciudad como el lugar ideal para vivir y plasmar sus sueños. Don Juan Esteban vino desde Chile y...

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  • Cada vez más extranjeros se nacionalizan en Colombia y escogen a nuestra ciudad como el lugar ideal para vivir y plasmar sus sueños. Don Juan Esteban vino desde Chile y ya es nacional colombiano. Su nieto Benjamín -que está en lista de espera para culminar este proceso- lo acompañó a este sencillo acto realizado en la Alcaldía de Medellín, en donde mostraron el amor por Colombia y por esta tierra paisa que es su nuevo hogar.

    Don Juan Esteban Merino de 75 años, oriundo de Santiago de Chile y su nieto, Benjamín Merino Godoy de 20 años, asistieron muy puntuales al piso 12 de la Alcaldía de Medellín con una sonrisa que no cabía en su rostro. Llegaron hasta el salón Consejo de Gobierno, al lado de la oficina del Alcalde. Y para ambos todo era la culminación de un proceso que añoraban con alegría, esperanza y orgullo.

    El tiempo invertido y la espera habían sido pocos para cumplir con su deber y levantar su mano para que don Juan se juramentara como colombiano. Ingresaron al salón donde se toman las decisiones más importantes de la ciudad y se sentaron al lado de otras 12 personas, que en minutos Iban a ser unos connacionales más.

    De su cara solo salían sonrisas y un brillo en sus ojos como el soleado clima de Medellín en esta época. Sonó el himno colombiano y con la mano en el corazón no dudaron en interpretar las notas de Rafael Núñez y el celular de su nieto siempre estuvo prendido para grabar cada instante de este momento memorable. 

    Abuelo y nieto se unieron en un abrazo al recibir el acta que volvía a don Juan Esteban, un colombiano, paisa y medellinense. Alegría que se incrementó cuando el alcalde Federico Gutiérrez entró al salón, les presentó un saludo fraternal y los invitó a seguir construyendo esta Medellín que los recibe, los acoge y los quiere a todos.

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    Don Juan

    Juan Esteban Merino, llegó a Medellín hace tres años a raíz de todas las secuelas familiares y económicas que le dejó la pandemia: “empecé a hablar con mi hijo Pablo Andrés, el papá de Benjamín, que se había venido tres años atrás para Medellín y me contaba que esta ciudad lo había recibido con los brazos abiertos y le estaba yendo muy bien con una empresa de energía solar que se llama Solartec Colombia. Él me invitó y tomé la decisión de venirme, y la verdad, ¡me encantó esta ciudad!. Es un lugar lleno de armonía y quiero ser parte más activa de ella. ¡Y para ello quiero ser un nacional colombiano!”.

    El señor Merino es un artesano austral que fabrica productos para souvenires, principalmente para turistas. Y buena parte de la decisión para emigrar a Colombia -como él lo plantea- es porque al turismo en Chile lo acabó la pandemia.

    Yo me vengo para Medellín y no otra ciudad de Colombia por su clima, por su gente y por este verde que me encanta. El clima de Medellín no se puede comparar al de Chile, allá hay mucho frío y en invierno mucho más y el calor es muy fuerte. Chile es muy bonito, pero Medellín” puntualiza Juan Esteban al comparar a nuestra ciudad con Arica, una ciudad que también la llaman la Eterna Primavera. Según don Juan, “muchos chilenos dicen que quisieran estar en esa región por su clima y por su gente, pero cuando uno conoce a Medellín, no quiere más. La verdad no hay comparación”.

    El abuelo Merino, no para en piropos para la ciudad, cuando de describirla se trata: “Yo he estado en otras ciudades de América, pero la verdad no me ha dado el tiempo para enamorarme como lo he hecho de Medellín. Vivo feliz aquí, pero también enamorado de Guatapé y allá quisiera desarrollarme como artesano. Me he sentido muy acogido en esta región y la verdad me siento paisa. Yo que tengo una discapacidad motora, siento que la gente de Medellín me quiere ayudar, me quiere proteger y siempre están pendientes de mí”, puntualiza Juan Esteban a medida que lee el acta que lo nombra como colombiano.

    Firmando esta acta que me vuelve un ciudadano colombiano siento una alegría inmensa y un gran orgullo por ser parte de esta ciudad y de este país. Yo soy muy emocional y en este momento lo estoy viviendo, es indescriptible la sensación, es algo aquí en el pecho que me corta el habla –hace un alto en la conversación, toma aire y se da fuerzas para seguir conversando– y desde ya empiezo a tener derechos y obligaciones y estoy dispuesto a trabajar por ello y a retribuirlo como colombiano”.

    Al preguntarle a Juan Esteban, qué siente al tener a su nieto al lado, recibiendo la nacionalidad colombiana, con voz entrecortada al mirarlo expresa con un brillo cristalino en sus ojos y un poco rojizos: “él es mi orgullo, el de la familia –hace una pausa y trata de recomponer su voz para reiterar- y se convertirá en el primer profesional y esto lo hará orgullosamente aquí en Medellín.

    El nieto Benjamín

    Su nieto Benjamín entra a la conversación contando que también solicitó la nacionalidad y no ve la hora de ser connacional y llegar a juramentarse con todo el orgullo. Él quiere tener todos los derechos y cumplir con los deberes del país. Al preguntarle si quería quedarse en nuestro país, sube el tono de su voz con gran emotividad y dice «Yo me quiero quedar en Colombia y de aquí no me saca nadie ni en pintura y yo me muero acá».

    El joven Benjamín Merino está en Colombia desde el año 2020, se graduó como Bachiller en el colegio Jorge Eliécer Gaitán Ayala en Bello y actualmente estudia Derecho en la Universidad Eafit.

    Benjamín, continúa su relato de manera muy emotiva y mirando a los ojos a su ancestro, le dice “Yo veo hoy a mi abuelo y siento un gran orgullo por él y una envidia por mí porque ¡quiero estar aquí y ser un colombiano más!. Yo quiero es a Medellín porque es una ciudad de la que uno se enamora, de hecho a mí una vez una persona me dijo que ¡el mayor peligro de esta ciudad es que usted llegue acá y después no se quiera devolver jamás! ¡Y caí en ese peligro!”.

    Abuelo y nieto salieron del recinto con una sonrisa de satisfacción que pocas veces se ve. Orgullosos de su nueva ciudad, de su nuevo país, finalizan ambos expresando: “A Chile volvemos a visitar a nuestra familia, pero Medellín ya es nuestro nuevo hogar, es la ciudad que nos quiere”.


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