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Luis Alfonso Giraldo nunca se imaginó que su labor diaria de arriería lo iba a llevar a trabajar en el proyecto Hidroituango, tampoco imaginó que iba a dejar de ejerce...
Luis Alfonso Giraldo nunca se imaginó que su labor diaria de arriería lo iba a llevar a trabajar en el proyecto Hidroituango, tampoco imaginó que iba a dejar de ejercerla a raíz de la construcción de la presa que trajo consigo nuevas carreteras, pero que unos años después lo llevaría a tener su propia finca en la que trabaja diariamente con sus primeras especies de ganado.
Ocurrió en el año 2018, cuando en medio de la zozobra general por la contingencia, fue necesario atravesar el río para pasar de Sabanalarga al municipio de Buriticá, y los arrieros con sus mulas eran transportados por botes operados por EPM. Luis Alfonso recuerda que “en uno de los trayectos estuve conversando mucho con la gente de Empresas Públicas y al llegar, cuando me fui a despedir, me ofrecieron trabajo, pues les había contado que yo ya había trabajado con Integral en la parte social del proyecto desde el año 2005 y conocía muy bien toda la zona y sus habitantes”. Posteriormente, se le brindó una indemnización por su trabajo como arriero y con ese dinero y el que obtuvo por la venta de su terreno, compró una finca en Juntas de Uramita, corregimiento del municipio de Cañasgordas, donde actualmente vive y en la que concentró su trabajo.
Su vida dio un giro y, como él mismo lo expresa, fue un cambio que asustó en un momento pero que había que afrontar para avanzar y para que todo lo demás continuara su curso, pues al final Hidroituango es un proyecto que puede mejorar la calidad de vida a las regiones del Norte, Occidente y Bajo Cauca del departamento de Antioquia.
O al menos eso espera la comunidad, asegura don Alfonso, que una vez culminado el proyecto y la Hidroeléctrica Ituango esté operando al 100% se perciba ese desarrollo que muchos esperan ver reflejado en educación e infraestructura y, muy importante, “que las regalías sean manejadas por personas de la región que se eduquen y se formen en áreas técnicas y liderazgo, por ejemplo”. Lo que dice don Alfonso suena natural, pero no siempre sucede; la transparencia y honradez debería ser un coro que se escuche cada vez en voces más altas y reflejarse en decisiones electorales más pertinentes: cada municipio antioqueño debería votar por los gobernantes que defiendan los presupuestos públicos, que luchen porque se realicen las obras que la comunidad necesita, porque el empleo crezca y la educación sea valorada.
Y es que don Luis Alfonso cree y confía en que, si se invierte en educación y en la formación de líderes en estas comunidades, se generan nuevos empleos y hay más posibilidades para todos, el beneficio que tendrán será enorme y habrá un mayor compromiso y sentido de pertenencia entre los habitantes.
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